El abogado defensor del parricida de Moraña acepta la petición de prisión permanente revisable del fiscal tras la confesión de su cliente
|
06/7/2017 04:55
|
Actualizado: 06/7/2017 00:50
|
El abogado que defiende al parricida de Moraña (Pontevedra) ha modificado su informe final y ha trasladado su conformidad con los hechos relatados por el fiscal, quien mantiene que en julio de 2015 el hombre hizo ingerir fármacos a sus dos hijas de cuatro y nueve años de edad antes de asesinarlas con una sierra eléctrica y un cuchillo.
En su intervención en la segunda sesión del juicio que se sigue en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, el letrado Luciano Canedo ha modificado sus conclusiones y ha mostrado su aceptación de los hechos relatados, «al haberlo manifestado así en el acto de juicio oral David Oubel«, quien también pidió perdón y trasladó que «se arrepiente de los hechos».
Con ello, el abogado de la defensa asume la solicitud de pena realizada por parte del Ministerio Fiscal, que pide prisión permanente revisable -la primera que se pide en Galicia y que, de ser la pena impuesta en la sentencia, sería la primera condena de estas características en España-.
«Partiendo pues del libre, consciente y pleno reconocimiento que de los hechos ha realizado mi defendido, habrá de dictarse un veredicto por parte del jurado acorde con ello», ha proclamado el abogado, tras lo que, en el turno final de palabra, el propio Oubel ha dicho no tener «nada más que decir» que lo alegado por su letrado.
Por su parte, el fiscal se ha ratificado en su informe final y ha pedido al jurado que declare «plenamente culpable» al acusado y le condene a prisión permanente revisable; lo que ha sido secundado por la acusación particular que, aunque ha modificado su informe para quitar la acusación de «ensañamiento», solicita la misma pena.
EL FISCAL NO TIENE «LA MÁS RAZONABLE DUDA»
En su exposición de conclusiones, el fiscal ha subrayado que, a partir de las periciales y el «reconocimiento de plena culpabilidad» por parte de Oubel, «resulta palmaria la destrucción del principio de presunción de inocencia» y no existe «la más razonable duda de la imputabilidad y culpabilidad del acusado». «No tiene sentido mantener una presunción que no mantiene el propio acusado», ha sentenciado.
Además, entiende que no hay «ninguna posibilidad de aplicación» del principio ‘in dubio pro reo’, porque, atendidas las pruebas practicadas, no se puede plantear «ninguna hipótesis razonable alternativa a lo relatado y a la culpabilidad del acusado», de quien ha dicho que actuó con plena conciencia, voluntad y de forma «premeditada» y «planificada».
Finalmente, el fiscal ha manifestado que la agravante de alevosía se justifica en la «clara superioridad física» de Oubel, en las armas empleadas, en el uso de cinta americana, en haberles dado fármacos y en «la sorpresa con la que actuó», ya que «no es de esperar por unas niñas que aparezca su padre y acabe con sus vidas». «No dio ninguna posibilidad de defensa», ha rematado.
ARREPENTIMIENTO «POCO CREÍBLE»
En el mismo sentido se ha pronunciado el abogado de la acusación particular, ejercida por la familia materna, quien ha agregado que la actuación del padre fue «meticulosa, pensada y absolutamente consciente», lo que ha argumentado en el envío de las cartas, en que compró la radial «un día o dos antes», en que adormeció a las niñas con tranquilizantes y en que llegó a maniatar a su hija mayor.
Finalmente, el letrado ha sostenido que Oubel «tenía capacidad para comprender que no se puede matar» y que sus actos se dirigían a dar muerte a sus hijas. «Tiene juicio, otra cosa es que no sienta pena ni dolor hacia el dolor ajeno», ha remarcado, antes de apuntar que es «poco creíble la manifestación de arrepentimiento que realizó» el padre este martes en la primera sesión del juicio.
NARCISISTA PERO SIN TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Este miércoles, psicólogos que evaluaron a David Oubel después del crimen de sus dos hijas, le han definido como una persona «narcisista» y con una autoestima «muy elevada», que cuando actuó no presentaba «ninguna anomalía, trastorno de la personalidad, patología grave» ni amnesia temporal, aunque sí muestra «conductas ciertamente desadaptativas», «falta de empatía» y «cierta frialdad».
Asimismo, han apreciado que en los hechos «hay premeditación», tanto en lo relativo a la compra del arma como en medidas «preventivas» como el enviar una carta previamente «en la que se explica e indirectamente se hace ver lo que va a ocurrir». Además, han remarcado que posteriormente el padre no mostró angustia ni arrepentimiento.
Por otro lado, en respuesta a preguntas del abogado de la defensa, los psicólogos han reconocido también que en «los cuidados» que presentaban los cuerpos de las niñas –por la administración de medicamentos y el que los cadáveres estuviesen cubiertos con una manta y en posición ordenada–, se aprecia «una relación afectiva positiva» entre el autor de los crímenes y las víctimas.
SIGNOS DE LUCHA
Los forenses que hicieron la autopsia a las niñas han ratificado que en el momento en que murieron se encontraban bajo los efectos de fármacos, si bien han apreciado que aunque la niña más pequeña –Amaia, de 4 años– tenía una lesión «prácticamente única», la mayor –Candela, de 9 años– presentaba «claramente señales de lucha» porque tenía «hasta 10 heridas distintas».
Esto, unido a la posición en la que hallaron el cuerpo de Candela, a que era la única atada con cinta aislante –de la que habría conseguido liberar una de las muñecas– y a que en su habitación encontraron una de las armas utilizadas para producir las lesiones –la radial–, ha llevado a los forenses a apuntar un posible «intento de escapatoria» por parte de la niña.
En relación con ello, han explicado que los fármacos tuvieron un efecto diferente en cada una de las menores, lo que justifica los signos de lucha que presentaba la mayor. Así, han recordado que el volumen de distribución de los medicamentos depende del peso, a lo que se añade que se desconoce qué cantidad ingirió cada una de las niñas.
RECONOCIMIENTO DE LOS HECHOS
La Fiscalía sostiene que el 31 de julio de 2015 el acusado estaba en su casa en Moraña con sus dos hijas de 4 y 9 años de edad, pasando el periodo de visitas de vacaciones, cuando, «con evidente ánimo de acabar con su vida y con la finalidad de evitar cualquier posibilidad de defensa o huida de las menores», les hizo ingerir fármacos antes de asesinarlas con una sierra eléctrica y un cuchillo.
Posteriormente, el padre se autolesionó y fue trasladado a un centro hospitalario, donde fue dado de alta unas horas después. Al día siguiente, día 1 de agosto, el Juzgado Mixto número 1 de Caldas decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el varón.
David Oubel, que ha aparecido muy cambiado físicamente respecto a su detención y que durante el juicio se ha mostrado cabizbajo, este martes reconoció el crimen de las pequeñas y trasladó su arrepentimiento antes de pedir perdón y admitir que cuando ocurrieron los hechos no tenía sus capacidades limitadas, si bien dijo desconocer los motivos que le llevaron a asesinarlas.
Tras la comparecencia de testigos y peritos este martes y miércoles, este jueves se reanudará el juicio con la entrega al jurado del objeto de veredicto, un documento en el que se narran los hechos alegados por las partes y que el jurado deberá declarar probados o no y sobre los que debe determinar la culpabilidad o no culpabilidad del acusado.
A continuación, los miembros del jurado empezarán la deliberación y posteriormente emitirán su veredicto, donde serán necesarios siete votos para establecer la culpabilidad y cinco votos para establecer la inculpabilidad del acusado. Además, tendrán que decidir sobre la procedencia de la aplicación de beneficios de remisión condicional de la pena, así como sobre la petición de indulto.
UN NARCISISTA CON UNA ESTIMA MUY ELEVADA
Por otra parte, los psicólogos que evaluaron al parricida de Moraña con posterioridad al crimen de sus dos hijas, le han definido como una persona «narcisista» y con una autoestima «muy elevada», que cuando actuó no presentaba «ninguna anomalía, trastorno de la personalidad, patología grave» ni amnesia temporal.
Así lo han trasladado dos psicólogos en la segunda sesión del juicio que se sigue contra David Oubel en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, quienes han mantenido que no encontraron en el acusado rasgos de un trastorno de la personalidad «en sí mismo», aunque sí presenta «conductas ciertamente desadaptativas».
En todo caso, han apuntado que lo ocurrido «no entra claramente» en el rango de los delitos impulsivos y completamente descontrolados, puesto que «hay premeditación» en lo relativo a la compra del arma, y en medidas «preventivas» como el enviar una carta previamente «en la que se explica e indirectamente se hace ver lo que va a ocurrir».
Según han explicado, encontraron en Oubel «falta de empatía, pese a la relación paterno-filial, y cierta frialdad». Además, han apuntado que personas con rasgos de la personalidad narcisistas pueden responder ante un desengaño o una negativa de forma «más intensa» y no suelen escoger una víctima al azar, sino que normalmente son personas conocidas.
En este sentido, han concluido que David Oubel en el momento de los hechos actuó con libertad y no presentaba «ninguna anomalía ni trastorno de la personalidad» ni tenía ninguna «patología grave que le mermase» desde el punto de vista cognitivo, intelectivo ni volitivo. Además, han remarcado que posteriormente no mostró angustia ni arrepentimiento.
FALSA AMNESIA
En cuanto a la amnesia lacunar –correspondiente a un determinado periodo de tiempo– alegada por el acusado tras los hechos, los psicólogos han manifestado que «no es congruente» desde el punto de vista biológico ni psicológico.
Así las cosas, han mantenido que «todo el perfil de sus respuestas son de un rendimiento óptimo» y su estado emocional era «tranquilo e incluso frío». «No cumple las características, era una falsa amnesia lacunar. La amnesia se mueve en función de sus propias necesidades e intereses», han sostenido.
RELACIÓN «AFECTIVA POSITIVA»
En respuesta a preguntas del abogado de la defensa, los psicólogos han reconocido también que en «los cuidados» que presentaban los cuerpos de las niñas se aprecia «una relación afectiva positiva» entre el autor de los crímenes y las víctimas.
En concreto, han aludido a la administración de sustancias medicamentosas que «parece llevada por la intención de que las víctimas estuviesen dormidas, no ofreciesen resistencia o no sufriesen» y por el «trato cuidadoso de los cadáveres, cubiertos con una manta y en posición ordenada».
«NINGUNA ALTERACIÓN NI ENFERMEDAD»
Por su parte, las forenses del Instituto de Medicina Legal de León que también atendieron a Oubel, que han comparecido con posterioridad este miércoles, han coincidido igualmente en que «no se puede apreciar ninguna variación en las bases psicobiológicas de la imputabilidad» respecto al acusado.
«Este señor no tiene ninguna alteración ni enfermedad que le impida comprender lo que va a hacer. Se prepara para ello y lo realiza», han explicado las médicos forenses. EP.
Noticias Relacionadas: