Arriba y abajo: Malestar entre los padres de algunos jueces por la organización del cóctel con el Rey
Don Felipe departiendo con algunos de los nuevos jueces entre los que se encontraba la número 1, Carlota Alonso Benito, la primera por la izquierda. Foto: Casa de S.M. el Rey.

Arriba y abajo: Malestar entre los padres de algunos jueces por la organización del cóctel con el Rey

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09/1/2019 02:00
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Actualizado: 09/1/2019 02:11
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La verdad es que el título de la famosa serie británica, «Arriba y abajo», viene al pelo de lo que sucedió ayer al término de la ceremonia de entrega de los despachos a los 63 nuevos jueces de la 68 Promoción. Porque describe muy bien el sentimiento de algunos de los padres que vinieron a Madrid, desde los cuatro puntos cardinales de España, para asistir a un acto de la máxima importancia para sus familias.

«Es una pena, tuvimos que estar la mayor parte del tiempo en la primera planta. No nos dejaron bajar», explicaron unos. «El sitio era pequeño e inadecuado. Sí, muy bonito. Pero mi hija estaba abajo y nosotros arriba, sin poder bajar», explicaron otros. 

La organización les impidió descender a la planta baja, donde se hallaban S.M. el Rey, el presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo y tres antecesores suyos, dos ministros, los 20 vocales del CGPJ, los 13 miembros de la Sala de Gobierno del Supremo, los 17 presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia y demás autoridades, además de los 63 jueces.

Todos ellos departiendo animadamente en el cóctel, mientras arriba tenía lugar otro. «El cóctel de los padres», podría titularse.

Tuvieron que permanecer en el primer piso, entre la una de la tarde, en que terminó el acto, y las dos, en que abandonó don Felipe la Real Academia Española, un edificio clásico imponente, una burbuja en el tiempo, que a todas luces adoleció del espacio necesario para este evento.

El primero de este tipo que se celebra en Madrid desde 1997, en que la Escuela Judicial fue trasladada a Barcelona, después de que el órgano de gobierno de los jueces asumiera su dirección.

Por lo menos su uso salió gratis.

No le costó un euro al erario público.

Una deferencia del nuevo presidente, el catedrático Santiago Muñoz Machado.

«Fueron casi 500 personas. Cada alumno llevó a 3 o 4 familiares. La suma de todos ellos, solo, sobrepasó las 200 personas, la mayor parte de las cuales fueron ubicadas en el primer piso. También hubo una sala adyacente con una pantalla de televisión para que pudieran seguirlo desde ahí», explican a Confilegal fuentes presenciales.

«Abajo estuvieron los alumnos y las autoridades. A eso hay que sumar que para las dos fotos con el Rey en la escalera, una con el presidente del CGPJ y del Supremo y otra con más autoridades, llevó más de veinte minutos… Aquello contribuyó a que nadie pudiera subir y bajar durante ese tiempo. El sitio, es cierto, era muy pequeño para albergar a tantas personas«, añadieron.

A diferencia de otros años, no fue un acto redondo y feliz. Se echó de menos el imponente espacio del Auditori de Barcelona, que es donde se viene celebrando cada año la entrega de despachos a las nuevas promociones de jueces, con un hall en el que caben todos y sobra espacio y en el que el Jefe del Estado suele departir con padres, alumnos y autoridades de forma coloquial.

Este año no pudo ser. Todos esperan que el próximo vuelva a celebrarse en Barcelona, en su sitio. Donde debe ser.

Plano general del salón de actos de la Real Academia Española; en el primer piso fueron ubicados los padres y familiares de los nuevos jueces. RAE.

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