Un juicio de «locura»: una perito se atribuye el papel de juez y la emprende a patadas con una puerta
Exterior del edificio de los Juzgados de Familia, en Madrid; la autora del artículo, María Márquez, es letrada del despacho Winkels Abogados.

Un juicio de «locura»: una perito se atribuye el papel de juez y la emprende a patadas con una puerta

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30/4/2015 15:25
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Actualizado: 15/12/2015 11:22
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La sala de vistas del Juzgado de Primera Instancia y Familia, número 28, de Madrid fue el escenario de un hecho más próximo a la conocida serie estadounidense “Juzgado de Guardia” que de un tribunal de justicia español: una perito psicóloga “perdió la cabeza” y le dijo a la juez a gritos: “Aquí la juez soy yo”. Cuando salía la emprendió a patadas con la puerta mostrando la uve de la victoria.

Edificio de los Juzgados de Familia

Exterior del edificio de los Juzgados de Familia, en Madrid.

Todo sucedió la mañana del pasado martes 21 de abril en la sala de vistas del susodicho juzgado. En la sala se encontraban la magistrada, la fiscal, la secretaria judicial, una funcionaria del cuerpo de tramitación procesal, los abogados y procuradores de cada una de la partes, que representaban al matrimonio en el proceso de divorcio, y el hombre y la mujer.

El juicio había sido fijado a las 10.30 de la mañana y comenzó con toda normalidad, hasta que llegó el momento de que la perito psicóloga, que había estudiado a la hija del matrimonio, compareciera para explicar su informe y someterse a las preguntas de la juez y de las partes.

El problema es que la perito psicóloga no apareció. Desde el Juzgado requirieron su presencia. La mujer informó que no podía estar en la sede del Juzgado, en el  10 de la calle Francisco Gervás, de Madrid, de inmediato porque “se encontraba en su casa”.

Y en menos de dos horas, calculaba, no iba a poder estar en el Juzgado.

La psicóloga había estado, al parecer, de baja durante seis meses por sufrir una depresión. Su apariencia es la de una persona enfermizamente delgada.

Este era el primer juicio al que tenía que asistir después de ese tiempo; su primer trabajo como miembro del equipo psicosocial de los Juzgados de Familia.

La magistrada, que tenía más juicios fijados para esa mañana, indicó a las partes que esperaran para terminar el juicio ese día.

Finalmente no fueron dos horas sino dos horas y media lo que tardó la psicóloga. El juicio, que se estaba grabando en DVD, se reanudó en ese punto.

La sorpresa fue general cuando la perito inició su informe ante el tribunal, después de identificarse: “El derecho de la guardia y custodia es de las madres, esto es indudable. Los padres lo que tienen que hacer es trabajar y ganar dinero. A la madre le corresponde la guarda y custodia y es lo que tiene usted que hacer”.

Los presentes se dieron cuenta de que la mujer no estaba bien y que su discurso no era coherente. “Mire señoría, le guardo mucho respeto, pero aquí, ¡la juez soy yo! Y voy a decir cosas que no me han dejado decir en los últimos diez años”, dijo mirando a la magistrada.

Ésta, a la vista de la situación, decidió cortar por lo sano. “Señora,  se acabó. ¡Márchese de la sala!”, le dijo a la perito.

La psicóloga se dirigió a la puerta y trató de abrirla. Como no encontró cómo, comenzó a patearla. “Pero, ¿quién me abre la puerta?”, preguntó en un momento. Uno de los presentes se lo facilitó. Entonces, la mujer salió mostrando la uve de la victoria con las manos.

Según ha podido saber Confilegal, el Juzgado ya ha puesto los hechos en conocimiento de la Comunidad Autónoma de Madrid y del Tribunal Superior de Justicia.

Este Juzgado de Familia está entre los tres que mejor funcionan en España, según la Asociación Nacional de Padres y Madres Separados (ANPMS). Y fue premiado por la misma por  «su trato más humanitario» a las parejas que pidieron su separación, nulidad o divorcio ante este órgano judicial.

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