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Cartas desde Londres: El oro de Venezuela ante los tribunales de Inglaterra y Gales (I)

Cartas desde Londres: El oro de Venezuela ante los tribunales de Inglaterra y Gales (I)
Josep Gálvez cuenta, en esta primera entrega, la historia de cómo el régimen venezolano del que es presidente Nicolás Maduro trató de recuperar treinta y una toneladas de oro del Banco Central de Venezuela, depositadas en el Banco de Inglaterra, con un valor estimado de más mil millones de euros. Foto: EP.
04/1/2022 06:48
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Actualizado: 04/1/2022 11:17
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El denominado ‘heist’ es uno de los subgéneros cinematográficos más célebres en el Reino Unido.

Es ese que tiene que ver con atracos sofisticados, elaboradísimos robos de gran valor con inmensas dosis de ingenio aplicadas al crimen de hacerse con lo ajeno.

Ahí están películas clásicas como ‘El gran robo’ (‘Robbery’) de 1967 basada en el famoso atraco al tren postal de Glasgow-Londres.

O una de mis preferidas, ‘Atraco a la inglesa’, (‘The Jokers’) del mismo año, donde unos excéntricos hermanos de la alta sociedad se agenciaban nada menos que las Joyas de la Corona custodiadas celosamente en la Torre de Londres.

En ‘El día que robaron el Banco de Inglaterra’ de 1960 -con un jovencísimo Peter O’Toole– el líder y cerebro de la banda de ladrones decía que «robar ciento sesenta mil libras es un mero asunto para la policía. Pero un millón es una ofensa política«.

Y es que «la vieja dama de la calle Threadneedle», como se le conoce popularmente al banco, sigue teniendo en el imaginario colectivo ese aura de fortaleza inexpugnable por albergar más de cuatrocientos mil lingotes de oro, uno de los mayores depósitos del mundo, superado solamente por la Reserva Federal norteamericana.

Pues bien, treinta y una toneladas de ese oro pertenecen al Banco Central de Venezuela, con un valor estimado de más mil millones de euros (£1.3bn) y su reclamación ha provocado uno de los enfrentamientos legales más interesantes de los últimos años.

Un caso donde se mezclan política internacional, oro y tribunales ingleses.

¿Quién da más?

Sobre estas líneas el imponente edificio del Banco de Inglaterra.

¿QUÉ HACE EL ORO DE VENEZUELA EN EL BANCO DE INGLATERRA?

La primera pregunta es obvia.

Pues la cuenta de depósito fue abierta para servir de garantía en operaciones de préstamos en los mercados internacionales dado que el impago reiterado de la deuda externa venezolana impide al país conseguir la liquidez necesaria en los mercados financieros tradicionales.

Es sabido que, cuando todo falla, entonces solamente el oro nos puede sacar del apuro.

Recordemos que, a pesar de contar las mayores reservas de petróleo mundiales, Venezuela sufre una hiperinflación que supera los 4.000.000 %, generando graves carencias de productos básicos o las migraciones de gran numero de personas a países vecinos o incluso a España.

Así, a pesar de la confidencialidad, se sabe que este oro ha sido utilizado en transacciones con el Deutsche Bank o Citibank, con las que el gobierno de Nicolás Maduro habría conseguido el dinero para seguir adelante.

De ahí que su depósito se efectúe en una institución como es el Banco de Inglaterra, ya que de otra manera las instituciones prestamistas no le hubieran dado ni los buenos días.

En otras palabras, sin oro no hay dinero.

Y sin dinero, no hay gobierno que aguante.

LA RECLAMACIÓN DEL ORO

El problema viene cuando, en 2018, el gobierno de Maduro inicia las conversaciones con el Banco de Inglaterra para la repatriación, según parece por la preocupación que suponen los embargos y sanciones de la administración del presidente Trump.

A eso se añaden las deudas del país contraídas con los acreedores tenedores de bonos, quienes ya iniciaban acciones ante los tribunales solicitando embargos de aquellos activos que el país tiene en el extranjero para cobrar lo que se les debe.

De ahí que en 2018 el ministro de finanzas venezolano y el gobernador del Banco Central de Venezuela se trasladen rapidito y de incognito a Londres para reunirse, entre otros, con el vicegobernador inglés, Dave Ramsden y negociar así los términos de la pronta devolución.

Dave Ramsden, número 2 del Banco de Inglaterra, con el que se reunieron el ministro de finanzas venezolano y el gobernador del Banco Central de Venezuela en 2018 para conseguir la repatriación de sus fondos.

Pero se encuentran que el banco se muestra especialmente preocupado en cómo se van a asegurar los lingotes en su traslado de vuelta ya que, como se imaginarán, asegurar más de mil millones de euros en oro de Reino Unido a Venezuela no es tarea fácil, ni barato.

Además, los responsables del banco inglés insisten en que deben tomarse medidas correspondientes para prevenir el lavado de dinero y necesitan que se aclaren las intenciones del régimen venezolano respecto a la repatriación del oro.

De hecho, tranciende que Venezuela había estado exportando oro a Turquía dados los vínculos de Maduro con el presidente turco, Erdogán, por lo que el traslado de los lingotes a ese país supondría un flagrante incumplimiento de las sanciones de Washington.

Con esto llegamos al año 2019 y más de 50 países, incluido el Reino Unido, reconocen al líder opositor venezolano Juan Guaidó como presidente interino del país, al considerar fraudulentas las elecciones presidenciales de 2018 que había ganado supuestamente Nicolás Maduro.

El resultado es que el banco no suelta ni un gramo hasta que no se aclare a quién debe devolverse el oro de Venezuela.

Y ahora es cuando empieza el Rock ‘N’ Roll.

PRIMERA INSTANCIA ANTE LA ‘HIGH COURT’ DE INGLATERRA Y GALES

Pues efectivamente, el procedimiento se inicia ante la ‘High Court’ inglesa, sección mercantil (‘Queen’s Bench Division, Commercial Court’) para la devolución del oro y además reclamar una indemnización por los daños sufridos.

Pero claro, dado que hay dos supuestos presidentes del país, ambos intervienen en el procedimiento a través de las respectivas Juntas designadas para representar al Banco Central de Venezuela, una por cada facción.

A la fiesta se une además el Deutsche Bank ya que este banco alemán tiene que pagar un total de 120 millones de dólares por un contrato financiero de cambio de oro, cantidad que está depositada ante unos administradores (‘receivers’) nombrados por el tribunal inglés.

Por si no fuera suficiente, el caso toma incluso un cariz dramático ya que la llegada de la pandemia del COVID-19 hace que Maduro solicite que el Banco inglés venda parte de las reservas de oro para utilizar los fondos en la lucha contra la propagación del coronavirus en el país latino.

¿Quién es el auténtico presidente de Venezuela y es, en definitiva, el que puede dar instrucciones al Banco Central de Venezuela para recibir el oro depositado en el Banco de Inglaterra además de los dividendos del producto del Deutsche Bank?

¿A quién le entregaría usted el oro y el dinero?

Pues esto es lo que resolvió el Juez Mr Justice Teare en Deutsche Bank AG London Branch v Receivers Appointed By the Court & Ors [2020] EWHC 1721 (Comm) de 2 de Julio de 2020.

La respuesta a tal cuestión se resolvió sobre dos aspectos previos: la cuestión del reconocimiento (‘the Recognition Issue’) y la cuestión del enjuiciamiento (‘the Justiciability Issue’).

Sir Nigel Teare fue el juez del caso.

LA ‘DOCTRINA DE UNA ÚNICA VOZ’

La cuestión del reconocimiento pasa por entender que, si el Gobierno del Reino Unido ha reconocido a Guaidó como presidente interino de Venezuela, ¿ese reconocimiento es como Jefe de Estado o de Gobierno en virtud de la ‘doctrina de la única voz’?

Esta doctrina es una prerrogativa de la Corona para que, actuando a través del Gobierno de su Majestad, haga declaraciones de reconocimiento, de tal manera que tanto el poder ejecutivo como el judicial deben hablar ‘con una única voz’.

De esta manera, los tribunales deben aceptar como concluyente una declaración inequívoca del Gobierno a quien se reconozca como Estado extranjero o a su gobierno, tal como había sucedido con la declaración del Gobierno del Reino Unido en 2019 reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

LA ‘DOCTRINA DE LOS ACTOS DE ESTADO EXTRANJERO’

La segunda cuestión era si el Tribunal inglés tenía que aceptar los actos ejecutivos y legislativos del gobierno de Guaidó que habían llevado al nombramiento de la Junta del Banco Central Venezolano o, por el contrario, podía impugnarse su validez.

Para ello, el juez Teare consideró como autoridad aplicable al caso la sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido en el caso Belhaj v Straw [2017] UKSC 3, [2017] AC 964, sobre el alcance y limitaciones de la denominada ‘doctrina de los actos de Estado extranjero’.

Según esta doctrina un tribunal inglés no debería pronunciarse sobre la legalidad o validez de la legislación u otras leyes de terceros países.

¿Pero y los actos del ejecutivo?

Esta cuestión es donde precisamente la sentencia del oro de Venezuela es más interesante, dado que el Tribunal Supremo en ‘Belhaj’ no había resuelto este aspecto.

El Juez Teare examinó los comentarios efectuados ‘obiter’ en la sentencia ‘Belhaj’ por Lord Sumption y concluyó que los tribunales ingleses también deben reconocer y no cuestionar los actos del ejecutivo de un Estado extranjero.

Por tanto, tras resolver estas cuestiones preliminares, el Juez Teare entendió que como el Gobierno del Reino Unido había reconocido a Juan Guaidó como Presidente constitucional interino de Venezuela, esto llevaba necesariamente el descarte de Maduro, no cuestionándose la validez de los actos efectuados del ejecutivo interino.

Como se imaginarán, la sentencia fue recurrida de inmediato ante la ‘Court of Appeal’ por los representantes de la administración de Maduro.

Pero eso lo veremos la semana que viene.

Hasta entonces.

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