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A propósito del pequeño Julen, que cayó en un pozo de Totalán

A propósito del pequeño Julen, que cayó en un pozo de Totalán
Imagen del pozo donde cayó el pequeño Julen.
21/1/2019 06:15
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Actualizado: 21/1/2019 17:11
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España entera empuja. Todos los españoles estamos empujando a la tuneladora cuya corona horada la tierra.

Todos estamos con los bomberos voluntarios, los ingenieros de minas, los geólogos, con los equipos de rescate que están preparados para llegar a las profundidades del pozo donde cayó el pequeño Julen en una mañana aciaga hace ya ocho días.

No es el momento de criticar a los más de trescientos hombres y mujeres que, de forma voluntaria y altruista, se están dejando la piel en esa colina de la sierra malagueña.

Antes, al contrario, estamos con ellos, con nuestro aliento y nuestras súplicas, como todo el pueblo de Totalán dándoles alimentos y cobijo, para que lleguen hasta el pequeño Julen.

Y es un niño, casi un bebé, que nadie conocía, que nadie sabía de su existencia, nadie había escuchado su nombre hasta ese fatídico día.

Y desde ese día, toda España está con los voluntarios que sienten nuestro aliento, nuestros rezos, nuestros lloros, de cada uno de nosotros, que les da fuerzas para seguir y seguir, sin desfallecer porque podía haber sido nuestro hijo, nuestro nieto, nuestro hermano.

No existe controversia ni duda alguna. Todos a una.

Y la esperanza se extingue, se va extinguiendo. Han pasado ya ocho días desde la catástrofe.

Y la esperanza se va diluyendo.

Pero aún queda y no pararán hasta encontrarlo, que nadie lo dude. Pero cada hora, cada minuto es precioso.

Y la taladradora sigue y sigue horadando, perforando la tierra. Y la mala, fatídica suerte que ahora se ha encontrado con una roca que destroza la corona de la taladradora.

Y estamos esperando que llegue una más dura.

Cúmulo de despropósitos y mala suerte. Esto es una agonía que nos tiene a todos en vilo.

RESPONSABILIDADES

Cuando lo encontremos –sí, hablo en plural-, ojalá con vida. (siempre hay esperanza, siempre: se ha dicho que la esperanza es lo último que se pierde… y es verdad) será el momento de exigir responsabilidades.

Pero ahora no.

Nos toca rezar, a los que somos cristianos, musulmanes, budistas, a los que creemos en un ser superior, encomendarse en sus creencias y/o simplemente animar, a los demás.

Cuando se encuentre al pequeño Julen exigiremos responsabilidades.

Desde el propietario de la finca donde se encuentra el túnel hasta al pocero contratado para realizar esa macabra excavación.

Y se verán sometidos a un proceso penal por un delito de lesiones imprudentes -¡ojalá- o, ya, pasados tantos días, seguramente a un delito de homicidio imprudente, penado con hasta cuatro años de cárcel, y, además, para el pocero, la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión u oficio de hasta seis años.

Poco es para un delito tan grave.

Pero también exigiremos responsabilidades a la Administración.

¿Cómo es posible que existan tales pozos a lo largo y ancho de toda la geografía española?. Se está hablando de cientos, de miles, de muchos millares de pozos sin control alguno por parte de la Administración.

Pero, ¿cómo es posible tal aberrante negligencia?, ¿por qué la Administración no hace nada?

Se ha dicho en los medios que sí, que existe una multa por, primero saltarse los permisos necesarios para abrir un pozo, y, después, por no cerrarlo en condiciones cuando resulta fracasado (cubrirlo de con los escombros sacados y con cemento, poner una señalización, poner una alcantarilla, en suma cerrarlo debidamente).

Según el pocero, “lo cubrió con una piedra”; esto, ¿alguien se lo cree?, ¿puede un niño de veintiún meses mover una losa que tapa un pozo?

Imposible, no es creíble.

Peor lo paradójico es que, según expertos que se multiplican por todos los medios, resulta más barato pagar la multa si te descubren que pedir los permisos.

Consecuencia: hago el pozo y, “si me pillan”, ya pagaré la multa.

La picardía española.

Alucinante. No es serio.

Propio de un país del Tercer Mundo, pero no de un país europeo.

Presumimos de estar en Europa… y luego pasan estas cosas tercermundistas. Es España.

Debe dotarse de la Administración de los medios necesarios, humanos y técnicos, para que una situación como la que ahora estamos sufriendo no vuelva a pasar jamás.

Era lo que pasaba hace ya muchos años en las carreteras: cuando en una curva habían fallecido varias personas, eran cuando la Administración ponía los medios para arreglarla, fuese el peralte, fuese haciendo un nuevo trazado.

Pero había que poner muertos encima de la mesa.

¿Nos va a pasar eso también ahora?, ¿es necesario que se caigan más niños a los pozos ilegales, que agujerean todo nuestro territorio, para que la Administración actúe?

Deseamos y esperemos que no.

Exigimos que no.

FALSAS ESPERANZAS

También criticaremos a los técnicos que, con toda su voluntad, han ido dando falsas esperanzas.

Que en un día lo sacan; que van a hacer uno o dos túneles paralelos para llegar a donde se encuentra el pequeño Julen y que tardaron veinticuatro o cuarenta y ocho horas… y esto era el martes y estamos ya en domingo; el sábado que en “era cuestión de horas que llegasen al lugar donde estaba el niño”, nuestro pequeño Julen; ahora nos dicen que tardarán aún varios días.

Cierto es que lo dicen con toda la buena voluntad, pero deben pensar en sus padres, en su familia, en todos nosotros, lo que están sufriendo cuando pasan las horas y los días y cada vez les dicen que “en breve”, que “en unas horas”, que “mañana llegarán”… y esa hora y ese día no llega nunca.

Maldita sea.

No se pueden dar falsas esperanzas, nunca y por nadie, menos por profesionales.

Y todos –reitero- alabamos y mucho su labor altruista, sus enormes esfuerzos. Pero eso no se puede hacer. Nunca.

Pero ahora es tiempo de ayudar, de empujar, de rezar, para que el pequeño Julen pueda estar con sus padres.

No queda otra.

Y ahí estamos todos juntos, unidos, como el gran pueblo que siempre hemos sido, dejamos la política que todo lo inuda, las luchas cainitas continuas.

Todos con el pequeño Julen y sus padres.

Todos nuestros corazones están unidos con el pequeño Julen y sus padres.

Y ya llegará la hora de la Justicia y las responsabilidades penales de esos malnacidos. Y responsabilidades penales. Y de la Administración. No lo duden. Pero ahora… con el pequeño Julen.

Va por ti, mi querido pequeño Julen, y tus padres.

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