Rubiales presidiendo la Junta Directiva primigenia cuyo número se doblará, con su última decisión. RFEF.
Rubiales expande el número de miembros de su Junta Directiva de 18 a 36, con los presidentes de Real Madrid, Barça y Atlético
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21/12/2018 06:15
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Actualizado: 21/12/2018 00:06
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Luis Rubiales, presidente de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), ha nombrado a 18 nuevos miembros para la Junta Directiva, pasando a 36.
Rubiales llevaba como promesa programática de su candidatura a la Presidencia de la RFEF, que reduciría el número de directivos para abaratar costes y dinamizar las decisiones, ya que consideraba un “disparate” que hubiera tantos directivos en la Junta.
Durante la etapa de su antecesor, Ángel María Villar, al frente de la RFEF, la Junta Directiva llegó a estar formada por 60 personas.
Esta ampliación de miembros supone un giro de 180 grados a esa política, y una ruptura de la promesa electoral, tiene el objetivo político de dar más representación a clubes y asociaciones de jugadores.
Entre los nuevos directivos se encuentran Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, Josep María Bartomeu, presidente del Barcelona FC, y Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, los tres equipo más importantes de la Lliga, así como Ronaldo Nazario -el exdelantero centro del Real Madrid y del Barça-, convertido ahora en presidente del Consejo de Administración del Valladolid.
También ha dado entrada a David Aganzo, presidente de Asociación de Futbolistas Españoles -que presidió antes Rubiales-; Carlos García Pont, vicepresidente del RCD Espanyol; y Ángel Haro, presidente del Real Betis.
Miguel Ángel Ramírez Alonso, presidente de la UD Las Palmas; Constantino Fernández Pico, presidente del Deportivo de La Coruña; Javier Fernández Rodríguez, presidente del Sporting de Gijón; Miguel Cuesta González, vicepresidente del Osasuna; Diego García Juan, presidente del Elche; Jorge Menéndez Vallina, presidente del Oviedo, todos de Segunda División, asimismo, formarán parte del órgano directivo.
Lo mismo que Alfredo Pérez Fernández, presidente del Racing de Santander; Félix Revuelta Fernández, presidente de la UD Logroñés; Amadeo Salvo Lillo, presidente de la UD Ibiza, todos ellos en la Segunda División B.
Natalia Orive, presidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala Femenino; y Antonio García-Plata, presidente de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala, completan el plantel de fichajes de Rubilaes.
Entre las competencias de la Junta Directiva, destaca el control del desarrollo y buen fin de las competiciones, la designación del Seleccionador Nacional (a propuesta del presidente de la RFEF) o la determinación del lugar de celebración de partidos internacionales.
Hasta ahora, la Junta Directiva de la RFEF estaba compuesta por 18 miembros, incluyendo a Rubiales, a Andreu Camps, secretario general, Eduardo Bandrés tesorero, a 6 vicepresidentes y 9 vocales.
DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO
Como se puede comprobar en la nota de prensa emitida por la RFEF, el pasado mes de mayo Rubiales se jactaba de haber reducido la Junta hasta los 18 directivos,“en favor de la eficacia, operatividad y mayor trasparencia en la toma de decisiones, así como en la comunicación de las mismas”.
Hay quien piensa que Rubiales, con esta decisión, está construyendo la Directiva de la RFEF para garantizar su victoria en las próximas elecciones de la federación, que se celebran cada cuatro años, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Verano, en virtud del artículo 2 de la Orden ECD/2764/2015, de 18 de diciembre, por la que se regulan los procesos electorales en las federaciones deportivas españolas.
En dichas elecciones, el presidente de la RFEF es elegido por la Asamblea de la RFEF, que está compuesta por 139 miembros.
De estos 139 miembros, un porcentaje alto lo forman los presidentes de las Federaciones Autonómicas, presidentes de clubes profesionales y no profesionales y futbolistas profesionales y no profesionales.
Con un porcentaje inferior de votos, también eligen al presidente de la RFEF entrenadores profesionales y no profesionales y árbitros profesionales y no profesionales.
¿Una estrategia para construir una base electoral sólida? Todo parece indicar que sí.
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