Comienza el juicio a los etarras Txeroki y Arzalluz por el asesinato del magistrado José María Lidón
La Fiscalía pide 30 años de cárcel para cada uno de ellos
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04/11/2019 09:03
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Actualizado: 13/11/2019 16:10
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La Audiencia Nacional juzga a partir de hoy a los etarras Garikoitz Aspiazu Rubina, más conocido como ‘Txeroki’, y Asier Arzalluz Goñi, alias ‘Santi’, como autores del asesinato del magistrado José María Lidón, el 7 de noviembre de 2001, en Getxo (Vizcaya).
Se enfrentan a una petición fiscal de 30 años de cárcel, por un presunto delito de atentado terrorista. Considera a ambos autores materiales del crimen.
La Fiscalía también pide una indemnización de 500.000 euros para la familia del magistrado.
Lidón fue tiroteado en su garaje de Getxo (Vizcaya) en presencia de esposa, Marisa Galarraga, y uno de sus hijos, Íñigo. Se dirigía a la Universidad de Deusto, donde ejercía como profesor.
Del comando Olaia, al que pertenecían ‘Txeroki’ y Arzalluz, también formaba parte Idoia Mendizábal, pero su participación en este crimen no ha quedado acreditada.
El colaborador que aportó la información sobre el juez Lidón era Gallastegi Sodupe, a quien la Audiencia Nacional condenó en 2005 a 26 años de cárcel por seguir al magistrado. La pena fue confirmada por el Tribunal Supremo.
El juicio ha arrancado con el desafío de ‘Txeroki’ al tribunal de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la AN. Cuando el presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, le ha pedido que especificase si cuando sucedieron los hechos se encontraba en Vizcaya, el etarra, sentado tras una mampara de seguridad, ha espetado que sólo respondería a las preguntas de su abogado.
El juez le ha ordenado que se pusiera en pie para replicar, pero no se ha movido. Dos funcionarios de la policía le han tenido que asir de los brazos para que se incorporase.
Finalmente, ha negado haber participado en aquel atentado. También ha negado haber estado en Vizcaya en aquella época y ha asegurado que estaba en Frankfurt, por lo que niega, asimismo, que alguien pudiera identificarle en aquella acción.
La viuda de José María Lidón, María Luisa Galárraga; y el hijo de ambos, Íñigo Lidón, han declarado hoy ante el tribunal.
Preguntada sobre si conoce a los acusados, la viuda ha señalado: «Simplemente, vi cómo mataban a mi marido».
Ambos están «absolutamente» convencidos de que fue ‘Txeroki’ quien disparó, sin que quepa ya «ninguna duda».
‘Txeroki’ cumple condena en Francia por integración en organización terrorista. El pasado septiembre fue entregado temporalmente a España para este juicio, por un plazo de cuatro meses.
España lleva años reclamando a Francia que permita el traslado de ‘Txeroki’ para poderle juzgar como responsable intelectual del atentado en la T4 de Barajas que en 2006 mató a dos personas y puso fin a la tregua de la banda terrorista.
Arzalluz también estuvo en prisión en Francia, pero desde hace 10 años cumple condena en España.
El pasado 1 de octubre la Audiencia Nacional lo sentenció a 33 años de cárcel por el asesinato del funcionario de prisiones Máximo Casado Carrera el 22 de octubre del 2000, en Vitoria.
El tribunal de la Sala de lo Penal (Sección Primera) condenó a Arzalluz y a los etarras Xabier García Gaztelu, alias ‘Txapote’, José Ignacio Gurirdi Lasa, y Aitor Aguirrebarrena Beldarrain, alias ‘Pelo’, a 30 años de cárcel por un delito de atentado terrorista con resultado de muerte, y a otros tres años de prisión por otro delito de daños con finalidad terrorista.
Además, a Asier Arzalluz se le considera partícipe de numerosos atentados, como el que acabó con la vida del periodista José Luis López de Lacalle o la de dos guardias civiles en Sallent de Gallego (Huesca).
Según señala la Fiscalía en su escrito de acusación, ‘Txeroki’ y Arzalluz formaban parte en 2001 del comando de ETA Olaia, que fue informado por un colaborador del «domicilio, hábitos, horario y forma de desplazamiento» del juez Lidón, quien entonces era magistrado en la Audiencia Provincial de Vizcaya.
El 7 de noviembre de 2001, por la mañana, presuntamente los dos acusados esperaron en el exterior del aparcamiento donde Lidón estacionaba su vehículo. Tras observar la salida de un primer coche que no se correspondía con el del objetivo de la banda terrorista, los dos etarras esperaron y vieron que a continuación salía otro turismo, conducido por el magistrado, quien se dirigía, como cualquier otra mañana, a su trabajo acompañado de su esposa, continúa el escrito.
De acuerdo al mismo, ‘Txeroki’ y Arzalluz, provistos cada uno de un arma de fuego, se acercaron al lado del vehículo donde se encontraba el asiento del conductor y descerrajaron a Lidón un total de siete disparos, causándole la muerte instantánea. Los dos acusados se dieron a la fuga inmediatamente.
Tanto la esposa del juez como el hijo de la pareja, que había salido en el primer vehículo, pudieron ver a los dos responsables del asesinato, por lo que pudieron facilitar su descripción física a los investigadores.
El crimen fue reivindicado por ETA.
Casi un año después, en septiembre de 2002, una de las armas aparecieron en la explosión de un coche que circulaba por el barrio Basurto de Bilbao a consecuencia de la manipulación de un artefacto por parte del copiloto, el etarra Egoitz Gurrutxaga, que murió en el acto, junto con el conductor, Hodei Galarraga.
Ambos «sucesores» de los acusados en el comando ‘Olaia’, según la Fiscalía.
Entre los restos de ese coche se hallaron dos pistolas, una de la marca ‘Astra’ y del modelo A-100L y calibre 9 mm., la cual después se demostró que fue empleada en el asesinato del juez Lidón.
La otra no pudo ser plenamente identificada debido al mal estado en que quedó a consecuencia de la explosión.
José María Lidón tenía dos hijos (Jordi e Íñigo). Fue asesinado por ETA con 50 años y se convirtió en la novena víctima relacionada con la Justicia que mataba la banda terrorista.
Lidón nació en Gerona en febrero de 1951, pero pasó la mayor parte de su vida en el País Vasco, donde se trasladó a comienzos de la década de los setenta para cursar sus estudios de Derecho en la Universidad de Deusto.
En 1990 comenzó su carrera judicial e ingresó en la Audiencia Provincial de Vizcaya, labor que compaginaba con la de docente en el mismo centro universitario donde se formó.
También participó en cursos de enseñanza y reciclaje de derecho en la academia de la Policía Local de Bilbao, donde los agentes señalan que «era uno de los mejores expertos en Derecho, un gran magistrado y un gran profesor».
El día de su asesinato, la Universidad de Deusto suspendió todas sus clases.
El Foro de Ermua, asociación creada tres años antes tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, convocó manifestaciones en las tres capitales vascas, hubo numerosas concentraciones en todo el territorio nacional y todos los juicios del Palacio de Justicia de Bilbao fueron suspendidos.
El entonces miembro del Consejo General del Poder Judicial Juan Pablo González, enmarcó el crimen como un «atentado contra el Poder Judicial».
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