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Cartas desde Londres: Remad y viviréis, las firmas de abogados inglesas en tiempos de pandemia

Cartas desde Londres: Remad y viviréis, las firmas de abogados inglesas en tiempos de pandemia
De acuerdo con el columnista, Josep Gálvez, las firmas de abogados del Reino Unido, y específicamente de Londres, se están viendo obligadas a hacer ajustes en su plantillas debido al COVID-19 y la crisis económica que ha traído. Foto: Tristan Surtel.
15/9/2020 06:45
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Actualizado: 05/1/2021 12:27
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Posiblemente no sea nada nuevo si digo que la City de Londres es uno de los mercados más competitivos del mundo en materia de servicios legales.

Por ello, no es de sorprender que el sector de la abogacía sea el que paga algunos de los salarios más altos del Reino Unido.

Por ejemplo, los despachos que forman el “Magic Circle”, ofrecían a sus abogados juniors unos sueldos de unas 100.000 libras (unos 108.000 euros aproximadamente) durante el primer año, cantidad que iba aumentando sensiblemente si el chaval aguantaba en el puesto, según el sistema clásico de “Up or out” instaurado por Cravath a finales del siglo pasado.

Pero digo “ofrecía” porque este escenario está cambiando mucho como consecuencia de la pandemia del Covid-19.

Durante los últimos meses, estamos asistiendo a importantes sorpresas en el sector, siendo una situación merecedora incluso de varios artículos en periódicos de la talla del Financial Times.

Por este motivo y, como es habitual que aquello que sucede en el sector legal aquí, se reproduzca más pronto que tarde en otros países, entre ellos España, vale la pena que le echemos hoy un vistazo al mercado legal londinense por aquello de las barbas del vecino.

Verán que no hago aquí ninguna referencia al drama del «Brexit». No porque el mercado sea indiferente a este asunto, que pende como una pesada espada de Damocles, sino porque entraríamos en un jardín minado y de muy compleja salida, siendo así que obviaremos, de momento, esta espinosa cuestión.

THE HORROR! THE HORROR!

La verdad es que, más allá de las predicciones agoreras de grandes cambios cataclísmicos en el sector y la caída del modelo de servicios legales tal como lo conocemos, lo que estamos viviendo con la dichosa pandemia es, en cierta manera, un “revival” de la crisis del 2007.

Es decir, una vuelta a aquello tan crudo de “tanto facturas, tanto vales”, pero con tintes algo más dramáticos por la velocidad que está tomando el asunto, su creciente intensidad y, sobre todo, por la incertidumbre sobre cuánto van a durar las medidas.

Según parece, aunque muchas firmas todavía no han publicado aún los resultados de su último ejercicio económico, los indicadores, hasta ahora, no han sido para nada alentadores para muchos bufetes.

Bien al contrario, en un gran número de casos, los resultados están siendo sensiblemente malos desde el inicio de la pandemia, lo que evidencia que a finales del 2020 serán bastante peores.

No es de extrañar que muchos despachos ingleses -desde grandes firmas internacionales a prestigiosas firmas medianas-, cuya práctica se centra sobre todo en transacciones mercantiles y asuntos societarios, se han visto obligados, estas últimas semanas, a iniciar durante una nueva serie de medidas de reducción de costes mucho más drásticas que las anteriores.

Así, si bien al inicio de la pandemia, estas firmas dejaron de contratar y mandaron temporalmente a personal a casa (el célebre “furlough”) o incluso acordaron recortes y congelaciones de salarios, ahora están llevando a cabo tandas de despidos ante la escalada de nuevos casos de Covid-19.

Y es que, con la importante bajada de actividad en el área de operaciones y especialmente en M&A, que suele ser una de las mayores durante la época de bonanza, los despachos necesitan ahora mucho menos personal para las operaciones que hay en el mercado, adaptándose en consecuencia al momento y para no sufrir en exceso durante esta situación que nadie sabe hasta cuándo se va a alargar.

A modo de ejemplo, la firma DWF, el mayor bufete de abogados del Reino Unido, que cotiza en bolsa, acomete actualmente su cuarta restructuración tras despedir a 60 personas, el cierre de sus oficinas en Bruselas y Singapur o la reducción del personal en Dubái a mínimos.

En otros casos, firmas americanas en Londres, están siguiendo las políticas de sus matrices en Estados Unidos y han iniciado un plan de jubilación anticipada del personal de apoyo de mayor edad o directamente el despido, atribuyendo estas tareas a sus abogados más jóvenes.

De hecho, según me explicaba algo apesadumbrado un socio de una importante firma londinense, a los abogados de su despacho les están encargando las tareas que antes realizaban los “paralegals” o las secretarias (“personal assistants”) a las que tuvieron que despedir hace un par de semanas.

FACTURACIÓN, FACTURACIÓN Y FACTURACIÓN

Como vemos, la mayoría de los bufetes ingleses están tratando de evitar despidos masivos con estas medidas pero, según algunas predicciones del sector, si las circunstancias no mejoran sensiblemente, se prevén escenarios dónde aquellos abogados senior que sean caros por su salario o incluso los socios que no alcancen las cuotas de facturación mínimas, también serán invitados a marcharse.

Según parecen, como en aquella gran película, Ben Hur, en las galeras de los despachos solamente seguirán los que puedan aguantar el ritmo de boga y sean rentables para el despacho.

Lo que en palabras del cónsul Quinto Arrio se traduce en su amenazante advertencia a los galeotes, “row well and live”, (remad bien y viviréis). Es decir, facturación o muerte.

No obstante, no todo son malas noticias para todo el sector legal.

Como suele pasar en estos casos, a mal tiempo buena cara: las áreas de concursal (“bankrupcy”) y litigación (“litigation”) están teniendo excelentes resultados y se espera que sean prácticas que sobresalgan especialmente durante estos tiempos difíciles de pandemia.

Y es que, a la situación de insolvencia de tantas compañías que derivan en procesos concursales, se unen los cientos de empresas de todos los tamaños que se están viendo obligadas a presentar demandas o son demandadas por incumplimientos contractuales de todo tipo causados, en gran medida, por la pandemia del Covid-19.

Recordemos que, como indicamos la semana pasada, los juzgados y tribunales ingleses han continuado funcionando a pesar de la pandemia, por lo que estas áreas han seguido su actividad sin mayores dificultades.

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