La Fiscalía imputa asesinato con alevosía a los cuatro investigados por el crimen del concejal de Llanes (Asturias)
Pedro L.N.A., de 48 años, presunto inductor del crimen. Foto: EP

La Fiscalía imputa asesinato con alevosía a los cuatro investigados por el crimen del concejal de Llanes (Asturias)

A Pedro L.N.A., amigo de la víctima, en condición de inductor; a los dos presuntos sicarios de nacionalidad argelina, M.K. y D.B., como coautores, y a J.M., como cooperador necesario
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22/6/2020 10:24
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Actualizado: 22/6/2020 11:53
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La Fiscalía del Principado de Asturias imputa a los cuatro investigados por el crimen de un concejal de IU en Llanes, Javier Ardines, en agosto de 2018, un delito de asesinato con alevosía y mediando precio.

A Pedro L.N.A., amigo de la víctima, en condición de inductor; a los dos presuntos sicarios de nacionalidad argelina, M.K. y D.B., como coautores, y a J.M., presunto intermediario, como cooperador necesario.

Los cuatro están en prisión provisional.

El último que entró fue M. K., el pasado mayo, tras ser entregado en el aeropuerto de Ginebra por la autoridades de Suiza, donde se encontraba cumpliendo condena por otro delito.

Los otros tres, dos españoles y otro argelino, fueron detenidos el 19 de febrero de 2019, seis meses después del asesinato.

Uno de ellos es Pedro L.N.A., marido de una prima de la mujer del concejal, quien supuestamente habría urdido un plan junto con otro ciudadano español, también arrestado, para encargar a dos argelinos que asesinaran a Ardines en una emboscada en un camino próximo a su casa.

En su declaración ante la juez, D.B. afirmó que el supuesto inductor les pagó a él y al otro supuesto autor material 25.000 euros y al mediador otros 10.000, aunque su compatriota, M.K., rechazó su participación y que estuviera en Llanes el día del crimen, pese a que la señal de su móvil le situaría en la zona.

La Fiscalía les trasladó el pasado viernes los hechos que les imputa en este momento del procedimiento. La comparecencia se celebró en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Llanes.

La petición de condena se concretará una vez presentado el escrito de acusación.

Por el momento, el Ministerio Público no considera necesaria la práctica de más diligencias de prueba, sin renunciar por ello a solicitar alguna otra en cualquier otro trámite de los previstos legalmente.

Tras la comparecencia, que ha sido seguida por los dos presuntos sicarios desde la sala del Juzgado, y por videoconferencia desde prisión por los otros dos investigados, la magistrada-juez ha acordado continuar con el procedimiento para llevar a un juicio con jurado popular a los cuatro investigados.

Ardines, de 52 años, casado y padre de dos hijos, había renunciado a su sueldo de concejal y se ganaba la vida como patrón de barco.

Tenía unas rutinas y unos horarios que hacían fácil calcular sus movimientos. Salía a diario sobre las 6:30 horas a faenar con su embarcación, ‘Bramadoria’, antes de atender a sus responsabilidades municipales.

Días antes de su asesinato, Javier Ardines comentó a su entorno que se había encontrado unas vallas en un camino en las inmediaciones de su domicilio, por el que circulaba todas las mañanas, que le había llamado la atención y que las había retirado.

Javier Ardines fue encontrado por su hija poco después de que la familia alertara de su desaparición.

La autopsia reveló que murió de varios golpes en la cabeza y nuca con un objeto contundente.

El concejal de Llanes Javier Ardines. Foto: Ayuntamiento de Llanes

La Fiscalía considera que Pedro L.N.A. descubrió en diciembre de 2017 el idilio que su mujer supuestamente mantenía con la víctima, tras grabarles una conversación telefónica, y que se lo hizo saber a su esposa.

Según el representande del Ministerio Público, la relación encubierta entre Ardines y la prima de su esposa se remontaba a más de treinta años atrás y se desarrollaba en Llanes, coincidiendo con los periodos vacacionales que ella pasaba allí junto a su marido.

La Fiscalía considera que en julio de 2018, el investigado «tomó la decisión de acabar con la vida» de Javier Ardines y que para ello contactó con J.M., «a quien pidió que buscase a personas que pudieran ejecutar los hechos».

Así, según el Ministerio Público, J.M. planteó el encargo a otro de los acusados, quien, tras una reunión en la que se llegó a un acuerdo sobre el precio a pagar, decidió actuar conjuntamente con el otro investigado al que se le imputa ser otro de los ejecutores.

Relata que el 27 de julio, P.L.N., J.M. y uno de los supuestos sicarios viajaron a Belmonte para que inductor y mediador le dieran las indicaciones necesarias para acabar con Ardines, de acuerdo a la Fiscalía.

También indica que P. L.N. tenía un conocimiento exhaustivo tanto de la zona donde se llevarían a cabo los hechos como de las costumbres de la víctima. Así, propusieron hacer al concejal una emboscada, para asegurarse el resultado.

Siempre según la Fiscalía, en la madrugada del 1 de agosto de 2018, los dos acusados de ser los autores del crimen se desplazaron nuevamente a Belmonte con el único propósito de matar al concejal, y una vez allí, colocaron una valla metálica de obra en un camino por donde previsiblemente pasaría la víctima.

Apunta que el lugar era el propicio para cometer los hechos por ser una zona rural aislada y boscosa, rodeada de prados y monte bajo.

Sobre las seis de la mañana de ese día 1, la víctima salió de su domicilio, y al pasar por ese camino se topó con la valla, aunque la sorteó y se alejó del lugar en su vehículo.

A raíz de este suceso, uno de los acusados de llevar a cabo el crimen mostró su reticencia a ejecutar los hechos, por lo que el presunto inductor, P.L.N., le ofreció más dinero y le informó, en una reunión, que no debía matar a Javier Ardines hasta pasado el 10 de agosto, fecha en la que terminaban las fiestas locales, ya que antes de ese día habría mucha gente, según el relato de la Fiscalía.

Señala que en la madrugada del 16 de agosto, sobre las cuatro y media de la mañana, con tiempo suficiente para preparar una emboscada mejor, los dos presuntos ejecutores llegaron a Belmonte y colocaron en el mismo camino, transversalmente, dos vallas más (la primera, del día 1, continuaba allí).

Lo hicieron de forma que impedían el paso de cualquier vehículo, para asegurarse de no fallar e incrementar el tiempo disponible para abordar a la víctima.

Además, indica que para tener más garantías de acierto y anular la posibilidad de defensa de la víctima, cada uno de los investigados llevaba un bote de spray de pimienta, uno de ellos un palo y el otro, un bate de béisbol.

A continuación, se escondieron junto a un muro y esperaron.

Sobre las 6 de la mañana, el concejal salió de su casa en su furgoneta, y al llegar al punto donde estaban colocadas las vallas, detuvo la marcha y se bajó del vehículo para apartarlas. Dejó el motor en marcha, las luces encendidas y la puerta del conductor abierta.

En ese momento, los investigados salieron de su escondite súbitamente y le rociaron con el spray de pimienta, de acuerdo a la Fiscalía.

La víctima echó a correr, perseguido por los investigados. Fue alcanzado al ser golpeado en la cabeza bien con el palo o con el bate de béisbol. Cayó al suelo de rodillas y seguidamente, boca abajo. También fue estrangulado por detrás, siempre según el relato del Ministerio Público.

Señala que la víctima no pudo defenderse, tan solo colocar de forma intuitiva su brazo derecho como escudo, y que una vez en el suelo, fue sujetado y/o arrastrado unos metros.

A consecuencia de la agresión, Ardines falleció.

La Fiscalía relata que tras los hechos, J.M., acusado de hacer las veces de mediador, entregó a uno de los ejecutores una cantidad de dinero por el trabajo realizado, también de acuerdo a la Fiscalía.

Expone que el 18 de febrero de 2019 se acordó la entrada u registro en el domicilio del otro ejecutor, en Bilbao, y se halló en su interior, entre otros efectos, un spray de defensa persona, un spray aerosol de pimienta, 7 navajas, un taser de 3.800 voltios, un taser en forma de puño americano y varios cartuchos.

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