‘Txeroki’, condenado a 18 años por intentar matar a una periodista
'Txeroki' dirigía el aparato militar de ETA cuando fue detenido en Francia en noviembre de 2008.

‘Txeroki’, condenado a 18 años por intentar matar a una periodista

la víctima es María Luisa Guerrero, exdelegada de Antena 3 en el País Vasco
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25/7/2018 17:27
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Actualizado: 25/7/2018 17:40
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La Audiencia Nacional ha condenado a 18 años de cárcel al etarra Garikoitz Aspiazu, alias ‘Txeroki’, por intentar matar con un paquete bomba a la exdelegada de Antena 3 en el País Vasco María Luisa Guerrero. Ocurrió en enero de 2002.

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal también ha impuesto al exjefe militar de ETA el pago de una indemnización de 100.000 euros a la víctima.

Y lo ha condenado a indemnizar con 50.000 a la hermana de Guerrero, y con otros 50.000 euros a los herederos de su madre, ya fallecida, por las secuelas sufridas como víctimas potenciales al encontrarse en la vivienda cuando se recibió el paquete.

Además, el tribunal impone a ‘Txeroki’ una vez alcanzada la libertad, la prohibición de aproximarse a menos de 50 kilómetros de la víctima y su hermana, así como de comunicarse con ellas por cualquier medio por un periodo de cinco años.

El fiscal pedía 19 años, 11 meses y 29 días de cárcel para el etarra, quien se negó a declarar durante el juicio, celebrado el pasado 2 de julio.

Por este caso también fueron condenados a 18 años de cárcel Idoia Mendizábal Múgica y Asier Arzalluz Goñi en noviembre de 2011.

UNA CAJA CON 230 GRAMOS DE DINAMITA-GOMA

Los magistrados consideran probado que ‘Txeroki’ formaba parte del comando K Olaia, que decidió acabar con la vida de Guerrero, que venía siendo objetivo de la banda terrorista desde al menos el año 2000.

La había puesto a ella y a su padre, Antonio Guerrero, que entonces era director de El Correo, en la lista de los “txakurras -perros- de la pluma”, según le comunicó Interior el 18 de septiembre de ese año. Desde entonces, la periodista llevaba escolta.

Los etarras enviaron un paquete con un explosivo al domicilio de la víctima, que simulaba ser de la asociación empresarial Confebask.

Consistía en una caja de cartón del tamaño de una de zapatos, que contenía 230 gramos de dinamita-goma. Tenía un detonador eléctrico alimentado con pilas, y la bomba se accionaba abriendo la caja.

Según recoge la sentencia, con su envío, los etarras «asumían el riesgo que para cualesquiera otras personas residentes en dicho domicilio se derivara del contacto que tuviera con el paquete bomba».

Llegó al domicilio de Guerrero el 17 de enero de 2002. Lo recogió la madre de la periodista.

También estaban en la casa su hermana y la hija de ésta, de 3 años, y las tres tuvieron contacto con él, según señala la sentencia.

Explica que fue la madre de la periodista la que llamó a Guerrero para informarle. La periodista le dijo que no lo tocaran hasta que llegaran los agentes de la Ertzaintza, que explosionaron el artefacto en la vía pública.

Los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal analizan los indicios que llevan a la declaración de culpabilidad de Txeroki, entre ellos las huellas dactilares del condenado que se encontraron en dos albaranes de la empresa de paquetería desde donde se mandó la bomba, SLT; así como en varios objetos encontrados en la casa donde vivían los tres etarras del comando.

También basan su condena en las declaraciones hechas en 2004 por un colaborador del comando, Gorka Martínez, quien afirmó que Txeroki formaba parte del grupo y que las decisiones las tomaban entre los tres.

Aunque Martínez se desdijo de sus palabras en el juicio ante la Audiencia Nacional alegando que declaró bajo torturas, los magistrados no dan credibilidad a estos supuestos malos tratos porque «en modo alguno están corroborados».

Destacan también los informes periciales, según los cuales la cantidad de explosivo que contenía el paquete provocaría la muerte, en un radio de acción de cuatro metros, de las personas que se encontraran en la vivienda.

EN ESPAÑA DESDE PRINCIPIOS DE AÑO PARA SER JUZGADO POR DIVERSAS CAUSAS PENDIENTES

‘Txeroki’ cumple prisión en Francia, pero a principios de año fue trasladado a España para ser juzgado por diversas causas pendientes. Entre ellas, este intento de asesinato que llevó a cabo el comando K Olaia en 2002, con el que ETA volvió a poner en la diana a los medios de comunicación.

Garikoitz Aspiazu, considerado como uno de los jefes más duros de ETA, fue capturado en Francia el 17 de noviembre de 2008. Entonces dirigía el aparato militar de la banda asesina.

Fue arrestado junto a Leire López Zurutuza en una casa de la localidad de Cauterets, en los Pirineos franceses, donde había sido objeto de seguimiento policial en los días precedentes durante una operación contra la cúpula de la banda terrorista.

Tras ser detenido en el país galo, ‘Txeroki’ se ha sentado otras dos veces en el banquillo de la Audiencia Nacional. Hace ya casi una década.

En junio de 2011 fue juzgado por primera vez en nuestro país por el envío del paquete bomba al vicepresidente del Grupo Correo. Quedó absuelto. Los jueces consideraron que no existían pruebas suficientes para condenarlo.

Pero un mes después fue sentenciado a 377 años de prisión por 20 delitos de asesinato en grado de tentativa, 18 años por cada uno y por un delito de estragos terroristas. Entre ellos, el intento de asesinado de la exteniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo (PSE) en febrero de 2002.

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