El «Vaticano» de la Abogacía Española elige a su nuevo presidente… o presidenta
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13/1/2016 17:53
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Actualizado: 07/3/2016 11:59
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Los 83 miembros del «colegio cardenalicio» que forman el «Vaticano» de la Abogacía Española eligen la mañana del 14 de enero a su nuevo presidente, o presidenta. Es la decisión más trascendental de los últimos quince años, durante los cuales ha dirigido la nave del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) Carlos Carnicer.
El «cónclave» tendrá lugar en la sede del CGAE, en el madrileño Paseo de Recoletos. Y como en el Vaticano de Roma, los 83 «cardenales», todos decanos de los Colegios de Abogados de España, pondrán en la urna su voto secreto.
Esto complica las cosas en cualquier tipo de cálculo que se quiera realizar. Los cinco candidatos –Victoria Ortega, exsecretaria general del CGAE, Javier Lara, decano del Colegio de Abogados de Málaga, Pere Huguet, decano saliente del Colegio de Abogados de Reus, Marcos Camacho, decano del Colegio Abogados de Jerez de la Frontera, y Vanessa González, colegiada del Colegio de Abogados de Barcelona- han hecho una intensa campaña durante los últimos quince días.
Al ser un colegio electoral tan reducido, los candidatos han ido al cuerpo a cuerpo con todos y cada uno de los decanos votantes. Con el fin de comprometer el voto.
Y aquí es donde reside el problema. Porque los 83 decanos de los Colegios de Abogados de España son, por encima de todo, personas muy educadas que valoran mucho las relaciones interpersonales, en especial con sus homónimos «cardenales», que conforman el Pleno del CGAE, y, por supuesto, con los candidatos.
No cuesta nada comprometer el voto por un candidato u otro, para salir del paso, teniendo la seguridad de que, al final, nadie va a saber a quién se ha votado de verdad. Porque el voto, hay que repetirlo, es secreto. No es la primera vez, en este tipo de votaciones, que emerge la sorpresa.
Todos los candidatos, consultados por Confilegal, están confiados en que la victoria puede ser suya. Desde Victoria Ortega, la favorita del presidente saliente para sucederle, que, ve con «ilusión y confianza» la votación de mañana, pasando por Javier Lara, el decano malagueño, que está convencido de que el jueves 14 puede ser «mi gran día», por Pere Huguet, que ha hecho, en su gran parte, una campaña telefónica y por e-mail, muy respetuosa, «porque todo el mundo conoce cómo trabajo y lo que pienso», por Marcos Camacho, que va a estar hasta el último minuto en campaña, porque «la cosa va a estar muy justa, muy dividida», y terminando por Vanessa González, que, aunque pocas posibilidades, considera que ya es una victoria «estar aquí, reivindicando la voz de todos mis compañeros, que no pueden votar».
Las dos candidatas, Ortega y González, tienen un pequeño hándicap: salen con un voto menos que sus compañeros candidatos, ya que al no ser decanas de ningún Colegio no tienen derecho al voto y no pueden ejercerlo en su beneficio, como Lara, Huguet y Camacho.
La llamada a votación en el Pleno-cónclave tendrá lugar en dos tandas. Una, a las 10 de la mañana y, una segunda, en torno a las 12 o 12.30.
La mesa de votación estará presidida por Carlos Carnicer, el presidente saliente, acompañado por el secretario general en funciones, y vicesecretario general, Jesús López Arenas, y el secretario general técnico, Antonio Ruiz Jiménez, que serán los responsables de hacer el recuento.
Tras la «fumata blanca» y la proclamación del vencedor, está previsto que se suspenda el Pleno y que se reanude el 28 de enero con la toma de posesión.
Jamás una votación ha estado tan reñida como esta.
Unas quinielas hablan de que los principales contendientes son, sin duda, Victoria Ortega y Javier Lara, con Huguet detrás. Otras dicen que la cosa está entre Pere Huguet y Victoria Ortega, con Lara en tercer lugar. Y unas terceras cuentan que Marcos Camacho podría ser el «caballo negro», aquel a quien nadie tiene en cuenta pero que se impone al resto, en la última vuelta, en un esprin fulgurante.
Lo único que hay es incertidumbre, que dejará de serlo una vez que hablen las urnas a través de los votos.
Sea quien sea el elegido -o elegida- tiene ante sí el desafío más grande al que haya tenido que hacer frente antes en su carrera: pilotar y dirigir la nave del Consejo General de la Abogacía Española nada menos que hacia el futuro.
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