La formación en ciberseguridad es uno de los puntos débiles de los abogados
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19/7/2017 04:58
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Actualizado: 18/7/2017 19:47
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El tránsito de una justicia en papel a otra digital genera cambios en todos los interlocutores sociales. En este entorno tecnológico los abogados deben ser conscientes que pueden ser vulnerables a través de cibertaques. Salvo las grandes firmas, la mayor parte de despachos de abogados carece de una estrategia sobre esta cuestión, esto hace que los expertos reclamen que Colegios de Abogados y CGAE asesoren a los bufetes en esta práctica.
Una de las asignaturas pendientes de la abogacía tradicional es adaptar su modelo de despacho al entorno digital. En esa transición el Plan Estratégico del CGAE para 2020 contempla en sus apartados 79 y siguientes medidas de cara a que esa transformación se haga de forma adecuada y sin traumas.
Cuestiones como el almacenaje en la nube o cloud computing, el desarrollo de algunas app o la gestión de los datos viene reflejado en dicho Plan que pretende marcar la pauta de la abogacía del futuro.
En una jornada celebrada en el CGAE, en colaboración con INCIBE, presidida por su presidenta, Victoria Ortega, diferentes expertos han abordado el tema de la ciberseguridad y su relación con la confianza digital y la responsabilidad social corporativa. Un tema aún muy verde para muchos despachos de abogados. En este contexto el propio CGAE e INCIBE publicaban hace meses una guía para orientar a los despachos sobre qué hacer si tienen una fuga de información.
Esta situación es cada vez más habitual, porque esa fuga de información puede venir provocada por un ciberataque o una deficiencia del sistema de prevención del despacho. “En este tipo de tesitura, es bueno que Colegios de Abogados y CGAE marquen el camino de por dónde hay que ir en materia de ciberseguridad, y orientar a la gran mayoría de bufetes que aún no han tomado conciencia de la importancia de esos riesgos”, apuntaba Carlos Gallego, socio de Cuatrecasas.
Otras voces como la de Germán Granda, director general de FORETICA, recordó la relación entre la ciberseguridad y la responsabilidad social corporativa. Sobre ésta recordó que los despachos de abogados están empezando a emerger “sobre todo en temas de pro bono, voluntariado y medioambiente, lo que deja claro es que tienen un camino por delante amplio para situar la responsabilidad social corporativa como eje de su estrategia y gestión. “Este experto explicó con detalles el marco institucional de esta actividad “Estamos trabajando con INCIBE en desarrollar un programa de RSC para este sector tecnológico” apuntó.
Por su parte, Cristina Pugdengolas, abogada de la Fundación Fernando Pombo, explicó el origen de esta entidad, una de las primeras en el desarrollo de actividades de pro bono y voluntariado y derechos humanos de la abogacía en estos siete años de existencia. “Nos preocupa mucho el uso de la tecnología porque puede ser una herramienta que fomente los delitos de odio u hostigamiento contra las víctimas de violencia de género. Creo que los abogados debemos tener un papel más proactivo en estos temas y denunciar más”.
Expertos como el economista Aldo Olcese y Tomás González Cueto, abogado del Estado en excedencia, se mostraron partidarios del desarrollo de códigos de conducta en las empresas de cara a saber gestionar un fenómeno tan nuevo como es la ciberseguridad. Para Olcese “es evidente que los riesgos tecnológicos están por encima de los financieros. Y que un problema tecnológico no bien gestionado puede hundir tu empresa”. En su intervención reclamó más inversión de empresas en ciberseguridad “hasta hace dos años eran muy escasas, creo que con los últimos acontecimientos muchas empresas advierten ya el problema”.
Los ponentes coincidieron en la necesidad que el abogado advierta de la necesidad de contar en la ciberseguridad como un valor estratégico en la gestión de su despacho. Es importante que para asesorar a sus clientes tanto en los riesgos que entraña esta disciplina como en su gestión posterior, conozcan a fondo lo que supone estar metido en este entorno tecnológico donde los sistemas de cualquier empresa pueden ser vulnerables.
A este respecto resaltaron la falta aún de interés real por muchos abogados en estos temas y la necesidad que desde entidades colegiales o CGAE se explique el concepto de seguridad y su alcance. De hecho el propio José María Gil Robles, socio de Garrigues explicó la necesidad de contar con un despacho tecnológicamente bien ocupado “a la vez que tener claro cuál va a ser el uso que demos a esas herramientas, sobre todo de cara a mejorar la gestión de la firma”.
De la misma opinión era Iñaki Vicuña, responsable del Centro de Documentación Judicial y CENDOJ y Letrado Mayor del CGPJ sobre la ciberseguridad a la que calificó de tsunami al que hay que enfrentarse para mitigar su impacto. “Nadie debe dudar que tener un sistema que te ayude a minimizar esos ataques cibernéticos genera una ventaja competitiva importante en tus rivales”.
Y recordó que ahora con el Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) a punto de aprobarse las brechas de seguridad hay que comunicarlas a las 72h “pero es muy importante que el cliente lo sepa el primero”.
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