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El efecto del coronavirus en el sector Legaltech

El efecto del coronavirus en el sector Legaltech
Felipe Herrera analiza pormenorizadamente cuál ha sido el impacto del coronavirus en el universo Legaltech, las ventajas y las desventajas.
27/3/2020 06:35
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Actualizado: 07/6/2022 16:44
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El coronavirus mantiene en alerta al mundo y ha provocado una grave crisis sanitaria sin precedentes, agravándose por minutos debido a su fuerte expansión por todo el planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado como pandemia y en España nos hemos visto fuertemente castigados por el virus.

Ahora bien, ¿cómo está afectando al sector Legaltech?

Además del evidente impacto en la salud de muchas personas y la necesidad de distanciarnos socialmente para prevenir la infección, está generando cambios en la forma de trabajar, la relación con el cliente o la operativa de los tribunales, entre otros.

Para empezar, muchos despachos han cerrado sus oficinas y han comenzado a trabajar desde casa.

Por ejemplo, EY España envió a teletrabajar a toda su sede corporativa de Madrid, compuesta por 3.100 empleados, tras detectar un caso de coronavirus.

Por su parte, Baker McKenzie, en Londres, también actuó de forma similar cerrando su oficina en Londres debido a un posible caso.

Eso ha llevado a que se estén analizando los efectos que el virus puede tener en los servicios legales y las «startups» (empresas emergentes), viéndose, como es lógico, más afectadas las firmas medianas y pequeñas que las más grandes.

En ese sentido, se espera que estas últimas tengan clientes de su misma magnitud con infinidad de cuestiones legales que plantearles.

Por su parte, las firmas medianas y pequeñas se estima que tendrán clientes iguales o más modestos, que ordenarán sus prioridades y, entre otras cosas, congelarán cualquier acción que hayan planeado, buscando mantener sus reservas de efectivo y posponiendo cualquier servicio legal que no sea imprescindible.

Otra consecuencia de la gran expansión del coronavirus y el cierre de oficinas es la explosión del teletrabajo en el sector legal.

Un buen ejemplo de lo anterior han sido los abogados italianos, de los primeros en experimentar su implementación en masa o los profesionales de la consultora Legaltechies, que preparan sus próximos proyectos y atienden a sus cliente desde sus casas.

HERRAMIENTA DE VIDEOCONFERENCIA

En este punto, es interesante destacar Legaler, la herramienta de videoconferencia para abogados unipersonales o pequeños despachos, que está ofreciendo gratis su plan anual para hacer más fácil la gestión del coronavirus.

Sea como sea, las estadísticas son positivas: en una semana el 66 % de los despachos y «startups» Legaltech ya teletrabajan, por iniciativa propia o política de la firma, a causa del COVID-19.

Por contra, más de 30% aún no lo hace.

Otros datos relevantes los aporta Jorge Morell Ramos, responsable de la consultora Legaltechies, cuando dice que “Según datos de 2019, poco más del 30% de los abogados españoles usaban software que facilitara el acceso directo a archivos o proyectos en proceso. Y solo un poco más del 50% trabajaba en la nube”.

Por tanto, un tercio amplio de nuestras firmas “debería poder teletrabajar con cierta facilidad”, aunque “quedan otros dos tercios que es probable que lo tengan más difícil y deban hacer ajustes estas semanas para ponerse a ello”.

El experto también apunta que: “Mucha tecnología para hacer ese salto al teletrabajo tiene un coste relativamente bajo”.

Ahora bien, “tenemos por un lado el problema de la formación y la dificultad para adaptarse a esa nueva forma de trabajar en muy poco tiempo, y por otro lado, el de que si bien el coste puede ser bajo, muchos abogados van a ver cómo sus ingresos bajan durante este periodo por el parón de la actividad económica. Por tanto, es una situación compleja”.

Por último, esa necesidad de teletrabajo también está poniendo más énfasis en la nube y soluciones «cloud» (en la nube) que permitan trabajar a distancia. Ahora bien, ese exceso de teletrabajo y nube implican muchos más ciber riesgos.

De ahí que estén apareciendo guías sobre la materia, por ejemplo para abogados «in-house» (de empresa).

Por otro lado, también hay quien especula si este tipo de crisis quizá incentive la innovación en la abogacía, en especial en materia procesal y judicial.

Lo que está claro es que las medidas de aislamiento y distanciamiento social se muestran incompatibles con la forma de trabajar de casi todos los tribunales.

Ejemplo de lo anterior lo vemos en los tribunales de Canadá, donde han restringido el acceso o suspendido las operaciones debido al COVID-19.

De igual forma, los tribunales de Quebec suspendieron las actividades regulares y el tribunal de Londres (ON) cerró después de que un miembro del personal diera positivo por COVID-19.

En nuestro país, la Fiscalía ha pedido que se interrogue a los detenidos por videoconferencia y la Audiencia Nacional ha sido desinfectada.

Y aunque al suspenderse los plazos se paran o aplazan los procedimientos, la realidad es que los juzgados no se cerrarán y se seguirán prestando «servicios esenciales» en procesos «urgentes y preferentes en los que se alegue vulneración de derechos».

YOUTUBE O FACEBOOK

Por su parte, en Estados Unidos se plantean usar Youtube o Facebook para retransmitir en directo los procesos públicos.

En definitiva, por regla general parece ser que los tribunales están mal equipados y tienen que cerrar o suspender su actividad ante situaciones extraordinarias como la que vivimos motivada por la pandemia.

Visto lo anterior, merece la pena mencionar las palabras de Richard Susskind, el gran gurú de la Legaltech: “El modelo más extendido de acceso a la justicia ya no es sostenible cuando hoy la tecnología ofrece grandes oportunidades de cambio en todos los ámbitos de nuestra actividad social y laboral. Es necesario abrir nuevas perspectivas para nuestras instituciones sociales más relevantes, como es la justicia, superando los prejuicios, incluso bien intencionados, de aquellos que firmemente asentados en los valores y procedimientos de los tribunales convencionales, en las que las partes dirimen sus diferencias cara a cara, en público y frente a un Juez”.

Dicho esto, como ejemplo del otro extremo tenemos a China, donde la pandemia ha aumentado el interés del gobierno en resolver asuntos jurídicos de todo tipo mediante arbitraje y mediación online. De esta forma, se están potenciando los mecanismos para resolver disputas en línea mientras se reinicia lentamente su economía, lo que demuestra una clara tendencia generalizada a aumentar la digitalización de todo el sistema judicial chino.

Otro punto importante a destacar causado por el coronavirus es la cancelación de eventos relacionados con la Legaltech como por ejemplo, el titulado “Alt Legal Connect 2020”, una conferencia sobre derecho de marcas que iba a tener lugar durante este mes de marzo en Nueva York, y que se pospone hasta nuevo aviso.

O la cumbre de abogados “Apex 2020, que se iba a realizar en marzo en San Francisco y se pospone al menos hasta dentro de 6 meses.

En lo que respecta al ámbito nacional, también hemos sido conocedores de la cancelación motivada por el coronavirus del “Legaltech Unconference”, que iba a tener lugar en Madrid el próximo 25 de marzo y, si todo marcha correctamente, se realizará el 12 de noviembre.

Sea como sea, la principal alternativa que está surgiendo ante lo que parece que será una epidemia de cancelaciones son los «webinars» o conferencias en línea.

En este caso, podemos destacar los organizados por la experta en Legaltech, María Jesús González-Espejo García que, con el fin de hacer menos duro el encierro causado por el coronavirus, ha organizado dos webinars, uno en colaboración con Wolters Kluwer donde hablan sobre innovación y Legaltech en asesorías internas, y otro que organiza la European Legal Technology Association (ELTA) sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en al ámbito judicial.

Otro ejemplo a destacar es el «webinar» que tratará el impacto del coronavirus en materia contractual, desde donde se pretende asesorar sobre los pasos que se pueden dar para minimizar cualquier impacto potencial de fuerza mayor y otras cláusulas estipuladas en los contratos.

Por tanto, observamos como se han multiplicado los «webinars» sobre todo tipo de materias jurídicas.

Ahora bien, los mismos presentan también sus pegas. Un primer problema es la tecnología a usar para ello.

El segundo es cómo los equipos de marketing jurídico pueden usar este nuevo medio para sustituir a los eventos presenciales.

Otro fenómeno al que está dando lugar la pandemia es que muchas empresas del sector Legaltech están ofreciendo productos y servicios de manera gratuita o rebajados de precio, así como programas de formación legal, con el objetivo de apoyar el trabajo de los profesionales legales durante la crisis del coronavirus.

Por ejemplo desde Ecuador con el «chatbot legal Ulpik» o en España con la  iniciativa de «startups» nacionales como MilContratos, PymeLegal o Boardchain, entre otras.

Por su parte, las facultades de Derecho también se ven afectadas por el virus, siendo un problema cómo se da ese salto al mundo «online» o cómo se valora a nivel de notas este periodo.

Por último, ya se empiezan a plantear hipótesis sobre las posibles consecuencias del coronavirus para los servicios legales y profesionales:

1) Habrá mayor atención al cliente en modo digital, sin ver a la tecnología como un coste sin más.

2) Se prestará más atención al compliance en el medio-largo plazo, para corregir debilidades en los negocios en el corto plazo y actuar de forma más preventiva.

3) Se apostará más por la viabilidad de los modelos de negocio digitales, sobre todo porque proporcionan confianza, escalabilidad y soluciones mucho más permanentes, tangibles y medibles.

En conclusión, y más allá de deciros que no salgáis de casa hasta nuevo aviso, parece obvio que el impacto que el coronavirus tendrá en el sector legal será más que razonable, tanto en la forma de trabajar, como en la necesidad de más formación tecnológica para los abogados o en el replanteamiento que deberá hacerse sobre la forma de operar de juzgados y tribunales.

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