El papel de las mujeres en la recuperación tras la pandemia, centra el debate de la IX edición de la Cumbre de Mujeres Juristas
El evento, que arranca el jueves a las 10 horas y se puede seguir por streaming, está organizado por la Comisión Delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión del ICAM.

El papel de las mujeres en la recuperación tras la pandemia, centra el debate de la IX edición de la Cumbre de Mujeres Juristas

Ángela Cerrillos, Sonia Gumpert y Cristina Almeida hablan con Confilegal de esta nueva edición que se celebra los días 25 y 26 de noviembre
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23/11/2021 06:47
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Actualizado: 22/11/2021 20:30
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¿La pandemia de coronavirus ha tenido efectos sobre los avances en materia de igualdad? ¿Cómo trabajan los profesionales de la abogacía en el escenario postcovid? ¿Se aplica el derecho con perspectiva de género?

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán esta semana en la novena edición de la Cumbre de Mujeres Juristas del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) que se celebra los días 25 y 26 de noviembre en el salón de actos de la Real Academia Española. En esta ocasión centra su programa en ‘Las mujeres en la recuperación económica y social tras la pandemia’.

El evento está organizado por la Comisión Delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión del ICAM, su presidenta, Ángela Cerrillos Valledor, explica a Confilegal que el enfoque de esta edición se centra en el impacto que ha tenido la pandemia en el trabajo de las mujeres y, principalmente, en los distintos sectores de la práctica jurídica.

De este modo, se analizará «el cambio de forma de vida y de trabajar, y cómo se ha afrontado en su sector«. Y es que, afirma, «no cabe duda, de que la pandemia nos ha golpeado a todos, pero yo creo que a las mujeres especialmente por la doble función profesional y de cuidados».

Las jornadas se inauguran el jueves 25, a las 10 horas, con la intervención de la ministra de Defensa, Margarita Robles; el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado; el decano del ICAM, José María Alonso Puig; y la diputada 2ª y presidenta de la Comisión Delegada de Igualdad, Ángela Cerrillos Valledor.

A lo largo de estas dos sesiones, se analizará la brecha de género, el impacto de la tecnología, la práctica de la abogacía en el entorno de pandemia y la situación de mujeres vulnerables (en situación de trata o violencia de género, por ejemplo) en el escenario postcovid.

La Cumbre de Mujeres juristas, según explica Cerrillos, se plantea como «un punto de reflexión para saber qué esta pasando».

Ángela Cerrillos, diputada 2º y presidenta de la Comisión Delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión del ICAM.

En la base de todo ello, como en anteriores ediciones, está la igualdad real entre hombres y mujeres. Preguntada por la conciliación, Cerrillos explica que en la Cumbre se reflexionará sobre si la conciliación es real. «Todo depende de la participación que en ella hagan los hombres«.

«Si resulta que la conciliación se está aplicando por igual en las empresas, los hombres y las mujeres tienen las mismas posibilidades y la están ejerciendo de igual manera, pues será beneficiosa para todos». Sin embargo, agrega, «si resulta que la conciliación es un arma que solo están utilizando las mujeres… pues será como cuando en mi generación la modernidad era asumir un reto laboral y al mismo tiempo seguir ocupando las funciones tradicionales con los hijos«.

Sobre la aplicación del derecho con perspectiva de género, la presidenta de la Comisión Delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión del ICAM recuerda que «la ley de Igualdad efectiva de mujeres y hombres de 2007 tiene como objetivo la desaparición de las discriminaciones en razón de sexo, y su aplicación es transversal».

En lo referente a la justicia, subraya, «conlleva que la ley ha de interpretarse y aplicarse teniendo en cuenta si la situación de la mujer en el caso objeto de enjuiciamiento es de inferioridad«.

Reconoce que desde que empezó a ejercer la abogacía ha habido avances, sobre todo, remarca, porque «partíamos no de 0, sino de -100, con lo cual avances han sido todos».

Ahora, añade, «hay una igualdad prácticamente real en la legislación, pero todavía quedan facetas por conseguir, que la aplicación se haga acorde con los principios».

«Esperemos que lleguemos a una igualdad efectiva. Ahora mismo hay más mujeres colegiadas que hombres, pero en las ceremonias de entrega de 50 años de colegiados viene solo una mujer porque entonces había una presencia testimonial. Ese avance y esa irrupción de las mujeres en las profesiones jurídicas, ¿supone que hay una adecuación al número de ocupación de cargos con responsabilidad? Todavía no, hace falta que las mujeres que son mayoría por número también lleguen a las escalas más altas, y en ese camino estamos», concluye.

El ICAM, colegio que está detrás de estas jornadas, cuenta con 75.390 profesionales de la abogacía, de los cuales ejercientes son 43.884 y no ejercientes 31.506, según los datos que recoge el censo del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) a cierre de 2020.

Este total, según fuentes del ICAM, se desglosa en 38.602 mujeres colegiadas, 20.762 ejercientes y 17.840 no ejercientes. Estas cifras reflejan la paradoja de que hay más mujeres colegiadas y, sin embargo, menos ejercientes respecto al total.

La que fuera decana del Colegio de Abogados de Madrid entre 2012 y 2017, Sonia Gumpert, apunta sobre estas cifras que «evidentemente, hay un parón en nuestra carrera profesional con el ciclo biológico de la maternidad que hace la profesión en ejercicio libre muy complicada y el progreso en el mundo profesional libre. Por eso hay mucha mujer no ejerciente que esta en empresa o en la administración pública, en otros sitios donde eso se concilia más fácilmente».

Sostiene que la carrera de la abogacía no es igual para una mujer que para un hombre, «no hay más que mirar el número de mujeres que hay socias de despacho o socias directoras y en los consejos de administración. En lo que es la profesión de base sí, en el ejercicio sí, pero en lo que es progreso profesional y asunción de puestos de responsabilidad, donde se toman las decisiones que cambian el mundo, hay pocas».

En el último ranking ‘Best Lawyers’ a nivel nacional figuran 16 despachos que cuentan con 18 socios directos a la cabeza, entre los que solo aparece el nombre de una mujer, el de Coral Yáñez, codirectora de Bird & Bird Internacional en España.

Una tendencia que no solo se da en los despachos, pues el propio ICAM en sus más de 400 años de historia solo ha contado con una decana, la propia Gumpert. «Hay que decirlo porque es una triste realidad. En todos los años de historia, yo he sido la primera mujer, pero el mérito no es tanto mío, sino de quienes me eligieron, que fueron mis compañeros, y apostaron y demostraron que para ellos la igualdad sí existe».

Pese a ello, cree que desde que empezó a ejercer la profesión ha habido avances, «cuando yo entré, en el CGAE éramos seis decanas y ahora estamos en 15 o 16 y tenemos una presidenta. Me gustaría que la abogacía institucional representara la abogacía profesional, porque creo que la profesional va un poquito por detrás de la institucional en este caso«.

«Hay mujeres muy potentes en esos sectores, pero siendo todas muy capaces al final no accedemos porque nos penalizan ciertas cosas que a los hombres no les penalizan», afirma.

Respecto a la conciliación cree que tradicionalmente se ha abordado como si fuera un asunto solo de mujeres. Sin embargo, «creo que eso en las nuevas generaciones ya no se da. Los jóvenes abogados y no abogados, tienen asumido, por lo que yo veo en mis compañeros más jóvenes, que ellos quieren asumir las tareas de cuidados, de dependientes y menores, en la misma medida que las mujeres porque lejos de considerarlo una carga, lo consideran algo que complementa tu vida personal y que es algo bueno. Y eso al final pues casi es lo importante, porque las nuevas generaciones son las que marcan el futuro».

Sonia Gumpert, exdecana del ICAM y socia de Monereo Meyer Abogados.

En este contexto, descarta que la pandemia haya tenido algún tipo de influencia en materia de igualdad, porque, a su juicio, «se trata de un proceso social más complicado. Así como en la tecnología lo ha empujado muchísimo, en este tema que es más de cultura y educación, más profundo y menos coyuntural, yo creo que no ha influido».

Sobre la aplicación del derecho con perspectiva de género, uno de las debates que protagonizaran la Cumbre de Mujeres Juristas, Gumpert afirma que se está haciendo.

«Existe en la judicatura una clara orientación hacia eso. Existen cursos, manuales, códigos de buenas prácticas… en las que eso se hace. Creo que todo esto ha empezado por el tema de familia donde claramente se ha puesto de manifiesto que había que tener una perspectiva de género para entender exactamente el porqué de las cosas y porque son de una manera y no de otra. Al final eso en el ámbito laboral también, creo que ha ido un poco como vasos comunicantes trasladándose de un sitio a otro con acierto».

Sobre el futuro, defiende aspirar a la igualdad real, «que las mujeres y los hombres disfruten de las mismas ventajas y desventajas que da la vida y las oportunidades profesionales, lo bueno y lo malo ha de ser igual para todos. Yo creo que la aspiración es que la mentalidad y la cultura cambie, porque si todos creemos que esto no debe ser así, pues no será así».

Por su parte, la abogada Cristina Almeida apunta que «siempre decimos que no hay mujeres en los cargos, pero es que hay muchas mujeres que igual podían estar ahí y no lo han hecho porque les resulta una carga más«.

«Tenemos mujeres como Sonia Gumpert (exdecana del ICAM), María Eugénia Gay (decana del ICAB) o Victoria Ortega (presidenta del CGAE), son mujeres que están dando una visión distinta de la abogacía».

Ahora, añade, toca analizar «cómo las mujeres nos recuperamos de la pandemia porque hemos vivido muchos retrocesos para muchas mujeres y una carga sentimental tremenda, por eso vamos a hacer esta cumbre para decir: yo también llego. Yo voy a la cumbre para que las mujeres pensemos cómo recuperarnos físicamente, mentalmente, emocionalmente, etc».

Sobre la presencia de la mujer en la profesión, cree que «la falta de conciliación familiar hace que muchas mujeres prefieran tener un horario y organizarse que estar al albur de una profesión libre que requiere mucho esfuerzo y mucho horario».

En este sentido, sostiene que la conciliación «todavía es una irrealidad porque los trabajos de cuidados mientras no estén remunerados siempre los van a hacer las mujeres«.

Cristina Almeida, abogada (en el centro de la imagen). Foto: ICAM.

Así todo ha habido avances, recuerda que cuando empezó en la abogacía eran muy pocas mujeres y «yo no podía ser jueza cuando terminé mi carrera porque lo teníamos prohibido por ley». Ahora, agrega, «las leyes han cambiado, pero la educación todavía tiene un sesgo masculinizado tremendo».

A juicio de Almeida, de cara al futuro las mujeres deben aspirar a todo. «Nos corresponde igual que a ellos, pero sobre todo tenemos que quitar los condicionamientos de nuestro futuro, que es precisamente la desigualdad, de hecho y de derecho. Ahora tenemos leyes pero todavía para aplicarlas hay desigualdad, hay desigualdad salarial, hay desigualdad en la valoración del trabajo, hay muchísimas cosas y no podemos parar porque en el momento que paramos perdemos algo«.

«Ya no tendremos que luchar por la igualdad en las leyes o la igualdad en la aplicación, pero el futuro lo tenemos delante y lo tenemos que hacer mejor, cuanto mejor hagamos el futuro, mejor ayudaremos a todas las mujeres», concluye.

El programa de esta novena edición de la Cumbre de Mujeres Juristas que arranca este jueves se puede consultar aquí:

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