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Abogacía por cuenta propia: claves para montar un despacho (y II)

Abogacía por cuenta propia: claves para montar un despacho (y II)
Alberto Cabello es abogado, presidente de la Asociación de Jóvenes Abogados de Madrid, coordinador y coautor de la obra "Guía práctica para estudiantes de derecho: salidas y oportunidades profesionales", de donde procede esta segunda parte de la columna. Foto: Confilegal.
07/9/2022 06:47
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Actualizado: 07/9/2022 09:59
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Los contras de emprender y comenzar una trayectoria por cuenta propia son evidentes, especialmente los primeros años. Los ingresos son irregulares, incluso hay meses que los gastos superan a los ingresos.

Las cuotas de RETA o Mutualidades, la cuota del Colegio de Abogados, y otros gastos fijos que tengamos, como alquiler de despacho, siguen pasando por nuestra cuenta corriente independientemente de la facturación.

Es temido para los abogados, por ejemplo, el mes de agosto, ya que prácticamente todos tenemos que coger vacaciones forzosas, y no precisamente pagadas, como ocurre en un contrato por cuenta ajena.

Hay que ser previsor durante el resto del año y tener en cuenta estas circunstancias, para que no “nos pille el toro” y tener recursos económicos durante las épocas en las que menos ingresos se perciben.

Cuando trabajas por cuenta propia, además de dedicar horas y horas al trabajo, te conviertes en “hombre o mujer orquesta”; el trabajo no termina a las 7 u 8 de la tarde, cuando suelen acabar las jornadas laborales.

Te conviertes en el gestor de tus redes sociales, de tus cuestiones fiscales y contables, y además debes dedicar gran parte de tu tiempo libre para acudir a «networkings», donde surgen la mayor parte de las oportunidades laborales.

MINIMIZA GASTOS

Mi consejo es aplicar la prudencia en los inicios; no quieras empezar la casa por el tejado. Minimiza gastos, para no llevarte sorpresas a final de mes. Y cuando veas que comienzas a contar con unos ingresos regulares y constantes, aunque sean mínimos, entonces comienza a aumentar el gasto.

Sólo así conseguirás no desmoralizarte, porque te aseguro que no resulta nada alentador ver cómo tus ahorros van decreciendo, prácticamente a la vez que tus ingresos.

Por ejemplo, comienza tu actividad en un «coworking», que en los últimos años han proliferado y se han convertido en una forma de negocio muy atractiva.

Esto te permitirá acceder a unos servicios que probablemente no podrías tener en tus inicios, y permite crear sinergias con otros profesionales que te tendrán como referencia.

De todos modos, debes contar con que los tres primeros años de profesión son duros a nivel económico, pero verás cómo, transcurrido ese periodo, comienzan a surgir oportunidades y sinergias que hacen crecer tu proyecto.

Y a veces, el trabajo del autónomo se percibe un tanto solitario, y se echa de menos un equipo con el que comentar una estrategia procesal, un presupuesto, o simplemente tomar un descanso para tomar un café y charlar.

LAS RELACIONES, FUNDAMENTALES

Pero esto tiene fácil solución, pues las sinergias que se van creando en la profesión nos permiten levantar el teléfono y tener al otro lado un compañero experto en una materia específica y dispuesto a resolver dudas sobre nuestro asunto.

Para ello, como decíamos, es fundamental entablar relaciones y cuidarlas.

El trabajador autónomo debe procurarse todas las herramientas necesarias para el trabajo por sí mismo, y esto también supone un desembolso inicial considerable, con el que debemos contar. Hay que comprar equipo informático, material de papelería, probablemente algo de mobiliario…

De repente, te das cuenta de que tienes que comprar un antivirus, por ejemplo. Algo de lo que el trabajador por cuenta ajena no tiene qué preocuparse.

Hemos comenzado quizás un poco negativos hablando de los contras de montar nuestro propio negocio, pero las ventajas los superan sin duda. Cuando trabajas por cuenta propia eres el dueño de tu tiempo, tú organizas tu jornada según tus necesidades, lo cual incluso te permite compaginar mucho mejor vida personal y laboral. Esto no significa que trabajes menos, muy al contrario.

Eso sí, debes tener una alta capacidad de organización, para aprovechar al máximo cada minuto de tu jornada laboral. Para mí, ser dueño de tu propio tiempo y poder organizar los días según necesidades, no tiene precio.

Sí, hay jornadas maratonianas de 18 o 20 horas de trabajo, pero se puede compensar cogiendo un viernes libre. Y a nivel económico, cuando alcanzas cierto nivel, cuanto más trabajas, más ganas.

Y cuando tienes un buen mes, supone una inyección económica muy, muy motivadora. Pero no olvides ser previsor y prorratear para los meses más complicados.
Por otro lado, y aunque cada vez se está implantando más el teletrabajo en las empresas, no cabe duda de que este término lo inventó un autónomo.

Cuando no tenemos reuniones concertadas o juicios, no existe ningún problema en hacer nuestro trabajo desde casa; solamente necesitamos conexión wifi, un ordenador y un teléfono móvil.

Esto supone un importante ahorro de tiempo en desplazamientos, aprovechando todavía más nuestra jornada laboral.

El trabajo de un autónomo es arduo, requiere un constante reciclaje y una capacidad de sacrificio brutal, por lo que debes poner en una balanza qué te compensa más, y autoanalizarte, con total sinceridad, para ver si eres capaz de iniciar tu propia aventura profesional o eres carne de asalariado.

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE TRABAJAR POR CUENTA AJENA

Los trabajadores por cuenta ajena son aquellos que prestan sus servicios a otra empresa o persona, y a cambio de su trabajo reciben una retribución económica.

Partimos de dos ventajas claras cuando hablamos de trabajo por cuenta ajena que saltan a la vista: estabilidad y seguridad económica.

Un trabajador por cuenta ajena tiene mensualmente un salario en su cuenta corriente, independientemente de los ingresos que la empresa haya tenido. ¡Incluso pagas extras!, palabras desconocidas para el trabajador autónomo.

Pero, ¿esa estabilidad es real? Cuando dependemos de otro, la estabilidad nunca es plena. En cualquier momento pueden despedirme por diversas causas, incluso teniendo un contrato indefinido.

Por tanto, la estabilidad plena no existe en ningún tipo de empleo, sea en la modalidad que sea.

Además, esta ventaja es un arma de doble filo que puede resultar también un inconveniente, puesto que supone una limitación a nivel económico hagas lo que hagas. Resulta muy complicado aumentar el salario a corto plazo, hecho que no ocurre cuando trabajas por cuenta propia.

Puede que tengas una retribución de fijo más variable, el cual depende de tu trabajo, lo cual considero que resulta mucho más motivador para el trabajador.

Las ventajas sociales, como percibir paro e indemnización en caso de despido, bajas por enfermedad, paternidad o maternidad, incluso tener días propios, son un gran atractivo del trabajo por cuenta ajena.

También es importante no tener qué preocuparse de no procurarnos material de trabajo, ya que otros se encargan por nosotros. La disponibilidad de tu tiempo de la que hemos hablado es inexistente cuando son otros los que mandan; tenemos que pedir permisos para asistir al médico, para un viaje…

Y esto, sin duda, resulta un engorro. Y además, normalmente se nos exige trabajar de manera presencial prácticamente todos los días, por lo que podemos olvidarnos del teletrabajo, salvo que estemos en una empresa preocupada por las políticas conciliadoras y que apuesta por esta modalidad laboral.

Casi todo el mundo ha trabajado en alguna ocasión para otra persona o empresa, por lo que, teniendo esa experiencia, debemos sopesar los pros y contras de cada modalidad de trabajo, y también plantearnos si estamos preparados a todos los niveles para emprender y ser nuestro propio jefe.

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Nota: Esta columna forma parte del libro «Guía práctica para estudiante de Derecho: salidas y oportunidades profesionales», publicada por la Asociación de Jóvenes Abogados de Madrid de la que es presidente Alberto Cabello, quien ha coordinado esta obra también, de la que es coautor. Confilegal publicará a lo largo de varias entregas varios de estos capítulos en forma de columna por su gran valor y su interés para los jóvenes abogados.

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