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Opinión | Alto el fuego entre Rusia y Ucrania: ¿Paz duradera o tregua estratégica?

Opinión | Alto el fuego entre Rusia y Ucrania: ¿Paz duradera o tregua estratégica?
Jorge Carrera, abogado, exmagistrado y exjuez de enlace de España en Estados Unidos, analiza el momento actual de las negociaciones paera un alto el fuego de 30 días entre Rusia y Ucrania y el papel de Estados Unidos. Ilustración: Confilegal.
12/3/2025 12:35
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Actualizado: 12/3/2025 12:36
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Contexto del acuerdo

Ucrania y Estados Unidos han anunciado un alto el fuego temporal de 30 días en la guerra con Rusia, condicionado a la aceptación por parte de Moscú. Este acuerdo fue el resultado de intensas negociaciones impulsadas por la Administración estadounidense bajo la batuta de Donald Trump, quien había pausado temporalmente la ayuda militar a Ucrania.

El alto el fuego viene acompañado de una clara medida de presión anunciada por Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos: si Rusia no acepta, queda claro dónde está el problema.

Otra medida de presión sería el ataque masivo de ayer con drones a cargo de Ucrania, probablemente pactado con Estados Unidos.

Pero la propuesta de alto el fuego, anunciada sin un mecanismo claro de cumplimiento ni supervisión internacional, parece más una maniobra diplomática destinada a ganar tiempo que un plan sólido y viable.

Entre tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso manifestó ayer que las conversaciones de paz entre Rusia y Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania podrían celebrarse en los «próximos días».

¿Por qué un alto el fuego sin una concreta hoja de ruta?

La ausencia de una hoja de ruta clara probablemente refleja tanto la complejidad de alinear intereses divergentes (Ucrania, Rusia, EE.UU., la UE) como la necesidad de mantener ambigüedad táctica, aunque no puede descartarse la existencia de una agenda oculta.

Aunque es tentador especular sobre agendas ocultas —como un intento de ganar tiempo para desplazar a Volodímir Zelenski—, esto por ahora no se puede confirmar, aunque tampoco rechazar de plano.

Lo más plausible es pensar que hay prisa por parte de Trump. En ese contexto, se trata de presionar a Rusia diplomáticamente y evaluar opciones en un contexto de incertidumbre, mientras se evita una escalada inmediata. Sin embargo, sin avances concretos a corto plazo, el alto el fuego podría ser sólo un interludio antes de una nueva fase de combates intensos.

La urgencia de la Administración Trump por alcanzar un acuerdo responde a intereses estratégicos multidimensionales. Por un lado, busca posicionar a Estados Unidos como intermediario en la reestructuración del mercado energético global, con particular énfasis en los recursos del Ártico en los que Rusia posee la mayor cuota territorial, recursos estimados en aproximadamente 90.000 millones de barriles de petróleo y 1,670 billones de pies cúbicos de gas natural según el US Geological Survey.

Esta estrategia se enmarca en un contexto económico complejo caracterizado por indicadores mixtos: mientras el PIB mantiene un crecimiento modesto, los índices manufactureros PMI («Purchasing Managers’ Index«, indicadores económicos que reflejan la salud del sector manufacturero del país) muestran contracción y el impacto inflacionario de los aranceles se puede dejar notar en el consumo.

El presidente enfrenta, ademá,s turbulencias en los mercados financieros, con un índice de volatilidad VIX («Volatility Index» también conocido como el «índice del miedo», un indicador de volatilidad del mercado que mide las expectativas de variabilidad en el precio del S&P 500 durante los próximos 30 días) elevado y rendimientos de bonos que señalan incertidumbre.

Todo esto agravado por disrupciones en el sector tecnológico —responsable del 26.2% de la capitalización del S&P 500 («Standard & Poor’s 500«, un índice bursátil que representa el desempeño de las 500 empresas líderes del país)— donde la confrontación entre los conglomerados de Elon Musk y Sam Altman por el control de la infraestructura de inteligencia artificial amenaza con desestabilizar un pilar fundamental de la economía estadounidense.

Posición e implicaciones para Ucrania

Para Ucrania, aceptar este alto el fuego fue una decisión compleja motivada principalmente por la necesidad de asegurar el continuo apoyo militar y financiero de Estados Unidos.

El gobierno de Zelenski enfatiza que este acuerdo debe representar un primer paso hacia una paz justa y sostenible, que incluya la retirada total de las fuerzas rusas y garantías internacionales claras.

Existe, es verdad. el temor interno de que el alto el fuego pueda consolidar las posiciones actuales de Rusia, convirtiéndose potencialmente en un conflicto congelado que perjudique los intereses estratégicos ucranianos.

Posición e implicaciones para Rusia

Moscú sabe de la prisa de Estados Unidos y de la imperiosa necesidad de Trump de anotarse un éxito relevante en su agenda exterior. Por ello, Rusia puede jugar con el tiempo a su favor y exigir que cualquier acuerdo reconozca la situación territorial actual, incluidas Crimea y otras regiones ocupadas.

Con todo, para Moscú la propuesta estadounidense no es fácil de vender, salvo que exista una agenda oculta bajo la mesa. Moscú anunció claramente que quiere la salida inmediata de Zelenski, y eso no está, al menos oficialmente, en la propuesta de alto el fuego.

Internamente, Putin podría utilizar políticamente el alto el fuego como una victoria parcial, aunque enfrentará presiones internas muy fuertes si ese alto el fuego no conlleva claras concesiones territoriales y garantías de seguridad.

Aun así, no hay que perder de vista que ahora mismo Rusia lleva mucha ventaja en el tablero: puede consolidar adquisiciones territoriales muy relevantes, ampliar su mercado energético de la mano de Estados Unidos y, a partir de ahí, salir del esfuerzo bélico y del impacto de las sanciones con relativa facilidad, al tiempo que gana también ventaja sobre Europa.

Reacción internacional

Estados Unidos

Estados Unidos ha recibido el acuerdo para la propuesta con optimismo moderado y ha ejercido presión diplomática sobre Rusia para que acepte el alto el fuego. El presidente Trump ya amenazó con aumentar las sanciones económicas si Rusia rechaza este acuerdo.

Al mismo tiempo, Washington intenta tranquilizar a sus aliados europeos y a Ucrania sobre posibles concesiones excesivas a Rusia.

Unión Europea y OTAN

La Unión Europea apoya la tregua, pero insiste en que debe conducir a una paz justa y sostenible, respetando la integridad territorial y soberanía ucranianas.

Con todo, está por ahora lejos de la iniciativa y al borde de quedar sumamente relegada en cualquier proceso del día después, en el que los eventuales negocios energéticos con Rusia serán evaluados y rentabilizados por Estados Unidos.

La OTAN, por su parte, respalda firmemente la iniciativa, destacando la importancia de asegurar medidas efectivas para prevenir futuras agresiones rusas.

Posición e implicaciones para China

China ha respaldado formalmente el diálogo diplomático, aunque la iniciativa estadounidense le ha restado protagonismo en las negociaciones. Pekín probablemente buscará formas de involucrarse en futuras etapas diplomáticas o en la reconstrucción post-conflicto para preservar su influencia en la región.

La gran duda inmersa en cualquier proceso de paz es hasta qué punto conllevará un reequilibrio sustancial en las relaciones entre Pekín y Moscú, lo que sin duda es uno de los aspectos buscados por Washington.

Implicaciones geopolíticas futuras

Un alto el fuego exitoso podría redefinir el equilibrio de seguridad en Europa, fortaleciendo a Ucrania como una frontera estratégica entre Rusia y Occidente. Una paz sostenible podría generar un nuevo orden de estabilidad en Europa del Este, con Ucrania firmemente vinculada a Occidente mediante alianzas estratégicas de tipo económico pero probablemente alejadas de la OTAN.

No obstante, un acuerdo ambiguo o incompleto podría conducir a una situación de conflicto latente, susceptible de reiniciarse en cualquier momento.

Conclusiones

El futuro del alto el fuego depende ahora mismo de numerosos factores, y probablemente algunos de ellos no los conocemos, aunque a buen seguro están en las conversaciones de uno u otro lado.

En este tipo de negociaciones las agendas casi nunca son transparentes, por lo menos en esta fase. Es necesario pues esperar.

Con todo, las prisas de Washington, podrían confirmar el viejo principio según el cual las prisas en diplomacia son como construir sobre arena: impresiona por su rapidez, pero rara vez resiste la primera tormenta.

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