Ignacio Gordillo, candidato a vicedecano de González-Cuéllar: «Los jueces y fiscales tienen más formación y especialización que los abogados»
Ignacio ha sido el responsable de formación de la Junta de Gobierno saliente del Colegio de Abogados de Madrid; no quiere que se privatice ni que se comercialice y que siga siendo un servicio para los abogados, no un negocio.

Ignacio Gordillo, candidato a vicedecano de González-Cuéllar: «Los jueces y fiscales tienen más formación y especialización que los abogados»

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11/12/2017 06:15
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Actualizado: 11/12/2017 14:13
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Ignacio Gordillo fue, durante 30 años (entre 1980 y 2010), uno de los fiscales más conocidos de la Audiencia Nacional. Durante ese tiempo llevó casos de ETA, GRAPO y GAL; fue el fiscal del caso Amedo y Domínguez y en el de Lasa y Zabala, además del de Ortega Lara. En su curriculum también constan grandes escándalos financieros, como Argentia Trust o Rumasa, y de delincuencia económica.

Hasta 2010, que dejó la Fiscalía. Pidió la excedencia y pasó a dirigir el área de Derecho Penal del despacho de abogados Martínez-Echeverría. En 2015 se independizó y montó su propio bufete, especializado en derecho penal y en la resolución amistosa de conflictos.

Desde el año 2010 y hasta el 2015 ha dirigido el área de Derecho Penal del despacho de abogados Martínez-Echevarría, siendo abogado de numerosos casos de trascendencia pública y relevancia nacional; también se dedicó al ejercicio libre de la abogacía y a la enseñanza.

Posteriormente fundó su propio bufete, especializado en derecho penal y en la resolución amistosa de conflictos.

En 2012 formó parte de la candidatura, capitaneada por Sonia Gumpert, que se hizo con la victoria en las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM),

Durante los 5 años en que ha formado parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), como diputado segundo -o número 3- se ha ocupado de la formación, una ocupación en la que se ha volcado.

En estas elecciones se presenta como vicedecano de la candidatura liderada por el abogado y catedrático Nicolás González-Cuéllar. Ha declinado formar parte de la de los «sucesores» de Sonia Gumpert, que encabeza Javier Íscar -quien fue diputado tercero en aquella-. Aquí explica sus razones.

¿Por qué se fue usted a otra candidatura, teniendo en cuenta que la mayor parte de la gente que va con Javier Íscar eran de Sonia Gumpert, la decana saliente?

Cuando la decana me dijo que no se iba a presentar a la reelección le dije que lo sentía, porque hubiera seguido con ella. Pero no con la gente que se iba a presentar, con su apoyo, porque no eran de mi confianza y porque estaban muy alejados del ejercicio diario de la abogacía. Y luego porque estos cinco años en los que hemos formado parte de la Junta de Gobierno han habido muchos problemas, muchas diferencias entre unos y otros. Yo no sentía a Javier Íscar como decano.

Me ofrecieron formar parte de su candidatura. Lo agradecí, pero decliné el ofrecimiento.

¿Le ofrecieron el puesto de vicedecano?

No, me ofrecieron un puesto de diputado, encargado de la formación. Como candidato a vicedecano iba Alejandro Alonso, una persona extraordinaria, pero su candidatura no tenía el sentido que tenía del Colegio, según mi punto de vista.

¿Quién inició su candidatura?

Se montó hace un mes y medio. Es muy reciente, sí. ¿Quién lo decide? Varias personas. Nicolás González-Cuéllar, Adolfo Prego… y varias personas más. Yo, entre ellas. La verdad es que me daba pena que, después de cinco años en la Junta de Gobierno del Colegio, de la inmensidad de horas en trabajo invertido, pues tener que dejarlo ahí. Sobre todo por el tema de formación.

A mí me preocupa que se haga un negocio de la formación, que se privatice, como se ha dicho. Porque tanto el Centro de Estudios como los másteres están haciendo un gran trabajo con montones, miles de alumnos, que pasan por el Colegio.

Se dice que la candidatura de Íscar es muy comercial. Yo digo que no tiene que ser comercial sino muy jurídica, práctica y muy eficaz para los abogados. Estamos trabajando en defensa de los abogados de oficio, de la profesión de abogado.

Aquí, la formación como negocio, nunca. Por eso me presento.

A mí me preocupa que se haga un negocio de la formación, que se privatice, como se ha dicho; por eso me presento

Para usted, lo más importante de todo es la formación.

Yo soy director del máster de la Abogacía de la Universidad Rey Juan Carlos, llevo más de 30 años colaborando con el Colegio en formación, en cursos, etcétera, además he sido fiscal de la Audiencia Nacional, como bien sabe, sigo siendo profesor para alumnos de oposición para jueces y fiscales. Para mí siempre ha sido un objetivo que la formación de los abogados estuviera al mismo nivel que la de jueces y fiscales.

Para mí eso ha sido una asignatura pendiente. Por eso, en estos cinco años hemos hecho una gran labor en ese frente, con cursos en temas nuevos, como «compliance», jurisdicción voluntaria, etcétera. Me daba pena que se perdiera.

Además, estamos en una diferencia muy grande con jueces y fiscales.

¿Cree usted que la formación de jueces y fiscales es mayor que la de los abogados?

Sí, los jueces y fiscales tienen una mayor formación y especialización que los abogados. Porque tienen muchos más medios. El abogado no los tiene. El abogado de a pie, como todos sabemos, lleva todos los asuntos que le entran, porque tiene que vivir. Ese es el problema que tiene el ejercicio de la abogacía, que la especialización es muy difícil.

Una crítica que les han hecho a la Junta de Gobierno saliente es que los cursos eran un poco caros. ¿Es así?

No, se han bajado muchísimo de precio. Los del turno de oficio son gratis. Se han bajado a cantidades pequeñísimas. Hemos conseguido ponentes, como, por ejemplo, magistrados de la Sala Segunda, que han venido a un curso cobrando por unas horas de ponencia 90 euros, más las retenciones fiscales correspondientes. Los cursos se han puesto a unos precios pequeñísimos. No creo que ese sea el motivo por el que no van.

Es más, puedo decirle que cuando algún compañero nos ha planteado problemas económicos para apuntarse a un curso, lo hemos apuntado y le hemos dicho que ya lo iría pagando en cómodos plazos, o como fuera. Siempre se permitía que el abogado hiciera el curso y no dejara de hacer esa formación imprescindible.

El abogado tiene que estar al día, incluso a nivel europeo. Tú le preguntas a un abogado por Eurojust o Europol y, a lo mejor, le suena raro. Pero jueces y fiscales, sobre todo en la Audiencia Nacional, lo conocen muy bien.

Ignacio Gordillo avanza que el Movimiento 24DOS no va a desaparecer tras las elecciones del próximo 13 de diciembre. Carlos Berbell/Confilegal. 

Los tres primeros de su candidatura son Nicolás González-Cuéllar, como decano, conocido abogado penalista y catedrático de derecho procesal, usted, fiscal en excedencia de la Audiencia Nacional y también conocido abogado, como vicedecano, y Adolfo Prego, magistrado en excedencia de la Sala de lo Penal del Supremo y abogado, como diputado primero. Un plantel muy centrado en el ejercicio de la profesión. ¿Ese es el mensaje que han querido transmitir?

Nos interesa la defensa del abogado que se pone todos los días una toga. No los despachos grandes. Es verdad que quizá llame la atención quienes formamos la cabeza de la candidatura, pero somos 14 y en nuestras filas hay abogados jóvenes, abogados del turno de oficio, que hacen una labor extraordinaria, que te cuentan que van a Móstoles o a Alcobendas a defender a los clientes que les asignan, y luego también gente que está metida en los tribunales, como Cruz Sánchez de Lara, o María Mata, que hacen una labor importantísima.

Es una candidatura, por una parte, universitaria, y, por otra, muy judicial. Aunque se hizo en poco tiempo, se consiguió formar un grupo muy bueno, con una gran ilusión y una gran capacidad de trabajo en favor de los abogados madrileños.

Ustedes son la única candidatura que se presentan, además de con un lema, con un nombre: Movimiento 24.Dos, que hace referencia al artículo 24 de la Constitución, que habla de la tutela judicial efectiva y el derecho de defensa. La sensación que transmiten es que no es algo que hayan montado ustedes para estas elecciones sino que lo han pensado para que tenga más recorrido. ¿Es correcta esta interpretación?

Así es. No es un movimiento sólo para ganar el día 13 de diciembre, en las elecciones al ICAM, sino que es mucho más de futuro. Lo que queremos es que se desarrolle legislativamente el ejercicio de la abogacía. Los derechos de los abogados, que hoy en día están en desprestigio en los tribunales y ante la misma policía, que no valora bastante su trabajo. Vamos a salir a ganar. Pero si no ganamos, vamos a continuar con el Movimiento 24.DOS en favor del desarrollo de ese artículo.

Porque, es curioso, el Constitucional ha desarrollado casi todos los artículos relativos a los derechos fundamentales, pero se le ha pasado desarrollar el del derecho de defensa, que es de los más importantes.

¿Quién va a ganar?

Confío en que seamos nosotros. La idea que nos ha unido no es la de ningún interés económico o político o comercial sino el apoyo al abogado, al ejercicio de la abogacía. No formamos parte de ningun gran despacho. No pertenecemos a ninguna logia política. Nuestro interés es totalmente altruista y no vamos a permitir que nadie pueda tener beneficio económico alguno. No se van a permitir centros de arbitraje o servicios de formación privados.

¿Pesa el hecho que el Colegio tenga 420 años de antigüedad?

Claro que pesa. Y pesa mucho el prestigio. Queremos ser oídos en la calle, queremos ser defensores de la legalidad. Que cuando se produzca cualquier ataque, podamos responder. Ahora el miedo al juez, el miedo al recurso están haciendo que se pierdan muchas posibilidades. Queremos que se cuente con el Colegio de Abogados de Madrid.

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