Lorena Gallego sentía una «atracción fatal» hacia el periodista Paco González
El popular periodista deportivo radiofónico, Paco González, y Lorena Gallego, la mujer que trató de matar a su mujer. RTVE.

Lorena Gallego sentía una «atracción fatal» hacia el periodista Paco González

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19/4/2016 05:57
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Actualizado: 18/4/2016 23:00
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La vallisoletana Lorena Gallego, de 27 años, padece un delirio erotomaníaco. Un tipo de paranoia que consiste en la creencia de ser amado por alguien que ocupa un estatus superior al de la persona que lo padece. Eso es lo que mantiene el ministerio fiscal, que la acusa de cinco delitos: tres de proposición para cometer asesinato, uno de tentativa y otro de lesiones con instrumento peligroso. Tiene claro que sus capacidades cognitivas y volitivas -su voluntad y su entendimiento- estaban anuladas cuando trató de matar a María Teresa Iñigo, la esposa del periodista radiofónico, Paco González, la mañana del 5 de febrero de 2014 en Boadilla del Monte, Madrid.

Por todo ello, solicita 34 años de internamiento en un centro penitenciario psiquiátrico para Lorena Gallego y 20 años de cárcel para Ivan Trepiana, su amigo y cómplice.

Esta no es la película «Atracción fatal», el «taquillazo» cinematográfico de 1987, con el que triunfaron Michael Douglas y Glenn Close. Pero bien podría ser la base para una nueva versión «made in Spain».

Lorena Gallego, higienista de profesión, con domicilio en el pueblo vallisoletano de Laguna de Duero, se obsesionó con Paco González, con tenerla para ella sola, que llegó a contratar a un «sicario» búlgaro para darle un susto. El periodista recibió varias cartas amenazadoras que le llevó a poner una denuncia ante la Guardia Civil. En ellas le decía que o dejaba a su mujer o «le enviudaba».

González conoció a la joven en 2011. Era una fan más, de las muchas que iban al programa deportivo «Tiempo de Juego», de la Cadena Cope, todos los sábados. Se desplazaba a Madrid. Le agasajaba con todo tipo de regalos, le llevaba pasteles… Hasta que en 2013 González decidió cortar por lo sano todo tipo de relación.

A partir de ese momento, Lorena Gallego, auxiliada por su amigo Ivan Trepiana, comenzó a urdir un plan para hacer realidad su película particular en el que ella, finalmente, ocuparía el lugar de la esposa en la vida de la esposa; la felicidad completa.

La pareja estudió la vida de la familia del periodista. Descubrió su dirección, en Boadilla del Monte, una población al oeste de Madrid, el vehículo que utilizaban la esposa, la hija, de 19 años y el chaval pequeño, su rutina; prepararon un plan secreto que se hizo realidad esa mañana del 5 de febrero de hace dos años, junto al colegio en que Maite solía dejar a su hijo menor.

Hasta Boadilla se desplazaron en un Ford Fiesta con dos grandes navajas adquiridas previamente. Fueron ataviados de negro, con capuchas. Esperaron pacientemente a que el vehículo se parara, y el niño bajara del vehículo; en el asiento trasero permanecía María.

Cuando iba a iniciar la marcha, Trepiana abrió la puerta del copiloto del coche familiar de los González y se sentó en su interior. Lorena hizo lo propio en la parte trasera. Los dos amenazando con los cuchillos.

EN PRIMERA PERSONA

“Por desgracia lo recuerdo todo: está presente en mi cabeza y no consigo olvidarlo”, declaró ayer con voz entrecortada María Teresa Iñigo ante el tribunal de la Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid que está juzgando a la pareja. Lo hizo detrás de un biombo, separada del los procesados y del público.

«Sentí que la puerta del copiloto se abrió de nuevo. Pensé que era mi hijo. Entró una persona completamente vestida de negro y totalmente tapado. Llevaba un cuchillo grandísimo y me lo puso en el pecho. Me dijo te vengo a matar. Pensé Dios mío ayúdame a salir de esta. Le dije a María que saliera. Él me agarró del brazo y me dijo que ni se me ocurriera salir. Pensé que era un drogadicto», recordó con voz temblorosa.

«Me dijo que me tenía que matar y que tenía que morir. Le pedí que saliera mi hija para que no me viera morir. Seguía pensando que era un drogadicto. Y me ordenó que arrancara el coche. Yo intentaba mantenerme con fuerzas para salvar esta solución. Me decía ‘tienes que morir y hoy no te vas a salvar'», contó.

Tras ello, según su relato, una mujer entró en el coche, en el asiento posterior. «Pensé se ha acabado y que me iba a degollar. Y desesperada por vivir, le dije que tenía a la Policía detrás. Y era mentira. Le dije que por favor no me matara. Que me dejara vivir, que tenía un marido y dos hijos», relató la mujer, rompiendo a llorar.

«‘No es esa la solución. Te voy a matar y tienes que morir’, me dijo. Y me metió una cuchillada», agregó.

En ese momento, su hija María se abalanzó sobre él. María Teresa se quitó el cinturón de seguridad para separarlos. «Cogí el cuchillo con las manos. Mi hija estaba encima de él. Pensé que me destrozaría la mano pero con ese cuchillo no podría matar», relató. Se produjo un forcejeo. De repente se abrieron las huertas del coche y cayeron al exterior. Fue en ese momento, recordó María Teresa, cuando Trepiana le dijo a Lorena, «¡aprovecha ahora y mátala!». Y la joven le pegó una puñalada en la clavícula a pocos centímetros del corazón. Luego, los dos agresores huyeron a pie.

La llegada de un empleado de la perrera impidió que el atentado contra sus vidas pasara a mayores.

En total, María Teresa explicó, al tribunal, recibió hasta cinco puñaladas. María, una. Fueron hospitalizadas. Las heridas físicas hace tiempo que cicatrizaron. Las de la mente todavía necesitan tiempo.

LOS ACUSADOS NO QUERÍAN MATAR, ASEGURARON

Lorena Gallego e Ivan Trepiana, que, como acusados, no tienen obligación de decir la verdad, relataron una película muy distinta al tribunal. No quisieron matar a la esposa del periodista, explicaron, sino que querían «simular una infidelidad» de Ivan con María Teresa para que la hija fuera testigo y forzar la ruptura del matrimonio.

Según Lorena, el plan se les fue de las manos. Reconoció que pinchó a la hija «levemente en el muslo», cuando la madre se encaró con Iván, pero negó haberla apuñalado. Eso, según la acusada, lo hizo Iván «accidentalmente».

Cuando se abrió la puerta del coche y todos cayeron a la calle, según Lorena Gallego, la mujer de González cogió un cuchillo. «Le dije, por favor no me haga nada. Ella me contestó, ‘y una mierda'». Y fue cuando ella la apuñaló en el tórax, supuestamente «en defensa propia». Luego echaron a correr.

Según Trepiana, fueron con navajas para aumentar su credibilidad, pero no tenían «intención de matar».

«Yo estaba en una situación límite y sólo quería hacer creer a Lorena que le ayudaba para que se tranquilizase y pudiésemos estar junto», aseguró el acusado. Ella le «machacaba» y le amenazaba con que se iba a suicidar.

Una vez detenida, y ya en la cárcel, Lorena Gallego supuestamente trató de contratar a otro sicario para matar a la mujer y la hija del periodista, terminando «el trabajo» que no había podido completar personalmente.

De acuerdo con el Ministerio Fiscal, la joven ofreció 6.000 euros a una interna para acabar con María Teresa Íñigo, pero no lo consiguió.

El presentador y director de «Tiempo de Juego» lo tiene claro: «Cuantos más años de condena les caiga, más tranquilidad relativa tendremos».

 

 

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