La magistrada reconoce que José María Íñigo falleció por enfermedad profesional derivada del amianto en TVE
Estima la demanda presentada por los herederos del presentador y declara que la pensión de viudedad reconocida a la esposa del conocido presentador de televisión deriva de enfermedad profesional. Foto: RTVE

La magistrada reconoce que José María Íñigo falleció por enfermedad profesional derivada del amianto en TVE

Considera que esta exposición en su primera etapa profesional derivó en que desarrollase un mesotelioma pleural, causa de la muerte del presentador de RTVE
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16/3/2021 16:57
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Actualizado: 17/3/2021 12:58
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La magistrada titular del Juzgado de lo Social número 2 de Madrid ha estimado la demanda presentada por los herederos del periodista José María Íñigo, fallecido en mayo de 2018, y reconoce que la pensión de viudedad reconocida a la esposa del conocido presentador de televisión deriva de enfermedad profesional, en lugar de enfermedad común.

José María Íñigo trabajó para RTVE desde 1974 en los programas ‘Directísimo’, ‘Fantástico’ y ‘Estudio Abierto’ entre otros muchos, que se grabaron en el Estudio 1 de Prado del Rey, pasando largas e intensas jornadas de trabajo.

José María Íñigo, en el programa Directisimo de RTVE. Foto: RTVE

En 2016 se le diagnosticó un mesotelioma maligno epiteloide y falleció el 5 de mayo de 2018, a los 75 años de edad, en Madrid.

El cáncer le había sido detectado hacía dos años, según explicó entonces su viuda, Pilar Piniella.

La magistrada María del Carmen Cano Martínez considera que existen elementos sólidos para afirmar que el fallecimiento de José María Íñigo fue consecuencia de la exposición al amianto en Estudio 1, y que conllevó que desarrollase con posterioridad la enfermedad que fue la causa de su muerte.

Sitúa la exposición en los años 1975, 1976, 1978 a 1981 y 1982 a 1985.

El proceso lo inició el propio José María Íñigo antes de fallecer, y lo continuó su familia que presentó una demanda contra la Corporación de Radio y Televisión Española, Mutua Fraternidad Muprespa, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y la Sociedad Española de Radiodifusión.

La magistrada ha condenado a las demandadas a estar y pasar por esta declaración en el ámbito de sus respectivas responsabilidades.

Esta resolución no es firme. Contra ella cabe la interposición de un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Según expone la juez, la actividad de Íñigo se llevó a cabo de forma continuada y prolongada en el tiempo en Estudio 1, que era «el estudio de mayor tamaño y con una gran presencia de amianto friable, como lo acredita el hecho que se depositaron en el vertedero 113.040 kilos de residuos».

«Se ha de destacar que en ese periodo el amianto estaba colocado sin ningún elemento que lo aislara de las personas que trabajaban en el estudio -ya que el primer encapsulamiento colocando placas de virutex se produjo en el año 1986-; por lo que estuvo en contacto con el amianto en el momento de mayor peligro de exposición», apunta.

A ello, según manifiesta, hay que unir que por el tipo de actividad que realizaba de presentación de programas de televisión con música y público en directo, que conllevaba aplausos, ovaciones, presencia de ventiladores y aires acondicionados, todo ello generaba vibraciones que impactaban en el amianto azul con la emisión de fibras de amianto que suponían la creación de un ambiente de trabajo pulvígeno.

Indica que «la existencia de fibras de amianto friable quedó corroborada por el intenso y necesario trabajo de limpieza desarrollado sobre el sistema de climatización efectuada en el año 2017», y subraya que «los actos propios de la empresa en los años posteriores evidencia la presencia de amianto no controlado en el medio laboral en el pasado».

Además, afirma que no se puede obviar que el 90% de los tumores como el que padeció José María Íñigo viene ocasionado por la exposición al amianto.

Apunta que el hecho de que no sea desarrollado por otras personas sometidas a la misma exposición en las misma circunstancias, se debe a que existe una predisposición genética que determina o no el desarrollo de la enfermedad.

Gran parte de los edificios de ese complejo se edificaron en los años 70 y 80 y se recurrió a un aislamiento de amianto para su acondicionamiento acústico.

Con posterioridad, ese material se consideró agente cancerígeno, por lo que ya desde 1986 RTVE emprendió su retirada.

En 2003 y 2005 se toman muestras ambientales que si bien no superaban los límites de exposición ambiental, concluyeron con la necesidad de desamiantar.

Finalmente, en 2011 acordó desamiantar varios edificios, entre ellos el estudio 1, 2 y 3, y derribar otros.

UN REPASO A SU TRAYECTORIA

Nacido en Bilbao en junio de 1942, los inicios de José María Íñigo fueron en la radio, en programas musicales como ‘El gran musical’, y fue uno de los creadores de ‘Los 40 Principales’.

Dio sus primeros pasos en el mundo del periodismo con quince años en ‘Radio Bilbao’ (SER), posteriormente en ‘Radio Popular’ (COPE) y el diario ‘La Gaceta del Norte’.

Con 18 años trabajó en la Agencia EFE en la sección Servicio de Reportajes Especiales.

Posteriormente, viajó a Londres y colaboró desde la ‘BBC’ con la ‘Cadena SER’ en programas musicales.

También colaboró activamente en publicaciones como ‘Actualidad Española’, ‘Mundo Joven’ y varios diarios de Madrid.

Su trayectoria televisiva comenzó en TVE en 1968 con el programa ‘Último Grito’, un musical que dirigían Pedro Olea e Iván Zulueta.

Con este último como director protagonizó la película ‘Un, dos, tres al escondite inglés’.

También trabajó en otras filmes como ‘A 45 revoluciones por minuto’ o ‘Terapia al desnudo’. Además, en 1998, participó en la cinta ‘Muertos de Risa’ de Álex de la Iglesia, con Santiago Segura y el Gran Wyoming.

Por sus programas televisivos fue reconocido con más de un centenar de premios, entre otros, el Premio Nacional de Televisión y el Premio Ondas.

Durante varios años presentó en Telemundo-Canal 2, de Puerto Rico, el programa ‘Estudio 2’, y en Euskal Telebista-ETB2, el programa ‘Íñigo en Directo’.

En la televisión privada presentó programas como ‘Las mañanas de Telecinco’ y ‘¿De qué parte estás?’, también de Telecinco, o ‘El kanguro’ y ‘Qué memoria la mía’, de Antena 3.

Era un experto en periodismo musical, y fue la voz de Eurovisión durante siete años, entre 2011 y 2017, el comentarista del Festival de Eurovisión para TVE, sustituyendo al veterano José Luis Uribarri.

También participó como jurado en el programa ‘Generación de estrellas’ y colaboró con Pepa Fernández en el programa ‘No es un día cualquiera‘, de Radio Nacional de España (RNE).

Fue Pepa Fernández quien informó aquel sábado 5 de mayo de 2018 que había fallecido.

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