El Colegio de Abogados de Madrid fue fundado por 37 abogados de la Corte de Felipe II hace 420 años
La antigua mansión del marqués de Portazgo, en el 9 de la madrileña calle de Serrano, es hoy la sede principal del ICAM; construido en 1880, fue remodelado en 1910.

El Colegio de Abogados de Madrid fue fundado por 37 abogados de la Corte de Felipe II hace 420 años

El 15 de junio de 1596 una Real Provisión del emperador, Felipe II, aprobó las «Ordenanzas de la Congregación de Abogados de la Corte», pero no fue hasta el 31 de agosto de ese año cuando tuvo lugar el acto fundacional. El pistoletazo de salida de una larga trayectoria que acumula en 2017 420 años de historia.

Ese día, 37 abogados se reunieron en el convento de San Felipe en solemne acto. Fue el primer paso. Sin embargo, hasta los estatutos de 1732 no se reguló, por primera vez, el acceso a la profesión. Y se implantaron definitivamente los requisitos que ya se venían exigiendo desde 1684, como la obligatoriedad de colegiarse para atender asuntos en la corte, o las llamadas pruebas de limpieza de sangre, el mecanismo de discriminacion que se aplicaba a los conversos -judíos y musulmanes-, que consistían en exigir al aspirante a abogado probar que descendían de cristianos viejos.

Dichas pruebas no se abolieron hasta 1835.

Su posición como «Colegio de la Corte» le dio un papel predominante en la profesionalización de la abogacía durante los siglos XVII y XVIII. Sus estatutos de 1732 y la regulación básica de los denominados como abogados de pobres (el actual turno de oficio) sirvieron como base para la mayor parte de los Colegios que se crearon en este siglo que llegaron a denominarse incluso «como filiales del de Madrid».

De esta forma, y al menos hasta el siglo XIX, el Colegio se configuró desde una doble perspectiva: la base asociativa local y una proyección nacional desde el centro de la Corte.

En 1838 se promulgó primera regulación estatal que afectaba por igual a todos los Colegios de Abogados. Los nuevos estatutos de 1838, de cumplimiento para todas las corporaciones del país, simplificaron los requisitos de inscripción: se eliminó cualquier referencia a la genealogía o a la moral de los pretendientes al que se exigía solamente el título de abogado o certificación de pertenecer a otro Colegio.

A partir de este momento se desarrollan las instituciones internas del Colegio como las Juntas de Gobierno o las sociedades de socorros mutuos. El desarrollo del Colegio en el siglo XIX se vio determinado por la figura de Manuel Cortina, decano entre 1847 y 1878, quien fue elegido 31 veces.

Su larga permanencia en el decanato y su actividad política permitieron que el Colegio tuviera un papel destacado en el desarrollo jurídico del régimen liberal español.​

Durante su mandato se consolidó el funcionamiento interno de la corporación y se creó, en 1852, la Biblioteca del Colegio. A lo largo de todo este periodo destacó la participación de los juristas del Colegio en la labor codificadora iniciada a principios de siglo.

Entre 1847 y 2017 el Colegio ha tenido 29 decanos. Algunos tan ilustres como Eugenio Montero Ríos (1880-1882), quien llegó a ser ministro de Gracia y Justicia en cuatro ocasiones, antes del reinado de Amadeo I de Saboya, durante y después (del 9 de enero de 1870 al 4 de enero de 1871; del 24 de julio de 1871 al 5 de octubre de 1871 y del 13 de junio de 1872 al 12 de febrero de 1873), y una vez más (entre 1892 y 1986), ministro de Fomento (1885 a 1886) y presidente del Gobierno (entre el 23 de junio de 1905 y el 1 de diciembre del mismo año).

José Canalejas, presidente del Gobierno

O como Saturnino Álvarez Bugallal (1883-1884), sucesor del anterior que fue ministro de Gracia y Justicia bajo el reinado de Alfonso XII (entre 1879 y 1881), José Canaletas Méndez, que fue ministro de cuatro carteras diferentes -Fomento, Gracia y Justicia, Hacienda, y de Agriculura, Industria, Comercio y Obras Públicas-, presidente del Congreso de los Diputados y presidente del Gobierno, este entre 1910 y 1912, cargo que ostentaba cuando lo asesinaron.

Canalejas fue decano entre 1901 y 1906.

El que fuera decano del ICAM entre 1901 y 1906 fue asesinado en plena calle, en Madrid, en 1912, siendo presidente del Gobierno. Wikipedia.

El sucesor interino de Canalejas fue otro abogado que después sería decano del Colegio de Abogados de Madrid en 1916 y hasta 1921: Manuel García Prieto, que había sido antes ministro de Fomento y de Estado (Exteriores), desde 1910, bajo la presidencia de Canalejas.

Francisco Bergamín tomó el testigo en 1922 como decano. Bergamín tambien fue ministro, pero de Instrucción Publica y Bellas Artes, de Gobernación, de Hacienda y de Estado, bajo el reinado del Rey Alfonso XIII.

El decano entre 1923 y 1929 fue Juan de la Cierva y Peñafiel, quien, como los anteriores ocupó varias carteras: Instrucción Pública y Bellas Artes, Gobernación, Guerra, Hacienda y Fomento, estas tres últimas en dos mandatos diferentes.

Ángel Ossorio y Gallardo fue decano de los abogados madrileños entre 1930 y 1931. Fue nombrado gobernador civil de Barcelona -entre 1907 y 1909- y ministro de Fomento, entre 1919 y 1920, además de embajador de la República en Francia, Bélgica y Argentina.

Entre 1932 y 1936 el decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid fue Melquíades Álvarez González-Posada, quien fue presidente del Congreso de los Diputados durante la restauración borbónica.

Álvarez fue uno de los grandes oradores de nuestra historia. Su don le valió los apodos de «Pico de Oro» y «el tribuno». Murió asesinado por una turba de milicianos izquierdistas la noche del 22 al 23 de agosto de 1936 en la cárcel Modelo de Madrid, donde había sido encarcelado, en represalia por los bombardeos que había sufrido la capital por parte de los aviones rebeldes.

La primera mujer abogada de la historia

Los estatutos de 1920 se aplicaron solo al Colegio de Madrid por primera vez desde los de 1732.

Los nuevos estatutos permitieron la incorporación de las mujeres: Carmen López Bonilla fue la primera en iniciar los trámites, en 1921, si bien no los completó hasta 1930.

Victoria Kent en una foto de sus comienzos, como abogada, en la Audiencia Provincial de Madrid; el sello con su efigie fue acuñado en 1990 por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre como homenaje a su persona. RTVE.

Victoria Kent en una foto de sus comienzos, como abogada, en la Audiencia Provincial de Madrid; el sello con su efigie fue acuñado en 1990 por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre como homenaje a su persona. RTVE.

La primera mujer en incorporarse de forma efectiva en la corporación fue Victoria Kent en 1925.

Después de la guerra civil y tras el nombramiento de una junta de gobierno provisional por la Falange se llevó a cabo un proceso de depuración que conllevó la expulsión de los desafectos al nuevo régimen.

Aunque la junta de la Falange abandono sus funciones en julio de 1939 hasta 1951 no se volvió a elegir al decano de forma directa por los colegiados.  En los años cuarenta la corporación participó en la creación de un organismo que englobara a todos los Colegios de España, lo que se concretó en 1943 con la creación del Consejo General de la Abogacía española.

En el final de franquismo la corporación también participó en las turbulencias políticas del momento, con una importante participación de colegiados en la oposición antifranquista.

El Gobierno franquista llegó a intervenir en 1972 para evitar varias candidaturas a la junta de gobierno del Colegio de opositores como Enrique Tierno Galván, Pablo Castellano o José María Gil-Robles lo que llevó a la suspensión de las elecciones por la retirada del resto de candidatos.​

Pedrol Rius, que ocupó el cargo de decano desde 1972 hasta 1992, adaptó las instituciones de la corporación al nuevo marco constitucional.​ En el mandato de su sucesor Luis Martí Mingarro se aprobaron los últimos estatutos vigentes del Colegio, de 2007.

En 2012, Sonia Gumpert ganó las elecciones, convirtiéndose así en la primera mujer en ocupar el cargo de decana en la corporación madrileña.

Durante su mandato se organizó en abril de 2015 el I Congreso de la Abogacía Madrileña​ y se avanzó en la descentralización de la corporación con la apertura de una nueva sede en Móstoles para la zona sur de Madrid.

Sonia Gumpert se convirtió en la primera decana de la historia del Colegio de Abogados de Madrid en 2012. Carlos Berbell/Confilegal.

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