La acusada de matar a su cuñada se justifica: «Un científico tenía mi mente en una computadora y me programó para hacerlo»
"Un científico" –en su cabeza– le obligó a matar a puñaladas a su cuñada, según la acusada. Foto: EP.

La acusada de matar a su cuñada se justifica: «Un científico tenía mi mente en una computadora y me programó para hacerlo»

La acusada de matar a su cuñada lo admite: "Un científico me programó para que lo hiciera"
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06/4/2021 06:46
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Actualizado: 06/4/2021 00:14
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La acusada de matar a su cuñada con un cuchillo y de prender luego a la casa en la que convivían en Torrelavega, Cantabria, admitió ayer haberle asestado puñaladas –cuatro de la veintena que recibió el cuerpo– pero se justificó porque «un científico» se lo ordenó y la «programó» para que lo hiciera.

«El científico tenía mi mente en una computadora. Está cerca de mí para programarme y que haga lo que él diga», declaró la procesada ante el tribunal del jurado que está enjuiciando lo sucedido en el verano de 2019.

A preguntas de todas las partes, la implicada –nacida en 1974 en República Dominicana– reconoció que acabó con la vida de la hermana de su pareja el 26 de julio, aunque ha indicado que la noche antes le «comunicaron» que tenía que matar a alguien, en concreto a su cuñada.

«Un científico me lo decía», explicó, en la que fue la primera declaración durante el proceso y por el que ingresó en prisión al día siguiente de lo ocurrido.

En la actualidad permanece internada en la unidad de Psiquiatría del Hospital Valdecilla de Santander.

Cuestionada por la fiscal acerca de por qué no había mencionado antes a ese científico, la procesada señaló que quiso contárselo al psiquiatra de la cárcel El Dueso de Santoña, a la que fue trasladada tras los hechos.

Pero fue derivada al centro penitenciario de Villabona, en Asturias, al parecer por problemas con sus compañeras en la prisión cántabra, según un escrito que ha aportado al inicio del plenario la acusación particular.

Pero «no me lo estoy inventando. Es así», aseguró.

De acuerdo con su relato, el «científico» la advirtió de que si no mataba a alguien, él acabaría con su vida.

«Si no lo haces, te mató a ti», relató, para añadir al respecto que le dijo que podía dar «una tecla de una computadora» y programarla para que se comportara como si fuese «un robot», y entonces se asustó.

En la sesión, y a cuestiones de su abogada, la acusada mostró conforme con la pena solicitada por el Ministerio Público: catorce años y nueve meses de prisión, por un delito de asesinato, aplicando la eximente incompleta de responsabilidad, al tener en el momento de los hechos alterada su capacidad de decisión y actuación pero no de forma «grave».

SI NO LO HACES, DOY UNA TECLA Y TE MATO A TI

Durante el interrogatorio corroboró que cuando ocurrió todo llevaba viviendo trece años con su pareja. Y desde hacía «dos o tres» con la víctima.

Su compañero sufrió en 2018 un ictus. Añadió que aunque ella «siempre» le acompañaba a las revisiones médicas, el día de los hechos fue su hija porque así lo quiso ésta.

De este modo, la acusada iba aprovechar para ir a pagar 15 euros a un locutorio para llamar a su país pero, reiteró, la noche anterior «un científico» le dijo que tenía que matar a su cuñada, pese a que «no tenía nada contra» ella en tanto que «amaba con locura» a su pareja.

Pero «si no lo haces, doy una tecla y te mato a ti», dijo que «la amenazó» el científico.

Éste le explicó cómo tenía que acabar con la vida de la víctima -«con tus manos» y «con más fuerza».

«Yo no tenía motivos para hacerle daño a ella», aseguró la procesada.

De la agresión en sí, la acusada recordó que cogió un cuchillo de la cocina y que le asestó varias puñaladas en el cuello, en los costados -izquierdo y derecho- y en las extremidades -piernas- también, pero «en ningún momento» le dio las 22 puñaladas que sostienen las acusaciones pública y particular, ejercida por los familiares y que piden 22 años de cárcel.

«No sé si se las hicieron después», reflexionó, a la par que negó que golpeara a la víctima.

Sí aseguró que, cuando sucedió todo, estaba «muy asustada y nerviosa», además de «muy triste y desesperada», por lo que no llamó a nadie ni tampoco abrió la puerta de la vivienda.

CINCO HORAS CON EL CADÁVER

Según las acusaciones, la mujer estuvo cerca de cinco horas con el cadáver en la vivienda, pero negó, a preguntas de ambas partes, que intentara deshacerse del mismo, descuartizándolo o «pegándole candela», como ha expresado.

En este sentido, y a propósito del incendio en la vivienda, manifestó que cuando se dio cuenta de «la verdad» -de que su cuñada estaba muerta-, decidió prender fuego al cuarto de su hijo y después a ella misma, en la habitación de la víctima.

Sobre el hecho de que no ella no presentara quemaduras pero sí la fallecida, relató que tal vez «en algún momento» se le cayó «una cerilla encendida y prendió el colchón».

Y respecto a este último dormitorio, negó que la cuñada colocara un pestillo en la puerta por «miedo» a ella, sino a su hijo, pues «decía que la quería violar», según ha aseverado.

De su actuación tras las llamas, señaló que guardó en una mochila el libro de familia de su hijo y joyas y dinero suyo que, según apuntó, no le han devuelto.

En otro momento de su declaración, comentó que antes de lo ocurrido pidió a una sobrina suya a la que había dejado dinero que le comprara un billete de avión a República Dominicana, porque «me quería ir a mi país».

A cuestiones de la letrada de los familiares de la víctima, admitió que con anterioridad a los hechos había solicitado ayudas a Servicios Sociales, que en un principio le denegaron, tras lo que manifestó que vivía con amigos y no con su pareja, con el que no estaba casada.

También reconoció que residiendo juntos obtuvo la nacionalidad española y que en su día él la dio de alta como empleada del hogar.

Ella «hacía todo» lo del piso, en tanto que la fallecida «no hacía nada», detalló.

ME SIENTO MUY MAL

Finalmente, a preguntas de su abogada indicó que antes del crimen estuvo ingresada en un centro psiquiátrico aunque hacía tiempo que no tomaba la medicación pautada.

Ahora, está ingresada en la unidad de Psiquiatría de Valdecilla, porque tiene «un tumor canceroso en la cabeza. Me siento muy mal», palabras con las que concluyó su relato, justo antes de mostrarse conforme con la pena de prisión interesada por la fiscal.

En su escrito de calificación inicial, la defensa se acogió al principio de presunción de inocencia y solicitó la libre absolución para su patrocinada, aunque destacó, en cualquier caso, que en la fecha de los hechos tenía un «trastorno» que afectaba «gravemente» a sus facultades volitivas y cognitivas.

El juicio continuará hoy y mañana con la declaración de testigos. El jueves tendrá lugar la prueba pericial, conclusiones e informes, y el viernes se producirá la deliberación, con el objeto del veredicto sobre la mesa, y el veredicto.

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