Se enfrenta a 7 años de prisión por autorizar a sus gemelos de 16 años a enrolarse en el DAESH

Se enfrenta a 7 años de prisión por autorizar a sus gemelos de 16 años a enrolarse en el DAESH

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11/9/2017 05:57
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Actualizado: 02/8/2018 13:50
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La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita una pena de 7 años de cárcel y multa de 1.800 euros por un delito de colaboración con organización terrorista para Rhimou Ben Youseff, una mujer marroquí residente en Barcelona, que será juzgada este martes por facilitar en marzo de 2015 el viaje a Siria de dos de sus hijos menores de edad para que se unieran a la ‘yihad’. Ya había perdido a su hijo mayor en el conflicto.

Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, Chakir y su hermano gemelo Chakib, nacidos en 1999, iniciaron un proceso de radicalización en la ideología yihadista que culminó con su integración en el DAESH y su determinación de desplazarse a Siria para efectuar la ‘yihad‘. Ambos fueron juzgados y condenados por estos hechos por el Juzgado Central de Menores en diciembre de 2016.

Este martes será su madre la que se siente ante el tribunal de la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por permitir que sus hijos gemelos se dispusiesen a viajar a Siria para enrolare en el DAESH, como ya hizo tiempo antes su primogénito, quien murió en las filas del grupo terrorista.

Fue precisamente a raíz de la muerte de su hermano, a quien su madre ponía como ejemplo, cuando los gemelos comenzaron un proceso de radicalización que culminó con su integración en el Dáesh y su determinación de desplazarse a Siria para hacer la yihad, como señala la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.

Radicalización en Marruecos

La radicalización se produjo en Marruecos, a donde los menores se trasladaron junto con su familia en 2014 tras abandonar su instituto de Badalona y donde comenzaron a asistir a una madraza (escuela coránica).

Poco después ambos cayeron en las redes de una célula de adoctrinamiento, lo que determinó que empezasen a acudir a una escuela islámica radical y que comenzasen a planear su traslado a Siria, guiados por un reclutador, M.M., que ya fue condenado en Marruecos por integración en organización terrorista.

Al tiempo, la familia volvió a Badalona, donde los chicos siguieron en contacto con su captador, que les llegó a ofrecer financiación para el viaje.

Su madre, sin embargo, se oponía al traslado porque ambos eran menores y no quería que fuesen solos. Se encontraba «entre dos fuegos», llegó a decirle al reclutador en una de las comunicaciones intervenidas, ya que la elección era muy complicada.

«Nosotros ya dimos uno (un hijo) ¡Gracias a Dios! y esperemos que Dios le acepte», le dijo.

Y añadió después: «Cuando veamos una clara revelación y un camino correcto, pues bienvenido sea (…) pero me resulta muy difícil que dos niños, que apenas están empezando, cogerlos y sacrificarlos así… (sic)»

Sí que estaba dispuesta, sin embargo, a darles su autorización (necesaria al ser menores) en el caso de que el captador o un mayor de edad les acompañase en el viaje que les llevaría a combatir con el Estado Islámico.

«La razón la tienen», llegó a reconocer la madre en otra conversación, en la que tomaba especial precaución sobre lo que decía por teléfono, pero, para ella, lo importante era que viajasen acompañados de un adulto.

Con todo, la madre de los gemelos acabó autorizándoles siempre y cuando tuviesen «todo hablado, todo explicado y todo arreglado» y no viajasen al territorio dominado por el Dáesh «así por así».

Una decisión que el captador celebró: «Si yo tuviera 10 (hijos), no dejaría a ni uno sin ir».

«DIOS ES LO PRIMERO»

La mujer aducía en dichas llamadas al hecho de haber perdido ya un hijo, que ella y su marido estaban cerca de los sesenta años y que tenían además una hija pequeña, si bien añadía que «por supuesto, Dios es lo primero».

«Cuando veamos una clara revelación y un camino correcto, pues bienvenido sea, yo soy de las primeras personas que piensa que si Dios quiere en estar con ellos pero me resulta muy difícil que dos niños que apenas están empezando cogerlos y sacrificarlos así…», decía Rhimou en otra de las conversaciones interceptadas, si bien la mujer accedió finalmente, entregando los pasaportes a los menores y autorizándoles a viajar.

En las últimas comunicaciones con Mouhadin, la mujer señalaba: «pues ya está, reza por ellos, para que Dios les ayude a ellos y a todos». Seguidamente, le dice al captor que sólo le pedía ‘al Todopoderoso’ que sus hijos no cayeran «en manos de sus enemigos», si bien no le daba miedo «lo de allí, porque allí ya está, gracias a Dios y ya está». (CONFILEGAL/EP)

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