Sobre estas líneas, José Javier Huetre y María Ángeles Sánchez Conde, los dos favoritos para ocupar el sillón de teniente fiscal del Supremo que dejó vacante Juan Ignacio Campos con su muerte.
Huete, con más «boletos» que Sánchez Conde para ser el nuevo teniente fiscal
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11/1/2022 06:48
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Actualizado: 11/1/2022 01:28
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Es la opinión generalizada en las fuentes pulsadas. José Javier Huete, de 66 años, no forma parte de ninguna de las tres asociaciones (Asociación de Fiscales, Unión Progresista de Fiscales [UPF] y Asociación Profesional Independiente de Fiscales), lo cual es una ventaja evidente.
De salir, tras la votación prevista en la reunión prevista para hoy en el Consejo Fiscal, no se podrá acusar, por lo tanto, a la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, de favoritismo hacia la UPF, de la que formó parte hasta que fue nombrada ministra.
Como ha ocurrido repetidas veces en los últimos meses. Lo que ha combatido de forma denodada Delgado. No podrían emerger críticas de ningún tipo por ahí.
Por esa ausencia de adscripción asociativa podría ser «más votable» para ambas asociaciones llegado el caso.
Un conflicto que sí se podría producir en el caso de María Ángeles Sánchez Conde, de 65 años, afiliada a la UPF, la cual tiene bien marcada su ideología progresista.
Otra ventaja a favor de Huete es su carácter tranquilo y comunicativo.
La fiscal general y él se entienden, a nivel personal. De una forma muy similar a la conexión que Delgado tenía con el desaparecido Juan Ignacio Campos. En esa línea de comunicación del subtexto que implican los gestos.
Como se dice hoy, «hay flow».
Además, hace un año y tres meses, en octubre de 2020, Delgado nombró a Huete fiscal jefe de la Sección de lo Penal.
El candidato tiene 40 años de antigüedad en la carrera a sus espaldas y 14 años de servicio en el Tribunal Supremo. Este es su momento de «tocar el cielo» en su trayectoria profesional.
Desde 2015 hasta 2020 fue el fiscal de Sala Coordinador de Menores de la Fiscalía.
Sánchez Conde, por el contrario, posee un carácter fuerte, explosivo, que recuerda al de la propia Delgado, lo cual podría ser un handicap. Aunque es cierto que puestos de tanta importancia como estos atemperan el carácter.
A su favor tiene, primero, que es mujer. Dos mujeres en los dos principales escalones de mando de la Fiscalía General del Estado transmite un fuerte mensaje de igualdad, de los que le gustan a Delgado. El mensaje de la igualdad vende.
Y segundo, cuenta con toda la confianza de Cándido Conde-Pumpido, el exfiscal general del Estado y magistrado del Tribunal Constitucional, quien fue el padrino de Delgado en su toma de posesión en el Supremo como máxima autoridad de la Fiscalía General del Estado.
También se da la circunstancia de que en el Consejo Fiscal en el que salió elegido Campos, Sánchez Conde era uno de los candidatos. Esta es la segunda vez que se presenta a este puesto.
Sánchez Conde cuenta con 39 años de antigüedad en la carrera fiscal. Comenzó su andadura en Cádiz. En 1984 se trasladó a Barcelona. En 1991 fue nombrada fiscal en León. En 1988 fue nombrada fiscal en Bilbao y en 1990 fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
En 1992 fue nombrada fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En 1997 fue nombrada ¡fiscal ante el Tribunal Constitucional y en el año 2006, teniente fiscal.
En 2009 ascendió a la categoría de fiscal de Sala y fue nombrada fiscal jefe de esta Fiscalía. El 30 de Marzo de 2021 fue nombrada fiscal de Sala adscrita a la Sala de lo Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo, donde se encuentra en la actualidad.
La elección de quien será teniente fiscal le corresponde al Consejo Fiscal, formado por cinco miembros de la Asociación de Fiscales, cuatro de la Unión Progresista de Fiscales, la fiscal inspector jefe y la propia fiscal general del Estado.
Según las fuentes consultadas, las posibilidades de los tres candidatos restantes –Consuelo Madrigal, exfiscal general del Estado, Javier Zaragoza (ambos dos fiscales de Sala del Supremo) y José Ramón Noreña, fiscal jefe de la Fiscalía Antidroga– son menores.
Madrigal recientemente se afilió a la Asociación de Fiscales y de todos es conocido su carácter independiente. Lo mismo que Javier Zaragoza, miembro también de la UPF, pero no de la misma frecuencia de onda de la fiscal general del Estado, de la que fue jefe en la Audiencia Nacional.
La candidatura de Zaragoza es cierto que plantea una incógnita. ¿Se romperá la unidad de voto de los 4 vocales de la UPF por tener que elegir entre Sánchez Conde y Zaragoza, ambos compañeros en la misma asociación?
Falta por ver cómo se pronunciarán, por otra parte, los cinco vocales de la Asociación de Fiscales.
Podrían votar en bloque a su candidata Madrigal, renunciando a ningún tipo de acuerdo, lo que obligaría a la UPF a cerrar filas sobre uno de los dos de los suyos, junto con la fiscal inspector jefe.
El resultado, sin embargo, no será concluyente. Pero será curioso.
Porque la última palabra de proponer al Gobierno el nombramiento de su número 2 la tiene Delgado.
Sobre Noreña nadie apuesta.
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