Victoria Ortega, nueva presidenta del CGAE: «Los que cuestionan al turno de oficio no lo conocen»
La nueva presidenta del Consejo General de la Abogacía Española en su despacho de la sede central, en el Paseo de Recoletos, de Madrid.

Victoria Ortega, nueva presidenta del CGAE: «Los que cuestionan al turno de oficio no lo conocen»

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05/2/2016 07:10
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Actualizado: 07/3/2016 12:52
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La nueva presidenta del Consejo General de la Abogacía (CGAE), Victoria Ortega, tiene las cosas muy claras. «Los que cuestionan al turno de oficio no lo conocen», afirma. Pero va más allá: «Sin el turno de oficio, el estado de derecho no existiría. Es así de simple. Porque el derecho de defensa es una piedra angular de nuestro sistema democrático». Y reivindica el gran trabajo que prestan diariamente los abogados de este servicio en los cuatro puntos cardinales de España. «Un trabajo que ha sido reconocido por los destinatarios de sus esfuerzos: los justiciables».

Estas son las primeras declaraciones de la nueva responsable máxima de la Abogacía Española, que ganó las elecciones a la Presidencia el pasado 14 de enero con el 56,62 por ciento de los votos. 

Con ella comienza un nuevo periodo histórico preñado de desafíos, a los que no tiene ningún miedo. Aquí explica las claves de lo que va a ser su mandato, que ahora echa a andar, después de su reciente toma de posesión, el pasado 28 de enero.

Una de los compromisos del CGAE, hasta ahora, ha sido el completo apoyo a la justicia gratuita y a la lucha por los derechos humanos. ¿Continuará dicho apoyo bajo su mandato?

Absolutamente. Hace poco se publicaron unas declaraciones un poco desafortunas. Lo llamativo es que el que cuestiona la justicia gratuita es el que no la utiliza. Los que cuestionan al turno de oficio no lo conocen. Es un servicio que funciona muy bien. Esto lo señalaba el profesor Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, en la última encuesta que hizo para nosotros.

En el turno de oficio se hace un gran trabajo. Eso que se dice de que allí va el que no tiene otra cosa, es absolutamente incierto. Hasta que ha entrado en vigor la ley de Acceso, los abogados del turno de oficio tenían una formación superior a la del abogado libre. ¿Por qué? Porque se exigía una formación añadida a la de la licenciatura. Hoy ya, con el grado, el master y la prueba de acceso, ya no es así.

Sin el turno de oficio, el estado de derecho no existiría. Porque habría muchísima gente que no dispondría de defensa. Nuestro compromiso con el turno de oficio sigue igual de firme o más, si cabe. De eso no le puede caber duda alguna a nadie.

El mundo de los decanos de los Colegios de Abogados ha dejado de ser un mundo de hombres. Usted es una prueba…

Hace tiempo que dejó de serlo. Recientemente han accedido tres mujeres más a ese puesto: Ávila, Reus y Pamplona. También están Vigo, Ferrol y Orense, San Sebastián, Soria, Madrid, Badajoz, y Ceuta. Y luego están también las consejeras electivas.

Que una mujer como yo ocupe un puesto como el de Presidencia del CGAE no es una excepción, pero tengo que decir que tampoco se asume con la normalidad que sería deseable.

¿En qué sentido?

Pues en todas las entrevistas la primera pregunta que me hacen es ¿qué le parece ser la primera mujer…? Sigue llamando la atención, pero esto se va superando. Estoy segura de que, dentro de un tiempo, estos nombramientos ya no serán noticia. Vamos en la buena dirección. La de la igualdad.

Sigue llamando la atención que una mujer ocupe un puesto como éste, pero se va superando. Dentro de un tiempo estos nombramientos ya no serán noticia. Vamos en la buena dirección. La de la igualdad

¿Cuáles van a ser las tres decisiones que va a tomar en los cien primeros días de su mandato?

Una es la organización de la casa. Es la primera decisión a adoptar. Para empezar, mi mismo puesto [en este día en que tiene lugar la entrevista ha nombrado a Ramón Jáudenes para sustituirla en el puesto de secretaria general, que ocupó entre 2009 y 2015]. Hay que nombrar los vicepresidentes de la casa y organizar las comisiones. Saber quién va a trabajar en cada una de las áreas. Eso es lo primero. Confío tenerlo todo para el 12 de febrero, fecha para la que ya hemos convocado el primer Pleno.

Es evidente que su objetivo es aumentar la eficacia de las comisiones, ¿cómo?

Entre otras cosas –y me parece fundamental-, a través de la coordinación. A veces han habido varias comisiones trabajando sobre lo mismo, aunque no igual, en el mismo sentido. Con lo cual no deja de ser un esfuerzo inútil. Mi intención es que haya un consejero que se dedique a coordinar la labor de todos.

Es fundamental para el buen funcionamiento de la casa.

Luego, me parece también importante reducir el número de personas que trabajan en cada comisión. Porque cuando hay demasiadas personas se trabaja mal. Para eso tenemos el Pleno. Hay que buscar una mayor eficacia en la gestión.

Ya avanzó también que la Comisión Interterritorial iba a ser objeto de su atención, de forma especial, ¿de qué manera?

Ese también es un tema importante. Tiene que haber una coordinación de los consejeros territoriales con el CGAE. Los Consejos Autonómicos hacen una labor extraordinaria. Tenemos que sacarle el mayor partido a eso. Por eso, consideramos que es necesario crear la figura de una persona que lo coordine, lo cual contribuirá a que sea más eficiente el trabajo.

¿Seguirá apoyando el modelo tecnológico implementado hasta ahora por el CGAE?

Sí, claro. Lo apoyé desde el minuto uno, cuando era consejera delegada. Como ya decía en el programa, en este tema hay diversas sensibilidades dentro del Consejo. Hay quien quiere avanzar más y hay quien piensa que es mejor externalizar. Yo, lo que quiero, es hacer un estudio y después, una reflexión, entre todos. Para llegar a una conclusión. En dos ámbitos fundamentales.

Uno, la organización. Es decir, si lo positivo es seguir con la mercantil, tal como lo tenemos ahora, aunque sea socio único el Consejo, o si es mejor la integración en el Consejo. Si hay que priorizar el Consejo de Administración o la comisión dentro de la casa.

Bien, por un lado, ese estudio.

Y por el otro, el relativo al alcance que debe tener el proyecto. Es decir, si, por nuestra parte debemos avanzar más o debemos diseñar lo que queremos y encargarlo fuera, y cómo se financia esto.

Después, con el estudio sobre la mesa, debatirlo y llegar a un acuerdo a través del consenso.

Personalmente, no tengo una idea prefijada. Me parece, en los tiempos que corren, absolutamente imprescindible, para ejercer la profesión, tener material tecnológico.

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Vamos a crear una oficina de representación para intentar hacer más «lobby», lo que no quiere decir que no se hayan hecho las cosas como se debían, pero cada época tiene su dedicación

Este hubiera sido otro panorama distinto si el CGAE no hubiera optado por la comunicación telemática y su adaptación y extensión a los 83 Colegios de Abogados…

Sin duda. Se ha hecho un gran esfuerzo. Hemos sido pioneros, desde la Abogacía. Los compañeros se han acostumbrado a la firma digital cuando nadie hablaba de ello. Hoy vamos un poquito por delante del resto.

Supongo que le habrá llenado de frustración el despegue fallido de Lexnet en los Juzgados de Madrid…

Me consta que, por parte de la decana de Madrid y de la consejera de Justicia, se está trabajando muchísimo, que están teniendo reuniones y que están llegando a un arreglo. El expediente digital es una pieza fundamental de la Administración de Justicia. Hay que creer en ello [sonríe abiertamente].

Usted dijo varias veces durante la campaña que iba a reforzar el papel de “lobby” del CGAE. ¿Significa que no considera que hayan sido lo suficientemente eficaces en esa labor de presión durante los últimos años?

Significa que vamos a intentar hacer más “lobby”. No quiere decir que no se hayan hecho las cosas como se debían, pero también es verdad que cada época tiene su dedicación.

Desde el Congreso de Salamanca hemos estado muy involucrados en el proyecto tecnológico. Esto ya va caminando.

Ahora vamos a ver cómo avanzamos en esta oficina de representación. Tenemos intención de tenerla organizada para el día 12 de febrero con el fin de poderla presentar ante el Pleno.

Este es el momento en el que se siente esa necesidad y a ello le vamos a dedicar tiempo y esfuerzo.

Pero esto no va a ser labor de una persona. Se trata de que colabore todo un grupo de personas, coordinados entre sí, tanto en el ámbito de los consejeros como en el ámbito de comunicación. Tenemos que componer un conjunto importante para que esto funcione. Es una inversión humana, en tiempo y económica.

¿Uno de los objetivos de esa labor de “lobby” sería que echara a andar el nuevo Estatuto de la Abogacía?

El Estatuto de la Abogacía lo presentamos hace un año y medio. Está parado, y, es mi opinión, por el anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales. Creo que no ha salido para que no fuera contrario a esa futura ley.

Con el tiempo que ha pasado, podíamos haber estado funcionando con el nuevo Estatuto sin problemas.

Por otra parte, si hace falta una ley de servicios y colegios profesionales, vamos a ponernos a ella de una forma razonable.

En la elaboración del Estatuto de la Abogacía el Consejo hizo un esfuerzo extraordinario para llegar a un consenso. Tenerlo así parado no tiene sentido.

Yo pretendo, en la medida que nos sea posible jurídicamente, irnos adaptando ya al nuevo, acercándonos a la configuración que el nuevo Estatuto tiene de la casa.

Quiero pensar que lo veremos aprobado pronto, cuando se acabe este periodo de incertidumbre política que nos ha tocado vivir.

Quien llegue, por nuestra parte, será bienvenido.

Una de las banderas que enarboló en la campaña fue el del pacto por la justicia. ¿Cómo lo articularía?

Nosotros estamos dispuestos a hacer un esquema, con los temas que habría que tratar, sobre cómo se podrían desarrollar; hacer un proyecto y presentarlo a las fuerzas políticas y a las fuerzas sociales.

Creo que hace falta alguien que rompa ya. En estas elecciones se ha estado hablando de un pacto de estado, pero el periodo electoral no es el óptimo para este tipo de temas.

Es el momento ideal, por nuestra parte, para llegar y decir, aquí tenéis un proyecto. Vamos a trabajar sobre ello y ver lo que nos parece mejor a todos. También lo que nos parece peor. Lo que hay que modificar, lo que hay que añadir. Nosotros estamos plenamente dispuestos. Podemos ponernos a trabajar mañana mismo.

Con diálogo. La configuración política que ha salido de las elecciones generales llama al diálogo.

¿Cómo ve el futuro de la abogacía?

Veo el futuro con optimismo, pero no va a estar exento de problemas. Lo que sí le digo es que vamos a encararlo con energía y con inteligencia. Hay cosas pendientes, como el citado anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que no perdemos en absoluto de vista.

Su antecesor decía que la trasposición que el Gobierno del PP quiso hacer de la directiva europea afectaba de forma directa a muchos de los Colegios de Abogados porque querían hacerla de forma automática, sin modularla, como habían hecho otros países como Francia. ¿Comparte usted esa idea?

Por completo. Es lo que manteníamos. No se nos podía decir que Europa nos lo impone cuando los países del entorno iban distintos. ¿Qué es lo que dice Europa?¿Por qué lo impone España y no lo impone Francia o Alemania? No se entendió bien porqué se quiso hacer. Lo ignoramos.

Luego se metió en el cajón y ahí se quedó.

Pero también le digo que no nos cerramos en banda a un anteproyecto de Ley con ese nombre. Pero tenemos que hacerlo bien, de forma negociada. Y si, de paso, aprobamos el Estatuto para que entre en vigor, mejor que mejor.

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