Un jurado popular declara no culpable al acusado por el doble crimen de Almonte
El acusado ha salido de la Audiencia Provincial escoltado por la Policía Nacional por precaución.

Un jurado popular declara no culpable al acusado por el doble crimen de Almonte

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07/10/2017 05:58
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Actualizado: 02/8/2018 13:37
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Un jurado popular ha declarado no culpable este viernes por votación de la mayoría de sus miembros a F.J.M., único acusado por el doble crimen de Almonte (Huelva), en el que murieron de manera violenta un padre y su hija de ocho años en abril de 2013.

De este modo, en su veredicto, el jurado popular, formado por seis mujeres y tres hombres, ha declarado no culpable después de un mes de juicio a F.J.M., el cual reiteró su inocencia, y que se enfrentaba a 50 años de cárcel. Igualmente, la magistrada presidenta del tribunal ha dictado sentencia absolutoria y ordenado su inmediata puesta en libertad.

La última sesión del juicio fue este miércoles y desde esa tarde-noche el jurado popular ha estado aislado para deliberar sobre su veredicto, el cual ha generado gran interés ya que en las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva se han congregado allegados, tanto de la familia de las víctimas como del acusado, para mostrarles su apoyo en estos complicados momentos.

De este modo, ya en la sala, al conocer el veredicto de inculpabilidad, la madre y abuela de los fallecidos ha sufrido una crisis nerviosa y ha increpado al acusado y al propio jurado, por lo que ha tenido que abandonar la sala y ser atendida por profesionales. Este hecho ha provocado que la jueza haya suspendido la lectura del veredicto en el segundo punto y desalojara la sala ante la tensión generada.

Por su parte, el acusado ha salido de la Audiencia Provincial escoltado por la Policía Nacional por precaución, y muy arropado por sus familiares y amigos que le han recibido entre aplausos y palabras de apoyo.

Los abogados de la defensa, Francisco Baena Bocanegra y Juan Ángel Rivera, han manifestado en declaraciones a los periodistas su satisfacción por esta sentencia absolutoria.

«Con una sentencia absolutoria, después de cuatro años luchando, de un juicio de más de un mes, después de vivir, queramos o no queramos, la tensión que supone un juicio de este calibre y el incierto que supone un jurado, la satisfacción se resume en las lágrimas de ese hombre que lleva sufriendo cuatro años», ha remarcado Baena Bocanegra.

Tras trasladar su pésame a los familiares de las víctimas, ha señalado que «ya se ha acabado la hora de los duelos, ahora es la hora de la justicia, y ésta ha sido inapelable, un veredicto de inculpabilidad, más no podemos pedir, estamos satisfechos», ha enfatizado, recordando que «la justicia es lenta pero siempre llega al final».

Por su parte, Juan Ángel Rivera ha sostenido que «ha llegado el momento saber quién ha matado a M.A.D. y a su hija y que no se coja a cualquier persona por dudas y pase por el calvario que ha pasado F.J.M, su familia, sus amistades y todo Almonte». «Almonte necesita que aparezca finalmente quién ha cometido esa aberración», ha concluido.

LAS ACUSACIONES PARTICULARES, RECURRIRÁN

Por su parte, los letrados de las dos acusaciones particulares han adelantado que presentarán el correspondiente recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Inmaculada Torres, abogada de la madre y expareja de las víctimas, ha asegurado que «no saben lo que ha podido pasar» puesto que «hay condenas con pruebas de ADN en el TSJA, en el Tribunal Supremo, no sabemos qué ha podido pasar». «Quizá no hemos conseguido llegar al jurado o sus miembros no han sido lo suficientemente valientes para condenar a una persona a 50 años, es una carga muy fuerte para unas personas que no se dedican a esto», ha proseguido.

Convencida de que «pruebas hay», ha señalado que la presencia de ADN de F.J.M en tres toallas de la vivienda donde aparecieron los cuerpos es «la principal prueba», a la par que ha remarcado que, a su juicio, «no hay explicación ninguna» que argumente la presencia de su ADN en las prendas. Por ello, «tendrá que ser el TSJA quién lo decida, y si no tendrá que ser el Supremo», ha dicho Torres.

«La jurisprudencia dice que el ADN es una prueba suficiente y si ya un tribunal profesional dice que con el ADN no, entonces será que no», pero «la jurisprudencia dice que el ADN es prueba directa para condenar», ha destacado Torres. «Esperamos que en otras instancias esto se resuelva en otro sentido, esto no termina aquí», ha zanjado la letrada, que a la salida de la Audiencia Provincial ha comentado que aún no había tenido ocasión de darle la noticia a su cliente, la madre y expareja de los fallecidos.

Por su parte, el abogado Gustavo Arduán, que representa a los padres y hermano del fallecido, ha recordado que el sistema del jurado popular «no es el más idóneo para juzgar un tema de esta envergadura.

«LA FAMILIA ESTÁ HUNDIDA»

Así, ha expresado su «absoluta disconformidad» porque, a su juicio, no se comprende qué argumentos han desarrollado para este veredicto y por tanto, ha incidido en conocer la motivación por escrito del jurado popular. En concreto, Arduán ha hecho hincapié en la importancia de conocer las razones que han dado los miembros del jurado a las diez cuestiones planteadas en el objeto del veredicto porque deben ser «lo suficientemente sucintas y lógicas para que puedan ser entendibles» y, una vez conocidas, presentarán el recurso.

«La familia está hundida», ha proseguido el letrado, que ha recordado que las circunstancias de las muertes ya son muy dolorosas, y «aumenta el dolor porque, después de todo lo visto y oído durante estos 30 días de juicio, no se entiende que se pueda llegar a esta conclusión». La familia ha tenido que recibir asistencia profesional en el juzgado ante «este hundimiento emocional» porque durante este tiempo tenían «la fortaleza propia de quien espera un veredicto de culpabilidad y no han podido resistirlo», ha remarcado Gustavo Arduán.

Del mismo modo, cuestionado por si, ante el recurso, un tribunal profesional puede cambiar el veredicto, el abogado ha recordado la importancia de que las motivaciones planteadas por el jurado sean «lógicas», porque «si se observa que existen deficiencias en el discurso o en alguna apreciación del jurado en relación a determinadas cuestiones fundamentales, pues no nos cabe duda de que el tribunal lo cambiará». (EP)

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