Escarlata Gutiérrez, una fiscal divulgadora de su profesión y de la ley que reina en redes
Escarlata Gutiérrez es fiscal. Está destinada en Manzanares, Sección Territorial de la Fiscalía Provincial de Ciudad Real. Twitter: @escar_gm

Escarlata Gutiérrez, una fiscal divulgadora de su profesión y de la ley que reina en redes

Su perfil, que cuenta con 16.000 seguidores, nació con el propósito de dar a conocer la labor diaria que se hace en las "trincheras" de los juzgados, donde, asegura, "hay mucha lealtad y amor al trabajo”

Escarlata Gutiérrez Mayo, de 34 años, es fiscal de la Sección Territorial de Manzanares y adjunta a las secciones contra la criminalidad informática y contra la delincuencia económica de la Fiscalía Provincial de Ciudad Real.

Se define como fiscal de «trinchera», ya que así es como se conoce en el mundo judicial a los profesionales jurídicos que batallan cada día en los juzgados contra una «falta de medios brutal» y una gran carga de trabajo.

Pero es más que eso, se ha convertido en uno de los grandes divulgadores de lo que es el Ministerio Fiscal y la aplicación de la ley, merced a un trabajo constante, permanente y apasionado.

Porque si no hay pasión por lo que se hace, esto no tira. Ella lo tiene en cantidades industriales.

Y sin cobrar un euro. Por amor público y declarado a su profesión.

Escarlata cuenta que en 2016 decidió abrir un perfil en la red social ‘Twitter’ para acercar a la gente la labor diaria de los tribunales. Después de trabajar varios meses en una estrategia de comunicación ideada por ella abrió @escar_gm, un perfil que cuenta ya con 16.000 seguidores.

Recientemente ha ampliado su labor divulgativa a ‘Instagram’ (@escarlata.gutierrez).

La fiscal abrió su perfil con el propósito absoluto de divulgar la labor diaria que se hace en los juzgados. Foto: Twitter.

«Al principio no tenía ni idea de hacer hilos. Puse uno de jurisprudencia una vez, vi que tenía mucho éxito y ahora cada domingo hago uno». Esta misma semana ha inaugurado una nueva sección en ‘Elderecho.com’, donde se van a publicar como artículos sus hilos jurisprudenciales.

Su perfil, asegura, «nació con el propósito absoluto de divulgar la labor diaria que se hace en los juzgados».

En especial, el trabajo «desconocido» de los representantes del Ministerio Público, de manera que «los ciudadanos puedan ver lo que hacemos los fiscales de a pie».

En esta tarea, se basó en perfiles como los de Guardia Civil y Policía Nacional por ser «un ejemplo de comunicación en redes».

Escarlata reconoce que «hay mucha gente que no se relaciona nunca con la Administración de Justicia y otra que cuando lo hace sobre todo ve retrasos, que su causa tarda mil años, que un juzgado de lo social lo está citando para 2023…» y ante esta situación «mucha gente piensa que los funcionarios no trabajan, pero no ven que lo que hay detrás es una falta brutal de medios que nadie se puede llegar a imaginar».

En este sentido recuerda que atendiendo al número de fiscales y de personal de apoyo, Portugal cuenta con 29 profesionales por cada 100.000 habitantes, Alemania con 21 e Italia con 18, mientras que España cuenta con 9.

«No podemos hacer malabarismos», subraya.

Escarlata Gutiérrez en una foto tomada en los III Premios Confilegal, el pasado mes de noviembre. Foto: Amapola.

«La justicia es lenta, pero funciona. Esa lentitud es producto de la falta de medios, ni mucho menos por el poco trabajo de los que estamos, que trabajamos mañanas, tardes y fines de semana».

A la carga de trabajo propia de la Fiscalía, Escarlata le suma ponencias y artículos relacionados con delitos cometidos a través de las redes sociales, con delincuencia económica, con violencia de género e igualdad y con comunicación institucional, entre otros temas.

Reconoce que no tiene tiempo libre, ya que se lo dedica todo a su trabajo, a su familia y a ‘Twitter’.

«Lo que yo hago es mucho sacrificio de tiempo, no tiene mucho secreto. No soy una súper héroe».

Con esta carga de trabajo la conciliación es complicada, confiesa: «Sí concilias, pero con tu hijo que te ve trabajando en casa. Esa es la conciliación».

A pesar de ello, «no me quejo de nada», afirma.

“Mi padre me metió desde pequeña la pasión por el derecho” así que «para mi es un placer dar ponencias y ‘Twitter’, creo mucho en la labor de comunicación que se puede hacer y me da muchas satisfacciones».

LA MUJER EN LA JUDICATURA

Por otro lado, Escarlata recuerda que la gran mayoría de personas que acceden a la carrera judicial y fiscal por el turno libre de oposición son mujeres.

Solo en la convocatoria de 2018, un 72,9% eran mujeres y un 27,1% hombres.

Una tendencia que se mantiene durante los últimos años.

Sin embargo, la presencia de mujeres en los puestos de nombramiento discrecional se reduce significativamente.

Como ejemplo, el Tribunal Supremo está integrado por 16 mujeres (el 20,8% de la plantilla) frente a 61 hombres (79,2%), y ninguna de ellas ocupa, o ha ocupado jamás, alguna de las cinco Presidencias de Sala –Civil, Penal, Contencioso-Administrativo, Social y Militar–.

Para Escarlata una de las respuestas a estos datos es que “a la tradicional dificultad para conciliar y la falta de corresponsabilidad” se suma “la falta de seguridad que, en general, tenemos las mujeres, más que los hombres, por diversas cuestiones culturales y educacionales que provoca que nos postulemos menos a estos puestos”.

Además, agrega, “los sistemas de elección de estos puestos no están baremados, esto se ha criticado muchas veces, entonces eso hace que haya unas reglas y un ‘networking’ en el que las mujeres creo que están menos presentes”.

Para que esto cambie, además de la conciliación y la corresponsabilidad, Escarlata apuesta por “talleres de liderazgo femenino para empoderar a las mujeres, de manera que vayan haciendo carrera y quieran optar a esos puestos”.

En materia de igualdad “hay bastante que avanzar”, afirma.

Es cierto que, por ejemplo, “ahora mismo se está dando formación inicial a los fiscales en perspectiva de género”, pero “no tenemos una formación continua y obligatoria”, algo que “es bastante necesario”.

Al final lo que sucede, explica, es que “quien va a los cursos es quien ya tiene perspectiva o predisposición, el resto no”.

Escarlata Gutiérrez entregando, en 2018, el premio al “Compromiso social” de AJA Madrid a Sara Antúnez, de la Asociación Stop Haters (Parad a los que odian, podría traducirse) un grupo transversal de mediadores, psicólogos, abogados e informáticos que proporcionan ayuda en todos campos para combatir el odio en la red.

CAMBIOS EN EL MINISTERIO FISCAL

Pese a que reconoce que siempre le gustó más la profesión de juez, Escalarta afirma que se ha ido «enamorando» poco a poco de la figura del fiscal, cuyo trabajo como defensor de las personas más vulnerables es el más desconocido.

Sin embargo, no elude que la Fiscalía es una institución que necesita cambios.

Así, apunta que se podría mejorar el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

«Todo lo que sea reforzar independencia como cambiar el sistema de elección a una mayoría de 3/5 del parlamento o las causas de cese, para que no cese con el Gobierno… serían cambios fundamentales, sin perjuicio de otros, de cara a reforzar nuestra independencia y, sobre todo, nuestra apariencia de independencia, porque independientes somos«, apunta.

En este sentido, recuerda que el principio de dependencia jerárquica que rige en el Ministerio Público es para «garantizar la unidad de actuación, no para que nadie nos dé órdenes», pues se trata de una institución con autonomía funcional.

Esto es algo, afirma, que genera mucha confusión entre los ciudadanos y que, en muchas ocasiones, la clase política no ayuda a aclarar.

«Por mucho que los políticos digan que el Ministerio Fiscal defiende al Gobierno, eso no es así…, que digan donde lo pone», afirma.

La fiscal flanqueada por los magistrados del Tribunal Supremo Julián Sánchez Melgar y Vicente Magro.

Gutiérrez cree que este es uno de los aspectos donde «es muy importante la labor de comunicación» de manera que «cuando alguien dice eso, hay que salir de manera contundente y apartidista en defensa de la imparcialidad y en defensa de la institución».

Por otro lado, reclama mayor número de fiscales y personal de apoyo porque de esta manera «seríamos mucho más eficientes, lo haríamos mucho más rápido todo y así prestaríamos un mejor servicio al ciudadano».

Sobre una eventual reforma que sitúe al fiscal al frente de la instrucción, Escarlata cree que sería un modelo «mucho más eficiente» y es algo, añade, que se hace en muchos países de Europa.

A su juicio, la independencia del Ministerio Fiscal no sería un obstáculo a esta reforma, ya que los fiscales «somos garantes de la legalidad», pero sí lo sería la falta de medios personales y materiales en la Administración de Justicia.

«Necesitaríamos más fiscales, más funcionarios, personal de apoyo…, y todo esto no se puede hacer a coste cero», remarca. 

Aun así, ironiza, «desde que empecé en la carrera fiscal lo han dicho alguna vez y los fiscales que llevan muchos años lo llevan oyendo desde que estudiaban en la facultad», de modo que habrá que esperar.

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