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La corrupción, un cáncer para el sistema

La corrupción, un cáncer para el sistema
23/2/2016 15:42
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Actualizado: 23/2/2016 15:55
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La corrupción es un cáncer para toda sociedad libre y democrática ¿Por qué? Porque nos hace desiguales ante la ley. Permite que unos pocos, saltándose la ley, se enriquezcan a costa de todos. La corrupción enferma el sistema e impone la norma del más fuerte. Pero, ¿Qué es la corrupción? La corrupción es el vicio, la alteración de las reglas de juego en beneficio propio de quien corrompe y del corrompido, en general vinculado con personas relacionadas con las administraciones públicas.

No existe un delito de corrupción como tal, sino que esta figura es subsumida por un amplio abanico de supuestos jurídicos que amparan delitos relacionados con la misma. Destaca la prevaricación, que es resolver injustamente a sabiendas; el cohecho que es el clásico “soborno” o el tráfico de influencias o revelación de secreto para el clásico “pelotazo”. La mayoría de los delitos relacionados con la corrupción los encontramos el título XIX del Libro II del Código Penal, sin embargo con el avance de los delitos económicos han surgido nuevas figuras penales como “la corrupción entre particulares” o el “blanqueo de capitales”, delito de corrupción por excelencia.

¿Cómo se combate la corrupción? Tiene que combatirse desde tres frentes. En primer lugar, con una reforma profunda de nuestra administración de Justicia, con la despolitización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y dotando de mayor independencia para nuestros jueces, fiscales y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El segundo frente es dotar de mayor contenido y eficiencia a la Ley de Enjuiciamiento Criminal y al propio Código Penal en referencia a los delitos cometidos por corrupción. El último paso sería aprobar una serie de leyes administrativas que sancionen políticamente a los partidos que han tenido personas condenadas por delitos relacionados por corrupción, dotar de mayor transparencia la contratación y la Administración Pública y por último estigmatizar al corrupto, en una sociedad donde los perjudicados somos todos.

“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.” Horacio

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