Fernando Jáuregui, autor del libro «La ruptura»: «El Rey Felipe VI es incorruptible, sigue el ejemplo de su madre»
"La ruptura. La revolución en marcha que no supimos ver", es el décimo octavo libro en solitario publicado por Fernando Jáuregui, en este caso de la mano de la editorial Almuzara, del exministro de Trabajo Manuel Pimentel. En la foto Jáuregui posa con el Tribunal Supremo de fondo, donde podría desembocar el caso que concierne al Rey Emérito, Juan Carlos I. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Fernando Jáuregui, autor del libro «La ruptura»: «El Rey Felipe VI es incorruptible, sigue el ejemplo de su madre»

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26/7/2020 01:00
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Actualizado: 06/10/2020 14:20
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Es uno de los líderes de opinión más influyentes merced a una trayectoria periodística profesional en la que ha tocado todos los palos. Fernando Jáuregui, autor de 30 libros en colaboración y 18 en solitario, acaba de publicar el último, titulado «La ruptura. La revolución en marcha que no supimos ver».

«La ruptura» responde al viejo dicho de «Lo evidente es lo que nadie ve hasta que alguien lo explica con claridad». Porque Jáuregui pone sobre la mesa lo que está ocurriendo en nuestro país, cuyo futuro podría estar comprometido tal como lo conocemos hoy.

Y hace especial mención al acoso y derribo que, desde fuerzas disolventes que forman parte del propio Gobierno de la nación, se está llevando a cabo contra el Rey y la Jefatura del Estado a cuenta del escándalo provocado por la amiga del Rey Emérito, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, los 65 millones de euros de Arabia Saudita y el comisario encarcelado José Manuel Villarejo. 

Jáuregui afirma que estamos en una segunda Transición y apuesta por preservar la figura del Rey Felipe VI, del que afirma que «es incorruptible».

¿Por qué has publicado este libro en este momento?

Ha sido una necesidad, porque se me ha roto todo. Se me ha roto la historia, que está dentro del juancarlismo, como la de todos. Se me ha roto la visión de este Gobierno.

Y encima, para colmo, he tenido una ruptura cultural importante. Durante este confinamiento me he dedicado a leer a [Julio] Cortazar y me ha decepcionado tanto que se me ha caído en pedazos.

Eso también es una ruptura. Para mí era un ídolo.

Así que necesitaba escribirlo. Necesitaba escribir mi experiencia de cincuenta años de periodismo. Necesitaba contar cosas que sabía.

Alguien podría decir que me he ahorrado un psiquiatra. Quizás tenga razón.

¿A ti el Rey Emérito también se te ha roto en pedazos, como Cortazar?

Tiene sus méritos. Es injusto cambiarlo ahora, como algunos quieren. Matar al padre es un error. Esa es la opinión imperante en La Zarzuela en estos momentos. Hay que matar al padre.

Ese es un error brutal. Porque es nuestra historia.

No es solo un señor que ha cometido irregularidades, cosas lamentables y vergonzosas, pero es que también es el padre de nuestra historia democrática.

Estas ideas que circulan por ahí, qué si hay que quitarle el título de Rey, qué si hay que exiliarle, me parecen una locura absoluta. Precipitaría la caída de la monarquía.

Tenemos que tener mucho cuidado con eso.

Hasta el suceso del accidente cazando elefantes, la ciudadanía no sabía que el matrimonio de los Reyes ya no existía hacía tiempo y que era una mera pantalla.

Yo creo que todo el mundo lo sabía. Todo el mundo sabía muchas cosas del Rey. En el libro hago una autocrítica, en general contra los periodistas y contra mí mismo, en particular. Sabíamos muchas cosas y no las contamos.

En el año 95 ya se empezó a barajar una primera abdicación del Rey.

Por primera vez.

¿Con objeto de…?

De que se apartase del trono y diese paso a su hijo, que ya era mayor de edad. Eran años en los que se hablaba de que si Javier de la Rosa le había dado dinero para pagar un préstamo que le habían hecho los árabes y que no había podido devolver, que si Mario Conde, que si Prado y Colón de Carvajal

Fueron momentos en los que el Rey Juan Carlos estaba en boca de mucha gente. Y no era Corinna de la que se hablaba, pero sí era Marta Gayá y era Bárbara Rey. En fin…

Pero es que, además de eso, insisto, ha prestado muchos servicios a España y a la democracia. Y eso hay que tenerlo en cuenta también.

Fernando Jáuregui junto a su libro, «La ruptura», que acaba de ver la luz. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Este afán del Rey Juan Carlos de cobrar comisiones supongo que viene de atrás, del miedo a verse como su abuelo, Alfonso XIII, que se marchó de España con lo puesto, o como su padre, que tuvo que recibir ayudas de algunos nobles para sobrevivir en Portugal…

El Rey siempre ha tenido mucha afición al dinero, a los regalos y a las mujeres. Es verdad.

En todo caso, cobrar comisiones no es necesariamente algo ilegal. Lo mismo que recibir una donación. Lo que es ilegal es evadir el dinero del Fisco. Eso es otra cuestión.

Ahí es donde está la presunta responsabilidad de Juan Carlos I. Pero ya veremos en qué queda todo esto. Porque ahora estamos en un momento de “fake news”.

Yo vengo de estar con alguien que me ha contado muchas verdades de cosas que se están diciendo y que no son así.

Ahora hay una mujer fatal que está intentando desprestigiar todo lo que puede no solo al Rey, también a la Corona, a los Servicios de Inteligencia… Hace todo el daño que puede a España.

No entiendo por qué no crean un plan de comunicación y contrarrestan las partes negativas con partes positivas. ¡Anda que no hay titulares positivos que protagonizó el Rey Juan Carlos y que podrían anular toda esta campaña de desprestigio!

Pero como no tiene a nadie de comunicación, no tiene nada. Y desde La Zarzuela no le están ayudando, pues tenemos lo que tenemos.

Cuál es tu versión de lo de Corinna, la donación de los 65 millones de euros al Rey por parte de Arabia Saudita y el papel del comisario Villarejo.

La donación de los 65 millones de euros no era tal, era una especie de aparcadero. Porque luego va el Rey y se lo pide otra vez.

¿Por qué le dan los árabes 65 millones de euros al Rey?¿Te lo has preguntado?

Sí, me lo he preguntado. Los árabes ya le dieron 100 millones de dólares en los años noventa. Se lo habían prestado al cero por ciento de interés.

Los árabes son muy generosos en ese tipo de cosas. Es verdad que el Rey ha tenido una actividad, en el aspecto comercial, tanto en lo petrolífero como en lo del AVE, que bueno… Los árabes hacen ese tipo de donaciones a sus amigos.

Si me estás preguntando si las empresas adjudicatarias están metidas por medio, te contesto de forma muy clara: No lo sé.

Hay un empresario por ahí, que no voy a nombrar porque sin pruebas no lo voy a hacer, que sale siempre en todas las informaciones.

Pero hay que decirlo con claridad: el Rey Emérito, en un momento determinado, no se rodeo de la gente apropiada.

«Corinna ha tratado de chantajear a Felipe VI muchas veces. Lo que pasa es que Felipe VI no es chantajeable»

¿Quién es Corinna?

Esa señora es una aventurera. Tiene otros nombres…

¿Es princesa?

Se casó con un príncipe, un rato. Luego le quitó el título. Se lo repito, es una “aventurera”, pero hay otras palabras.

Felipe González se refirió a ella el otro día como una “señora tal”.

Ve que puede cazar a un Rey. Ella pensó en algún momento, pásmate, que podía casarse con el Rey, que don Juan Carlos podía divorciarse de doña Sofía y ella la sustituiría en el trono de España. Así de fácil.

Su ambición no tiene límites. Y cuando vio que podía moverse en un ambiente que no habría podido imaginarse ni en sus mejores sueños, pues ahí se quedó. Con el Rey. Yo creo que don Juan Carlos llegó a enamorarse de ella…

Corinna estaba con el Rey cuando tuvo el accidente en Botswana, cazando elefantes, mientras España pasaba por una profunda crisis económica, ¿no?

Claro. Estaba en todos los viajes.

El Rey se enamoró de ella. Estuvo viviendo con ella, en una residencia cerca de la Zarzuela.

Han pasado muchas cosas increíbles. Lo que pasa es que ella no tiene amor, tiene una ambición desmedida.

Los 65 millones de euros de marras siguen estando en poder de esta “aventurera”.

Todo lo que se está filtrando corresponde a las investigaciones del fiscal de Ginebra, Yves Bertossa, y ella va filtrando lo que le va interesando.

Y yo creo que lo hace por un afán de “vendetta”, también. ¿Por qué? ¿Porque el Rey Emérito la ha abandonado?

Que va. Ella está tratando de chantajear al Estado. Corinna ha tratado de chantajear a Felipe VI muchas veces. Lo que pasa es que Felipe VI no es chantajeable, ni mucho menos.

Por otro lado, está tratando de defenderse de la persecución fiscal.

Es un peligro ambulante, porque esa señora no se para en barras.

Fernando Jáuregui dice que Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga del Rey Emérito es una aventurera que pensó que podría convertirse en Reina de España si don Juan Carlos se divorciaba de doña Sofía.

¿Y qué papel juega Villarejo?

Eso es lo que complica el tema. Todo en lo que está Villarejo se complica. Sospecho que en un momento determinado Villarejo entra en contacto con ella para formar parte de los negocios. Le hace ver que puede hacer cosas que luego no puede hacer y sabe cosas que, a lo mejor, no son tantas.

Y ella se confía mucho en Villarejo.

Hace unas declaraciones, que Villarejo le graba y son las que se están utilizando. Porque Villarejo también está al servicio de la “vendetta”.

Por tanto, de una conjunción Villarejo-Corinna no puede salir nada bueno. Ni para el Estado ni para nadie.

Ni siquiera para ellos.

Villarejo no ha conseguido salir de la cárcel por mucho que ha amenazado, por mucho que ha chantajeado.

¿Por qué el Rey Felipe VI tardó un año en hacer pública su renuncia a cualquier tipo de herencia extranjera de su padre?

Porque se asustó, ante las informaciones que aparecieron, sobre todo en el diario londinense The Telegraph, que es donde Corinna vierte su “ciencia”.

Era alarmante. Porque salpicó al Rey. Felipe VI es figura incorruptible, sigue el ejemplo de su madre.

A Felipe VI le importa la Corona y su puesto como Rey, como Jefe del Estado. No tiene ambiciones de dinero.

No tiene las debilidades de su padre.

Lógicamente se asustó. Fue al notario y declaró, ‘yo no tengo nada que ver con esto’. Y se lo comunicó a los abogados golfos estos de Londres.

En Londres, por cierto, hay muchos bufetes de chantaje. ¿Lo sabías?

«Tenemos dos gobiernos, eso cada día está más claro. Dos gobiernos incompatibles. Ese es el origen de muchos de los males que tenemos en estos momentos»

No, en absoluto. ¿El matrimonio del Rey con doña Leticia ha influido positivamente en este asunto, teniendo en cuenta que su origen no es ‘noble’, que viene de una familia de clase media y que conoce el valor del puesto que ha asumido con su matrimonio?

Tiene ventajas y defectos. Una es que doña Leticia es muy personalista. El papel de Reina es muy complicado. Es una cosa que se aprende.

Es un oficio, sí.

La Reina Leticia es igualmente inchantajeable, como Felipe VI.

Es verdad no tiene ninguna simpatía por el Rey Emérito desde hace muchos años. Siempre ha considerado que era una mala influencia para su marido.

¿Y cómo queda la Reina Sofía en todo esto?

Ella se ha mantenido en un silencio muy digno. Supongo que pasará a la historia en páginas más amables que su marido.

Ahora está en La Zarzuela, aparcada.

El caso del Rey Emérito da oxígeno a las fuerzas políticas que denostan la Transición calificándola de pacto entre malos para hacerse con el poder, dejando al pueblo al margen.

Mi opinión es que estamos en un momento gravísimo y delicadísimo. Nadie quiere darse cuenta.

Actualmente coexisten en un mismo gobierno dos concepciones diferentes y opuestas, sobre la forma del Estado. Esto sería inconcebible en cualquier país del mundo.

No puede ser que una parte del Gobierno sepa que tiene que defender la Monarquía, les guste o no les guste, porque está en la Constitución, y que otra parte del Gobierno quiera cargarse esa misma Monarquía.

Tenemos dos gobiernos, eso cada día está más claro. Dos gobiernos incompatibles. Ese es el origen de muchos de los males que tenemos en estos momentos.

Yo defiendo que el señor Iglesias pueda proclamar su fe republicana y luchar por el advenimiento de la República, pero no desde el Gobierno que tiene que defender la Constitución parlamentaria y monárquica.

Eso es una contradicción que pagaremos muy clara.

De ahí nace casi todo. Hay una alianza clarísima entre Unidas Podemos y Esquerra Republicana de la cual no puede salir nada bueno.

Cuando el señor Sánchez se entrega en manos de esas fuerzas no son sus pares. No es homologo con ellas. Ha cometido un error y nos ha metido en un lío muy serio a todos.

Es evidente que cuando volvamos del verano se van a volver a pedir las comisiones parlamentarias de investigación para azuzar las protestas en la calle.

Esto obedece a un modelo sedicentemente independentista en Cataluña. Y la mejor forma de conseguirlo es debilitando la figura del Jefe del Estado. Sea Rey o presidente de la República.

Si debilitas la figura del Jefe del Estado debilitas al Estado. Así de grave. Todo eso coexiste en el mismo Gobierno. Una tendencia y la otra.

De acuerdo con Jáuregui, el Gobierno en realidad son dos Gobiernos, uno constitucional y monárquico, el del PSOE, y otro republicano y disolvente, el de Unidas Podemos, cuyo líder es el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Foto: EP

¿La petición, por parte de Podemos, de crear una comisión parlamentaria para investigar a Felipe González en relación con los GAL, es una prueba de inducir esa debilidad?

Tú eres muy fuerte cuando no deseas nada. Cuando quieres algo desesperadamente, cuando quieres mantenerte en La Moncloa, sea como sea, pues la debilidad es la tónica.

Cuando no cuentas con tu propio partido, porque lo mismo que hay dos gobiernos hay dos PSOE, el de antes y el de ahora.

Cuando no cuentas con el PSOE de antes pues te conviertes en un señor que propicia que lapiden que a una figura como Felipe González, que es el otro gran superviviente del 78, junto con don Juan Carlos.

Esa es una alianza Unidas Podemos-Esquerra Republicana, clara. Y no sé si Pedro Sánchez está sabiendo frenar con habilidad. Lo que estoy diciendo es gravísimo. Es una situación gravísima para un país cuyo parlamento está paralizado.

El Consejo General del Poder Judicial está fuera de su tiempo de mandato desde hace casi dos años. Lo mismo pasa con el Constitucional con cuatro de sus doce magistrados. La división de poderes es inexistente. Los medios exangües, estamos pidiendo limosna como podemos porque la supervivencia está difícil.

¿Dónde está el equilibrio de poderes?

Esto lo ve Montesquieu y escribe “El tratado de lo que no debe de ser”.

Es tan grave el momento que yo, incluso, me atrevo a hablar del riesgo de que seamos un estado fallido.

¿Qué es un estado no fallido? Un estado que tiene garantizada la unidad. ¿La tenemos garantizada? No. ¿Tenemos garantizada la forma de gobierno? No. ¿Es inatacable nuestra Constitución? No, está obsoleta en muchos temas.

Solo faltaba que no nos hubiesen dado los 140.000 millones de euros en Europa.

Supongo que también puedes unir a esa percepción lo ocurrido con la sentencia del caso procés. Nueve condenados a penas de 9 a 13 años y un año después todos a la calle.

Hay una debilidad más grave que va a otra escala. España es un país que no tiene la legislación adecuada para defender al Estado. ¿Qué ocurre? Que a las primeras de cambio surgen las controversias. ¿Cuál es la diferencia entre rebelión y sedición? ¿Cuál es la diferencia entre el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario y el tercer grado?

Todo es discutible.

Los juristas de Europa nos están dando palos porque no tenemos esa legislación inequívocamente defensora del Estado.

Es verdad que quién iba a pensar lo que aquí ha venido ocurriendo desde 2017. Nadie. Pero claro, tuvimos tiempo de haber fortalecido algunos aspectos del Código Penal, de lo Contencioso-Administrativo e, incluso, de la Constitución.

A ver quién se atreve ahora a tocar la Constitución. Porque te sale el referéndum monarquía o república y la hemos hecho gorda.

«Lo que necesitamos es un Gobierno de salvación nacional. Ahora lo que tenemos es un Gobierno de perdición nacional. Con ese vicepresidente que tenemos de adlátere»

¿Los españoles son monárquicos o republicanos?

No son ni lo uno ni lo otro, pero los están convirtiendo en antimonárquicos por todo lo que está ocurriendo. Y porque los antimonárquicos están haciendo mejor propaganda que los promonárquicos.

Tenemos una oposición desconcertada. La Zarzuela está desconcertada, no sabe por dónde tirar. La opinión pública está muy pasiva y con la opinión publicada hay que tener mucho cuidado.

No hay estructura de defensa de la Jefatura del Estado en España.

Mi padre, que era amigo de Sabino [Fernández Campo, jefe de la Casa Real del Rey Juan Carlos I], quiso que hubiese sido director de Comunicación de La Zarzuela, cosa que nadie nunca me lo propuso –yo tampoco quería–, siempre me decía, si esto se va al carajo, todo se va al carajo. Siempre me acuerdo de esa frase.

Tenemos que aprovechar esa ruptura para recomponer, de alguna manera, lo que se tenga que recomponer, fabricar nuevos vidrios.

El problema es que, en el Parlamento, no hay una mayoría suficiente para recomponer o fabricar nada nuevo.

Lo que necesitamos es un Gobierno de salvación nacional. Ahora lo que tenemos es un Gobierno de perdición nacional. Con ese vicepresidente que tenemos de adlátere.

Sería muy fácil.

Hubiera sido muy fácil si Albert Rivera hubiera propiciado un Gobierno de coalición en las elecciones generales de 2019, con 57 diputados, los que sumado a los 123 diputados del PSOE, habría dado una mayoría de 180 diputados, 5 por encima de la mayoría absoluta.

Albert Rivera es uno de los grandes culpables de que estemos aquí, eso para empezar a hablar. Pero ya no está. Alguien debería reaccionar.

¿Qué pasaría si Pablo Casado convoca a los medios y les dice: ‘Señores, acabo de dirigir un mensaje al presidente del Gobierno, ofreciéndome a ser vicepresidente’?

Eso, evidentemente, implicaría que la coalición con Unidas Podemos se acaba y que empieza un Gobierno de gran coalición, o de salvación o de concentración, hasta que lleguemos a las próximas elecciones.

Pero, entretanto, vamos a reconstruir este país, que hay que ver cómo estamos. No sé a qué esperan para tomar esta decisión. Juntos sumarían 210 diputados en el Congreso. Una mayoría más que suficiente para tomar las decisiones que se tengan que tomar.

Después de una rueda de prensa como esa, Sánchez tendría que responder, tendría que decir algo. Y si dijera no, lo que ocurriera después sería culpa suya.

El momento en que este Podemos se quede aislado, se acaba Podemos.

Pero no quiero que desaparezca. Debe existir para canalizar el descontento y la indignación. Lo que pasa es que nos ha salido rana.

¿Qué ocurriría en un país cualquiera si un señor se erige, de la manera que se ha erigido él, a través de una moción de censura, en vicepresidente de un gobierno, que coloca a su señora como ministra, e intenta boicotear a otra parte del Gobierno, que trata de imponer una ortodoxia económica?

No sería permisible en ninguna parte. Y todo esto después de que el presidente del Gobierno, el mismo de antes y de ahora, nos haya dicho a los votantes que íbamos a ir a las elecciones del 10 de noviembre para evitar lo que se hizo al día siguiente.

Estamos cerca de la autocracia, pero no en la autocracia. A Sánchez hay que reconocerle unos valores. Es un mentiroso, es un oportunista y es un marxista de la tendencia Groucho, pero también tiene un valor a prueba de bomba.

Su resurrección dentro del partido ha sido increíble. Le echaron de una patada en el trasero de la secretaría general del PSOE, regresó y ganó las primarias. Hizo una moción de censura, que podría haberle salido mal, y la ganó.

Es un trilero que va sacando los triles. Ha hecho acuerdos con Ciudadanos y también con Esquerra, al mismo tiempo. Pero tiene el derecho y el deber de seguir siendo el presidente del Gobierno. Ha ganado las elecciones. Y si hubiesen nuevas elecciones, seguro que volvería a ganarlas.

Pablo Iglesias, ¿qué pinta ahí? Es el líder de la cuarta fuerza política. Y bajando. No creo que la voluntad de los españoles es que estuviera en el Gobierno.

¿Debería explicarse a la ciudadanía de dónde venimos, qué fue la Transición? Porque algunos están tratando de destruir esa memoria.

Algunos ya lo estamos haciendo, desde hace muchos años, a través de los libros. Existe una voluntad de destruir la memoria de la transición. Y como desde el Boletín Oficial del Estado es el libro más eficaz desde el que se puede publicar…

Es el poder.

Sí, es el poder. Pues desde el BOE se está intentando dinamitar esa memoria de la Transición.

Este es el peligro que estamos corriendo actualmente. De nuevo estamos como en la primera Transición entre evolución o ruptura. En el Gobierno hay una parte que quiere evolución y otra que quiere ruptura. Peligrosísimo.

¿Solución?

Echar del Gobierno a los elementos que, de alguna manera, no casan con la idea de una Monarquía parlamentaria, y pactar transversalmente con otras fuerzas políticas. Esa es la única solución.

Estamos en un momento en el que hay que re-cons-truir España.

¿Cuál es el destino del Rey Emérito?

Espero que no se les ocurra la mala idea de matar al padre. En cualquier momento puede tomarse una decisión brutal, como despojarle del título de Rey Emérito, revocamos aquel decreto de 2014, le mandamos a un piso del madrileño barrio de Moratalaz, que es donde vivía doña Leticia antes de ser Reina, o le mandamos al exilio.

Tal decisión sería una barbaridad. Sería anticipar el fin de la monarquía unos cuantos años en España. Y no digo que el fin de la monarquía vaya a llegar.

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