«Si no hay una república catalana es por culpa de Trapero, que se echó atrás», según el autor Juan Carlos Segura
El abogado y autor de "El libro negro de la independencia, Juan Carlos Segura, junto a una foto del mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, sobre el que versa este artículo.

«Si no hay una república catalana es por culpa de Trapero, que se echó atrás», según el autor Juan Carlos Segura

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13/3/2019 01:15
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Actualizado: 13/3/2019 02:27
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«Ya sé que al mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, los independentistas le tienen en un pedestal. Lo consideran uno de los suyos. Pero están muy equivocados. Porque si no hay una república catalana es, precisamente, por culpa de Trapero, que se echó atrás en el último momento», según el abogado catalán Juan Carlos Segura, autor de «El libro negro del independentismo», publicado en 2015.

«El mismo día en que el parlamento autonómico aprobó la declaración unilateral de independencia, la famosa DUI, el 27 de octubre de 2017, Trapero envió sendas cartas al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús María Barrientos, y al entonces fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, fallecido en noviembre de 2017, poniéndose a sus órdenes», explica Segura. 

La enviada a Barrientos dice: «Habiendo tenido conocimiento de la aprobación de la declaración de independencia por parte del Parlament de Catalunya en la tarde de hoy, y desconociendo las consecuencias jurídicas de esta declaración y sobre quién pueden recaer, este Cuerpo policial se pone a disposición por tal de dar cumplimiento a las órdenes que en relación a estos hechos se puedan derivar».

La de Romero de Tejada era idéntica. Y las dos terminaban de la misma manera: «De la misma manera le comunico que el cuerpo de los Mossos d’Esquadra continuará garantizando la seguridad y el orden público en Catalunya».

Cuando el parlamento autonómico aprobaba la DUI, el mayor Trapero ya estaba siendo investigado por la entonces titular del Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, por un delito de sedición por los hechos del 20 de septiembre, frente a la consejería de Economía. A los que se unieron después los del día del referéndum, el 1 de octubre.

En opinión de Segura, «Trapero tuvo miedo. Se lo pensó dos veces y echó el freno de mano. Y no quiso dar el paso, que, por lógica, hubiera derivado en un enfrentamiento armado con Policía y Guardia Civil». 

De alguna forma, el mayor de los Mossos no quiso tener sobre su conciencia las muertes que probablemente se habrían producido. Decidió que ese era el límite al que había llegado y que no lo pasaría. 

«Eso no quiere decir que Trapero no soñara con ser el jefe supremo del ejército catalán con rango de general. Pero es que estos no son los años 30, donde la violencia estaba a flor de piel. Estamos en el siglo XXI. La gente tiene mucho que perder. Esa fue la razón de que las cosas sucedieron como sucedieron», añade el abogado, un declarado constitucionalista.

La defensa legal de Trapero, en su momento, hizo uso de ambas misivas, en su descargo, para sustentar el recurso contra su procesamiento.

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