La Primera División italiana se enfrenta a un serio problema contra el racismo, la xenofobia y la violencia entre los «tifosi»
El arbitro Daniele Orsato paró durante unos minutos el partido Atalanta-Fiorentina por los cánticos racistas contra el jugador brasileño de la Fiorentina, Dalbert Henrique, que se quejó a Orsato, momento que recoge la imagen. Foto: Skysports.

La Primera División italiana se enfrenta a un serio problema contra el racismo, la xenofobia y la violencia entre los «tifosi»

|
26/9/2019 06:15
|
Actualizado: 27/9/2019 21:13
|

La Serie A Italiana, como se describe en Italia lo que es la Primera División española o la Premier League inglesa, tiene un problema grave de racismo, xenofobia y violencia. Y lo tiene directamente incrustado en las gradas, entre los «tifosi».

La pasada semana el árbitro del encuentro Atalanta-Fiorentina, equipo este último en el que juega el lateral brasileño Dalbert Henrique, de 31 años, mulato, paralizó durante tres minutos el partido por los cánticos racistas que se estaban entonando desde la grada contra el jugador.

Fue el propio Henrique el que acudió al árbitro para quejarse de lo que estaba  sucediendo.

La propia megafonía del estadio emitió un comunicado durante esos minutos abogando por un partido limpio y recordando la prohibición de los cánticos. La respuesta de la grada se basó en una fuerte pitada que prácticamente impidió que se escuchara el mensaje en su totalidad.

La semana anterior, ese tipo de insultos racistas también se habían repetidos. En esa ocasión fue contra el jugador negro del Inter de Milán Romelu Lukaku en el partido que disputaron el Inter contra el Calgliari.

El propio entrenador del Inter de Milán, Antonio Conte, ha manifestado su absoluta desaprobación a este tipo de actuaciones y ha comparado la gestión italiana con la inglesa que considera de completamente efectiva.

UN SERIO PROBLEMA DE RACISMO Y XENOFOBIA

La Serie A italiana lleva inmersa en un clima de racismo, xenofobia y, en definitiva, de violencia en el deporte desde hace varias décadas.

Algo que se presenta tan lejano en los campos de fútbol de países como Inglaterra, Alemania, España o Francia no lo es tanto para los italianos.

La campeona de mundial de salto de longitud, Fiona May, fue contratada por la Federación de Fútbol italiana para intentar solventar la situación. Dejó el cargo poco después por la complejidad del problema.

Este fin de semana se pronunció el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, abogado de profesión.

“El racismo se combate con educación, condenándolo, hablando de ello… no tolerándolo. En Italia, la situación no ha mejorado y esto es grave. Hace falta identificar a los autores y echarlos de los estadios. Debe ser como en Inglaterra, que las penas se impongan. No hay que tener miedo de condenar a los racistas”, declaró.

El problema que subyace en la cuestión se estructura debido a que es la FIFA la que delega en las federaciones nacionales la capacidad de control de dichas actuaciones, tomando partida en las mismas subsidiariamente.

Es por ello que la erradicación de dichas conductas se intenta hacer efectiva a través de la Federación Italiana. A pesar de que la mayoría de los sectores y equipos de ésta Liga hayan abandonado hace largo tiempo estas conductas, otros grupos muy aislados de la afición y de determinados equipos siguen haciendo alusión a éstos comportamientos.

SANCIONES

Las sanciones que se debieran imponer en caso de la actuación de la FIFA se recogen en el artículo 13 del CDF (Código Disciplinario FIFA) que versa sobre la discriminación:

«1. Toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón será sancionada con una suspensión que durará al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada.

«2. Si uno o más seguidores de una federación o un club adoptan la conducta descrita en el apartado 1, podrán imponerse las siguientes medidas disciplinarias a la federación o al club responsable:

«a) Cuando se trate de la primera infracción, la disputa de un partido con un número limitado de espectadores y una multa de al menos 20.000 CHF (francos suizos) o 18.415,30 euros;

«b) Cuando se trate de reincidencias o si las circunstancias del caso lo requieren, medidas disciplinarias como la implementación de un plan de prevención, una multa, la deducción de puntos, la disputa de uno o más partidos a puerta cerrada, la prohibición de jugar en un estadio determinado, una derrota por retirada o renuncia, la exclusión de una competición o el descenso de categoría«.

Y «. El órgano judicial competente podrá citar a las personas que hayan sido objeto directo de la presunta conducta discriminatoria para que presten oralmente o por escrito una declaración sobre la repercusión que haya tenido el incidente en sus vidas, denominada ‘declaración de impacto sobre la víctima'».

 

 

Noticias Relacionadas:
Lo último en Áreas y sectores