«Si el tribunal nos diera la razón y recuperara mi Farmacia, mucha gente confiaría en la justicia», afirma la doctora Lliso
La doctora Victoria Lliso con su hija Sofía, en una foto reciente. Carlos Berbell/Confilegal.

«Si el tribunal nos diera la razón y recuperara mi Farmacia, mucha gente confiaría en la justicia», afirma la doctora Lliso

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29/10/2018 06:15
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Actualizado: 28/10/2018 22:19
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La doctora Victoria Lliso, de 50 años, tiene esperanzas a día de hoy. Esperanzas de que los tres magistrados que componente el tribunal de la Sección Novena de lo Mercantil de la Audiencia Provincial de Valencia, estimen la demanda de reintegración a la masa del concurso de la megafarmacia que se vio obligada a vender en 2012, lo que supondría la devolución de toda su propiedad y la consiguiente reestructuración del pago de la deuda de 5,6 millones de euros, por una parte, y de 2,6 millones, por otra, a los acreedores.

«Si el tribunal nos diera la razón y recuperara mi Farmacia, mucha gente confiaría en la Justicia», afirma la doctora Lliso. «Me lo ha dicho muchísima gente. Para ellos sería como ver una lucecita, porque hay mucha gente que hay en procesos judiciales que se queja de lo mal que funciona la justicia».

«Yo, estoy superesperanzada de que los magistrados del tribunal, doña Purificación Martorell Zulueta, que es la ponente, don Luis Seller Roca de Togores y doña Beatriz Ballester Palazón, sean profesionales, honestos y apliquen la ley, que es lo que tienen que hacer. Los colegios de farmacéuticos están al tanto de mi caso. Porque es único. Y no solamente ellos. Jueces, fiscales, abogados, prensa, también están todos al tanto y expectantes ante mi caso, el cual se ha convertido en una caso mediático», añade.

¿Tiene alguna sospecha de que el tribunal no vaya a ser profesional?

Bueno, desde mi punto de vista, la juez que vio mi caso en primera instancia, doña Montserrat Molina Pla, titular del Juzgado de lo Mercantil 3 de Valencia, no aplicó la ley, desde mi punto de vista.

En la sentencia ni nombra a los acreedores ni la deuda de 5,6 millones de euros, que es mía. Es una incongruencia completa. Un ejemplo de inseguridad jurídica. Si un ciudadano va a un juzgado y no tiene seguridad jurídica, apaga y vámonos. ¿Para qué están las leyes y para qué hay tantos jueces trabajando? Porque, ¿qué es un juez? Un servidor público. Profesionales que tienen que aplicar la ley.

¿Cuántas veces se han concentrado usted, su hija y un nutrido grupo de amigos ante la Audiencia Provincial de Valencia, en protesta contra la sentencia de primera instancia del Juzgado de lo Mercantil 3?

Fueron cinco veces: en mayo, junio, julio, septiembre y octubre. Lo hicimos ante la puerta misma de acceso a la Ciudad de la Justicia de Valencia, que es un edificio grande donde están todos los juzgados de primera instancia y los tribunales de la Audiencia Provincial.

Si me va a preguntar si los jueces que trabajan dentro se enteraron, le diré que sí.

Durante esas concentraciones repartimos más de mil impresos de dos hojas grapados donde poníamos la información de mi caso tanto a la gente que entraba como a la que salía del interior del edificio.

En primer término Sofía, la hija de la doctora Victoria Lliso, que aparece detrás manifestándose ante la Ciudad de la Justicia de Valencia.

¿A usted, cuando le dijeron que tenía que vender su farmacia, le explicaron que existía una solución para su caso que se llamaba concurso de acreedores?

A mí nadie me dijo en 2012 lo que era un concurso de acreedores. Ni el despacho de abogados y economistas que tenía contratado, al que he denunciado, ni Bankia.

La única solución que me plantea Bankia, para saldar la deuda de 2,6 millones que tenía con ella era vender. Y es la propia Bankia la que busca un comprador. El 25 de octubre de 2012 le vendí la farmacia y el edificio por 2 millones de euros. Además, Bankia me hizo hipotecar la casa de mis padres –yo tenía poderes para hacerlo- por 600.000 euros más, con lo que cobraron por completo su deuda.

La administradora concursal lo vio claro. La venta de mi farmacia, del fondo de comercio, de todo, fue en prejuicio del resto de mis acreedores. Lo decía en su escrito –y lee-: ‘Enajenó todo su activo empresarial por un precio muy inferior al valor de mercado y aumentó su masa pasiva solicitando un nuevo préstamo de 600.000 euros’. Y ‘todo ello para saldar la deuda que tenía con uno de sus acreedores, Bankia, en detrimento de los demás.

Ahora estoy muy preocupada.

Cuando el banco le dijo que tenía que vender su farmacia, porque no le iba a dar ni un minuto más de financiación, ¿en algún momento le habló del concurso de acreedores?

No, a mí nadie me habló del concurso de acreedores. Ni el banco ni mis abogados. He cursado una querella contra estos últimos por deslealtad profesional. Es más, Bankia lo que hizo fue cobrar toda su deuda en el 2012, con la venta de mi farmacia.

Porque el dinero del comprador se lo llevó Bankia.

De esa forma, Bankia cobró en 2012 una deuda que vencía en el año 2036. Es decir, Bankia se cobró 24 años antes una deuda. De esta forma, Bankia dejó a todo el resto de acreedores sin cobrar, que son 34 empresas. Todas ellas están en el concurso.

Bankia actuó ilegalmente. No podía haberlo hecho. Porque Bankia estaba obligada a ponerme un concurso de acreedores necesario o bien una demanda de ejecución, para ejecutarme las hipotecas.

Pero no lo hizo y no me dijo nada del concurso de acreedores. Si me hubieran explicado lo que era un concurso, usted entenderá que me habría acogido a él porque hubiera sido mi salvación. Me tomaron el pelo y me engañaron.

Ahora todo el mundo tiene que saber lo que hizo Bankia.

En la apelación presentada la Audiencia Provincial se ha solicitado que se anule la sentencia de primera instancia y que se reintegre la farmacia a la masa del concurso. ¿Usted ya ha llegado a un acuerdo con los acreedores para devolverles su dinero?

Mi letrado apeló, pero aquí las apelaciones que valen son las presentadas por los dos administradores concursases del Juzgado número 3 de lo Mercantil, que son los que están legitimados dentro del concurso de acreedores porque por ley cabía la petición de la anulación de la compraventa de mi farmacia.

Para apoyar la apelación también se han personado los acreedores. Estos están al tanto de todo, porque les hemos estado informando personalmente, por teléfono, por mail, con noticias… Los acreedores nos están apoyando y esperan que salga una sentencia favorable a nosotros de la Audiencia Provincial, y que se me devuelva la farmacia.

En cuanto eso suceda, haré un convenio con ellos. Eso ya lo hemos hablado. No lo hemos concretado porque no tenemos sentencia, es lógico. Ellos se han quedado sin cobrar y no tienen forma de hacerlo.

¿Usted ya ha hablado con los acreedores para devolverles su dinero, si recuperara su farmacia?

Sí. Si nos dieran la razón, yo haría un convenio con ellos, que incluiría un plan de pagos en diez años.

A mí me han dejado sin nada. El único patrimonio que tenía era mi farmacia. Los administradores concursales han dicho, taxativamente, que esto es un perjuicio para la señora Lliso, para su patrimonio.

¿Cuándo se conocerá la sentencia?

No se sabe. El pasado 15 de octubre era la fecha de deliberación y votación de los tres magistrados. Ahora tiene que redactarse. No sé cómo funciona. Y luego publicarla y trasmitirla a las partes. Dice la ley que hay un mes de plazo para sacar la sentencia. Pero están saturados.

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