El cambio climático no es un tema «sexy» para los medios de comunicación: No vende
De izquierda a derecha, Fernando Valladores del CSIC; Valvanera Ulargi, de la Oficina Cambio CLimatico; Raúl Cancio, moderador; Mónica López, de TVE; y Pilar Morillo del Instituto Carlos III.

El cambio climático no es un tema «sexy» para los medios de comunicación: No vende

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02/6/2019 06:15
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Actualizado: 02/6/2019 01:14
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Son palabras de Mónica Lopez, directora del área del Tiempo de TVE, durante su intervención en el Foro sobre Cambio Climático,  organizado por la Fundación Pablo VI, titulado ¿Cambio Climático: oportunidad o urgencia?, en el que también participaron la responsable de Contaminación Atmosférica del Instituto de Salud Carlos III, Pilar Morillo, la directora de la Oficina Española para el Cambio Climático,Valvanera Ulargui y el biólogo Fernando Valladares.

Todo moderado por el letrado del Tribunal Supremo, Raúl Cancio.

A pesar de que el espacio del Tiempo que presenta López en La Española convoca a diario a 2 millones de espectadores, su directora reconoce que el cambio climático no “es un tema sexy para los medios de comunicación, que no vende”.

Quizá porque la gente lo vive con esa visión negativa y de rechazo y porque la ciudadanía lo ve como una cuestión política.

Por eso, critica, “no puede ser que los horizontes temporales sean las elecciones”.

Hay que evitar esa visión catastrofista que produce “un efecto de rechazo y la sensación de que hagamos lo que hagamos no vamos a solucionar nada”.

Por eso, aboga por los discursos más optimistas “que inviten a ponerse manos a la obra para vivir un poco mejor”.

Un punto de vista con el que coincidió Pilar Morillo, responsable del Área de Contaminación Atmosférica del Instituto de Salud Carlos III, coincidió en esta idea. “Ya no hay quien pueda negar con un argumento científico de que la causa del cambio climático es antropogénica, es decir, provocada por la mano del hombre”.

Pero “tenemos que lanzar la idea de que, aunque ya vamos tarde, podemos hacer cosas: hacer edificios más sostenibles, crear planes sanitarios de emergencia para que cuando haya problemas, las catástrofes no sean brutales especialmente para las poblaciones más vulnerables”. Y, sobre todo, “despolitizar los mensajes y situarlos más cerca de los ciudadanos”.

FACTORES SOBRE CÓMO ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO 

En opinión de la directora de la Oficina Española para el Cambio Climático, Valvanera Ulargui, «En la cuestión de cómo abordar el cambio climático juegan en contra muchos factores: el catastrofismo, la politización y la desafección.

Y para evitar estas tres cosas hay que trabajar en conjunto, desde la transversalidad, y “conciliando ciencia y sociedad”.

Hoy “la administración está en el mejor momento, puesto que la ciudadanía tiene una preocupación real por el cambio climático que se ha visto reflejada en el Parlamento europeo, con el triunfo de los partidos verdes”.

Y tampoco es difícil “luchar contra él desde la tecnología”.

Entonces, si tenemos la demanda social y la tecnología, “¿por qué no lo hacemos?”, se preguntó.

“Porque cargamos aún con muchas mochilas del pasado y con modelos institucionales y empresariales propios del siglo XIX. Debemos ser capaces de dar soluciones con modelos del siglo XXI”, añadió.

Hablar de cambio climático sin caer en el catastrofismo, divulgar sobre sus causas y sus efectos desde el rigor científico y manteniendo, a la vez, el interés del público; y alejar el debate de posicionamientos políticos es cada vez más difícil.

Los cuatro expertos en el ámbito de la ciencia, la salud, la comunicación y la administración coincidieron en la necesidad de hablar de su urgencia, pero con realismo.

“Hoy nadie duda de su existencia”, dijo el científico Fernando Valladares, director del grupo de Ecología y Cambio Global en el CSIC. Y aunque podemos atenuar sus consecuencias, “hay un componente de inercia que es muy difícil revertir. Quizá por eso a los científicos nos toca el lugar incómodo” el de contar las cosas de la manera que son y “no cambiarlas en función del color político”.

EL MODELO DE MADRID CENTRAL

El problema, aseguró Fernando Valladares, «es que combatirlo implica hacer cosas que no gustan. Los científicos tenemos que decir, por ejemplo, que no “podemos permitirnos un regadío en el desierto” y que no podemos “continuar con este consumo de energía tan brutal”.

La Oficina española de Cambio Climático, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, defendía el modelo de Madrid Central: “Es un claro ejemplo de una política ambiental que tiene como premisa la calidad del aire impuesta por Bruselas, que da respuesta a las cuestiones sanitarias y que ha sido bien aceptada”.

Por lo tanto, insiste, en que todos tenemos que hacer un esfuerzo y que “no puede haber ideas y venidas cada vez que haya un cambio de Gobierno”.

Pero también, reconoció la necesidad de mejorar por parte de la Administración la forma de comunicar esas normas de adaptación para evitar, por ejemplo, lo ocurrido con del Diésel.

Valvanera admitió los errores de una “política de comunicación incorrecta” que generó alarma y rechazo en el sector del automóvil.

Por eso, insistió en que esas políticas de adaptación “tienen que ser rentables y no suponer una carga para el sector privado”.

Por eso, hasta el año 2050, cuando no podrá haber vehículos que emitan ese tipo de CO2 “tiene que haber un plan de acompañamiento a la industria”.

 

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