El asesino de la matriarca María del Carmen Martínez era el yerno…., supuestamente
Vicente López el día de su detención, el pasado 8 de febrero. EP.

El asesino de la matriarca María del Carmen Martínez era el yerno…., supuestamente

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10/2/2017 05:59
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Actualizado: 10/2/2017 07:50
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El asesinato ocurrió la tarde del 9 de diciembre pasado en el interior del concesionario Novocar, de Alicante. Fueron dos tiros a bocajarro en la cabeza cuando se encontraba en el interior de su coche, un Porsche Cayenne. La víctima era María del Carmen Martínez, de 72 años, viuda de Vicente Sala, expresidente de Caja del Mediterráneo.

La fortuna heredada por ella y por sus cuatro hijos -tres mujeres y un varón- le permitía llevar una vida apacible y discreta, y muy desahogada.

María del Carmen era el eje de la familia. Mujer de profundas creencias religiosas, controlaba todo y a todos, incluyendo el holding de empresas familiares que logró levantar junto a su marido, hasta que un cáncer se lo llevó a la tumba, a partir de una pequeña fábrica de resinas que se expandió después por toda Iberoamérica; también eran propietarios de tres concesionarios de coches, dos de ellos de alta gama, en Alicante.

Ella sabía que el deterioro biológico le haría abandonar, tarde o temprano, el timón del barco. Por eso quería que su hijo, Vicente, asumiera el timón del barco. Que fuera su sucesor.

Una visión que no compartían algunos de los tres yernos de la señora.

O, al menos, uno de ellos, Miguel López, de 49 años, casado con Fuensanta, una de las hijas, con la que tiene dos chavales y una chica.

López fue detenido la mañana del pasado miércoles, como supuesto autor del crimen.

El sospechoso era administrador único del concesionario en el que fue asesinada su suegra, María del Carmen, cuyo cadáver fue descubierto por un empleado en el mencionado concesionario.

Una vez avisado por la Policía, López regresó al local y se encargó de colaborar con la policía y de contar a su familia y a sus cuñados lo que había pasado.

A la Brigada de Homicidios de la ciudad no le cupo la menor duda de que el asesino se encontraba en el entorno familiar.

Conocía como la palma de su mano el concesionario. María del Carmen había sido asesinada en la zona del lavadero, donde no había cámaras de seguridad.

Practicaba el tiro olímpico

Los hermanos y sus parejas fueron interrogados durante más de cinco horas.

Pronto emergieron las viejas historias de siempre. envidias, celos y ambición, mucha ambición, por el dinero. Un «Falcon Crest» a la alicantina.

Pronto descubrieron que el yerno que dirigía el concesionario en el que María del Carmen fue asesinada tenía licencia de armas y practicaba el tiro olímpico de forma regular. Estaba, por lo tanto, familiarizado con su uso.

La Policía Científica añadió después otro dato esclarecedor: los dos proyectiles de 9 milímetros disparados habían sido modificados para que se amoldaran al arma que se utilizó para matar a la matriarca. Dos proyectiles dentro de un cartucho del calibre 38.

López fue desde el principio sospechoso, por ese motivo.

Se le hizo la prueba de la parafina para ver si había rastros de pólvora en sus manos, pero dio negativo. Pudo utilizar guantes.

Cuando fue detenido, el yerno no confesó el crimen, pero le dijo a la Policía que estaba esperando que se produjera el arresto porque se había extendido el rumor de una inminente detención de uno de los miembros de la familia.

Tenía que ser él, debió deducir.

Al mediodía del miércoles fue conducido, esposado, al concesionario donde se produjo el asesinato, para participar en una reconstrucción.

La hipótesis del móvil económico es la que ha cobrado más cuerpo, a día de hoy.

Ahora le toca dilucidar la verdad al magistrado del Juzgado de Instrucción 7 de Alicante, que ha decretado el secreto del sumario.

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