Es una cuestión que le ocupa pero que no le quita el sueño, manifestó.
González-Trevijano confía en el consenso para renovar pronto el CGPJ y en lo que pueda afectar al Constitucional
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21/1/2022 06:50
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Actualizado: 21/1/2022 00:50
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El presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, mostró ayer su confianza en el esfuerzo de las fuerzas políticas para alcanzar un acuerdo de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva caducado tres años y un mes.
El CGPJ fue privado por el Parlamento, en una reforma operada en la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) en marzo de 2021, de realizar ningún nombramiento mientras se encuentre en esta situación.
La renovación del órgano de gobierno de los jueces afecta directamente a la del propio Tribunal Constitucional ya que al CGPJ le corresponde, el próximo mes de junio, elegir a dos nuevos magistrados del máximo tribunal de garantías, algo que, a día de hoy, es imposible.
En la actual situación, solo podrían podrían renovarse los dos que le competen al Gobierno.
González-Trevijano se mostró moderadamente optimista cuando fue preguntado por esta circunstancia, en el turno de preguntas, tras pronunciar, ayer por la tarde-noche, una conferencia titulada «La reforma de la Constitución» en el Instituto de Emprendimiento Avanzado.
«Es una cuestión que me ocupa pero tampoco me quita el sueño. Yo creo que las instituciones se respetan cuando se hace el esfuerzo en renovarlas y se renuevan en tiempo y forma», afirmó.
«Como no soy un pesimista antropológico, creo que las cosas son susceptibles de arreglarse y creo en el consenso, en el compromiso, y en el esfuerzo que van a hacer las fuerzas políticas para llegar a un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial pronto. Y en lo que pueda afectar a la inmediata renovación del Tribunal Constitucional», añadió a continuación.
VOX interpuso ante el Constitucional un recurso contra esta reforma auspiciada por el Gobierno y sobre la que tendrá que pronunciarse.
Durante su disertación, el también catedrático de Derecho Constitucional explicó a los asistentes que la Constitución de 1978 «es una Constitución con mayúsculas porque nos introdujo en la modernidad constitucional».
Entre el público se encotraban la exvicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y los magistrados del Tribunal Supremo, Julián Sánchez Melgar (exfiscal general del Estado) y Antonio del Moral.
Una Constitución que «no es original» porque tomó elementos de las constituciones de nuestro entorno, como la alemana, la francesa, la italiana y la portuguesa, con un fuerte contenido de «iusnaturalismo renovado».
González Trevijano llamó la atención sobre el hecho de que una cuarta parte de los 169 artículos que la conforman corresponden a los derechos y libertades de todos los españoles y destacó que esta Carta Magna es la única, junto con la primera, la de la Constitución de Cádiz, que se hizo desde el consenso. De ahí su gran valor.
Y citó las palabras de Virgilio Zapatero, diputado por el PSOE desde 1977 y 1994, ministro de Relaciones con las Cortes entre 1986 y 1993 y catedrático de Filosofía del Derecho, Moral y Política: «El lenguaje de la Constitución es el lenguaje del consenso».
«Prueba de ello es que la Constitución de 1978 contiene aportaciones de las tres principales corrientes de pensamiento político: la liberal-conservadora, la cristiano-demócrata y la socialdemócrata», subrayó.
Sobre una posible reforma de la Carta Magna, el presidente del Tribunal Constitucional citó al tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, quien dijo que «las generaciones modernas «tienen derecho a organizar su vida jurídico-política de acuerdo con las exigencias de los nuevos tiempos».
Una idea que dijo compartir.
Pero se aventuró a opinar cuáles deberían ser esas reformas.
«Como ustedes entenderán, no tengo nada que decir de la reforma de la Constitución. Eso compete a los operadores jurídicos», añadió.
Pero si se toma esa decisión deben estar claras tres cosas, subrayó: «primero, ¿qué se reforma?; segundo, ¿por qué se reforma?. Y, tercero, ¿de acuerdo con qué criterios se reforma?».
En su intervención sí se refirió, sin embargo, a un desacierto expreso que se hizo en la creación del Tribunal Constitucional.
«Y se lo hice saber en su momento a Gregorio Peces Barba y a José Pedro Pérez-Llorca, ambos padres de la Constitución, ya fallecidos. ¿Por qué 12 y no 13 el número de magistrados del Tribuna Constitucional? Fue una decisión equivocada porque la composición paritaria, desde entonces, pone al presidente en una situación incómoda al tener que utilizar el voto de calidad», reveló.
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