Fernando Blanco, abogado referente en el sector asegurador, propone que «la cobertura de riesgos extraordinarios sea un seguro obligatorio»
Fernando Blanco es socio director de una de las firmas líderes españolas en el sector de derecho regulatorio de seguros, contratos, litigación de seguros y reaseguros. Foto: Confilegal.

Fernando Blanco, abogado referente en el sector asegurador, propone que «la cobertura de riesgos extraordinarios sea un seguro obligatorio»

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28/2/2025 12:30
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Actualizado: 28/2/2025 14:53
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La propuesta emergió en el marco de la mesa redonda titulada «Retos y Soluciones para la Indemnización Total a Propósito de la DANA de Valencia», en el marco del Foro de Expertos Confilegal que tuvo lugar ayer en la capital del Turia y en la que participaba junto al exmagistrado del Tribunal Supremo y catedrático de derecho civil, Francisco Javier Orduña Moreno, y el presidente de la asociación Jurislex, Jesús Sánchez Sánchez.

El abogado y socio director de Blanco y Asociados Abogados, Fernando Blanco, planteó la necesidad de reformar el actual sistema de cobertura de riesgos extraordinarios en España y convertirlo en un seguro obligatorio, para así evitar que los perjudicados por una catástrofe que no tenían suscrita una póliza de seguro de riesgos ordinarios y que, por tanto, tampoco tenían cobertura de los riesgos extraordinarios, se queden sin nada.

«Lo que hemos visto es que el sistema de seguros no está preparado para afrontar la totalidad de las necesidades que surgen de catástrofes de gran magnitud. Si seguimos así, las reclamaciones se van a disparar. La solución es clara: la cobertura de riesgos extraordinarios debe ser un seguro obligatorio», afirmó.

Su propuesta, explicó, busca garantizar una mejor protección para asegurados y empresas, porque no puede olvidarse que el seguro de riesgos extraordinarios está asociados a la previa contratación de una póliza de seguro que cubra los riesgos ordinarios (incendio, robo, etc), de modo que si esa póliza de riesgos ordinarios no ha sido contratada tampoco existirá una cobertura para los daños que origine un suceso extraordinario como la DANA.

El abogado alertó sobre un futuro aluvión de litigios porque los perjudicados van a reclamar judicialmente las pérdidas que el Consorcio o las compañías de seguros de riesgos ordinarios rechazan, y que en muchos casos serán admitidas por los Tribunales.

Sin embargo, si el seguro de riesgos extraordinario fuera obligatorio para todos los propietarios de inmuebles y se gestionara por el Consorcio con la colaboración de los Ayuntamientos utilizando los datos del IBI, eso garantizaría que todos los futuros perjudicados contarían con una protección de su inmueble, como bien más preciado, que evitaría situaciones indeseadas de ruina porque en su día no tuvieron la previsión de contratar voluntariamente una póliza de seguro que amparase su propiedad.

Además al ser un seguro obligatorio el coste se reduciría respecto del recargo que actualmente cobra el Consorcio, pues en la actualidad el seguro de riesgos extraordinarios se financia con el recargo que pagan los que contratan un seguro de riesgos ordinarios, mientras que si fuera obligatorio se incrementarían los ingresos y al contar con más recursos los costes se reducirían.

Blanco explicó que el actual modelo de compensación se basa en el Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública que, aunque regulada por normativa estatal, se rige por el derecho privado.

Fernando Blanco en el uso de la palabra durante una de las intervenciones en esta mesa redonda en la que también participaron Javier Orduña Moreno, exmagistrado del Tribunal Supremo y catedrático de derecho civil, y Javier Sánchez Sánchez, presidente de la Asociación Jurislex. Foto: Pau Llorca/Confilegal.

LOS INFRASEGUROS, UNO DE LOS PROBLEMAS PRINCIPALES

Durante su intervención identificó el infraseguro, especialmente en el sector industrial, como uno de los problemas principales. Muchas empresas contratan coberturas por debajo del valor real de sus bienes, lo que conduce a indemnizaciones parciales y pérdidas económicas significativas.

«Las empresas aseguran por debajo del valor de reposición de sus bienes, y cuando llega el siniestro y el momento de la indemnización, descubren que solo recibirán una parte del daño real. Esto genera sorpresa y frustración, pero es un problema de conocimiento del funcionamiento del seguro que nadie quiere abordar», subrayó.

Además, advirtió sobre otras limitaciones del sistema actual, como el periodo de carencia de 7 días que contempla la normativa del Consorcio para las pólizas de nueva contratación, que deja sin cobertura a quienes sufrieron un siniestro si se produce durante ese lapso.

«Si contratas hoy una póliza y dentro de cinco días sufres un siniestro, el Consorcio no te paga. Es así de simple. Muchas empresas no conocían esta particularidad y se han llevado una sorpresa», aclaró.

Otro factor que, según Blanco, complica la gestión de siniestros es la aplicación de franquicias, que en casos de daños gran magnitud pueden significar pérdidas cuantiosas: «No hablamos de pequeñas cantidades. En una industria con un siniestro de 4 millones  una franquicia del 7% podía significarían 280.000 euros que no se cubrirían».

Por último,

«Las aseguradoras y el Consorcio se enfrentarán a un tsunami de reclamaciones. Las reglas no están claras y hay demasiadas lagunas. Es una cuestión de tiempo de que esto explote en los tribunales.»

Ante este panorama, Fernando Blanco defendió la necesidad de una reforma estructural para garantizar que todos los asegurados contribuyan de manera equitativa a un fondo común de cobertura ante catástrofes.

«Lo que propongo es una reforma estructural. No podemos seguir confiando en que el sistema funcione cuando llegue el próximo desastre. Hay que anticiparse. Un seguro obligatorio es la única forma de garantizar que los afectados tengan la protección que realmente necesitaron», concluyó.

No sería algo nuevo, ya existe respecto del ramo de responsabilidad civil en vehículos terrestres automóviles. Esa es la razón por la que son tantos miles de vehículos que se están indemnizando. Y mucho más importante que un vehículo es tu propia casa o tu industria.

Su propuesta abre el debate en el sector asegurador y pone sobre la mesa la necesidad de modernizar el modelo de compensación de daños en España.

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