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Algunas reflexiones sobre el reciente proceso electoral en el Colegio de la Abogacía de Madrid

Algunas reflexiones sobre el reciente proceso electoral en el Colegio de la Abogacía de Madrid
Isidro Moreno, que es miembro del Consejo Asesor de la Asociación de Letrados y Letradas por un Turno de Oficio Digno (ALTODO), de la que fue presidente, analiza en esta columna los resultados electorales del pasado 20 de diciembre.
10/1/2023 06:47
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Actualizado: 10/1/2023 12:57
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El 20 de diciembre se celebraron elecciones a Junta de Gobierno en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid, habiendo resultado vencedora de las mismas, por tercera vez consecutiva, la candidatura apoyada por la Asociación de Letrados y Letradas por un Turno de Oficio Digno (ALTODO), con la histórica particularidad de que, en esta ocasión, quien encabezaba dicha candidatura, y quien el próximo día 12 de enero va a ser proclamado decano, Eugenio Ribón, es un histórico miembro de la asociación, de la que llegó a ser vicepresidente.

También en Alcalá gobierna hoy la candidatura apoyada por ALTODO, encabezada por el actual decano, Ángel Llamas Luengo, y uno de cuyos diputados, Gustavo García Tabarés, es miembro de nuestra asociación.

La candidatura encabezada por el abogado penalista Juango Ospina, expresidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados del ICAM, y con fuerte ascendencia por tanto sobre este sector, no ha logrado acumular tantas sinergias en torno a su figura, en parte, probablemente, por su juventud, algo atípico en un colegio de las características del de Madrid.

Miguel Durán, tal vez por lo reciente de su aparición y su total ausencia durante años pasados en la vida colegial, tampoco ha despertado suficientes apoyos, aunque más de los esperados.

La Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA), que esta vez no concurría en solitario, sino en coalición con alguna otra asociación, ha alcanzado una vez mas un digno respaldo, como premio precisamente a todo lo contrario: a su constante presencia y concienzudo trabajo de oposición y control, no solo en las Asambleas o juntas generales, sino en la vida colegial diaria y “entre juntas”, pero su fuerte barniz político de indisimulada tendencia, y su incapacidad para representar a otros sectores de la abogacía, elimina toda posibilidad de triunfo electoral, colocando a esta asociación en un papel de permanente oposición, que por otra parte es lo que probablemente desea.

La mayoría de los colegiados, por el contrario, desean opciones electorales más asépticas y alejadas de todo sectarismo político.

La candidatura de Raúl Ochoa ha cometido grandes errores durante la campaña electoral, principalmente su poco ortodoxo sistema de captación del voto por correo, y su negativa a participar en ningún debate, ausentándose poco después de su inicio del único en el que aceptó participar, bajo una excusa poco creíble; pero sobre todo ha medido mal sus apoyos, provenientes especialmente del alumnado (fue profesor y director de algunos cursos del ICAM y diputado encargado de formación en la Junta de José María Alonso) y de sus contactos en cierto Instituto de enseñanzas jurídicas de especial renombre y prestigio, siendo insuficientes dichos apoyos cuando se aspira a gobernar el Colegio de la Abogacía de Madrid.

Beatriz Saura, otras de las candidatas, ha cometido el mismo error de partida: su presidencia de una de las secciones del ICAM no era suficiente para generar todas las sinergias necesarias para alcanzar el decanato. Finalmente, la candidatura de Begoña Trigo ha vuelto a ser una candidatura muy marginal, pese a que ha tratado de competir con ALTODO en la captación del voto del abogado de oficio (como todas las demás, con mayor o menor énfasis).

Eugenio Ribón ha ganado las elecciones porque es el candidato que ha sabido aunar más sinergias: por un lado, el sector de la abogacía de oficio, con el fuerte apoyo recibido por ALTODO, la asociación más veterana y representativa en la materia y su contrastada capacidad de movilizar no solo a sus asociados, sino a los muchos simpatizantes que con sus actos y su perseverancia ha ido sembrando en sus 17 años de existencia.

Pero es que, además, Eugenio Ribón ha sabido ganarse un acreditado prestigio con sus múltiples publicaciones, cursos, enseñanzas, dirección letrada en casos muy relevantes y práctica forense en el sector del Derecho de Consumo, su principal especialidad, a la que lleva dedicando muchos años, ostentando actualmente la presidencia de la Asociación Española de Derecho del Consumo (AEDC), de la que es socio fundador.

LA CLAVE DE RIBÓN

Ha sabido también ganarse el respeto y apoyo de grandes despachos, del decano saliente y su extenso ámbito de influencia, de otros colegios de la abogacía… y también de la abogacía de a pie, de los compañeros que usan a diario la toga, y que han podido verle en pasillos, calabozos y salas de audiencia, de tantos compañeros que han recibido su pronta respuesta ante cualquier duda, y que han percibido de forma directa su compañerismo y generosidad.

Eugenio Ribón, tal vez a diferencia de otros candidatos, no es alguien que ha llegado “de repente”, no es un mero producto de marketing electoral, no es un espejismo o un “bluff”. Es alguien que ya estaba ahí, y que lleva estando ahí desde hace mucho tiempo.

Es brillante, inteligente, generoso y buena persona, y lo sé de buena tinta porque he compartido con él muchos momentos, y he formado parte, como vocal de medios de comunicación, de la Junta Directiva de ALTODO que él vicepresidió en 2012. Y, además, ha sabido rodearse de unos extraordinarios candidatos, y ha hecho una buena campaña electoral, en positivo, dirigida por un excelente y profesional equipo.

ALTODO, por su parte, ha sabido defenderse en positivo, recordando hechos y acreditando solvencia y experiencia de gestión frente a un aluvión de interesadas e injustas críticas, que en ocasiones han alcanzado el nivel de la calumnia, promovidas por otras opciones electorales de forma muy poco constructiva y en clave claramente electoral. ALTODO ha apostado muy fuerte, aportando a la canditatura ganadora, además del candidato a decano, a su actual presidente, Juanma Mayllo Martínez, como máxima representación de la asociación, que pasará a ser el próximo diputado 9ª del ICAM, y a Lola Fernández Campillo, otra histórica socia, que pasa de ser diputada en la actual Junta, a ser la próxima tesorera del ICAM.

Pero centrándonos en el proceso de dignificación del Turno de Oficio, que es lo que a mí, como presidente que fuí de la asociación, y como miembro ahora de su Consejo Asesor, me compete, estoy convencido de que la candidatura que finalmente ha resultado vencedora era la mejor opción, porque a la experiencia de gestión que nos ha dado el participar con diputados electos en las dos últimas Juntas de Gobierno, se suma nuestra historia, nuestro indomable espíritu de lucha, y la peculiaridad de que detrás de nuestros diputados habrá una Asociación sólida y prestigiosa, dispuesta a empujarles, a ayudarles…y a tirarles de las orejas cuando toque, recordándoles que no deben ni pueden olvidarse de los compromisos adquiridos.

En junio de 2005, hace ya 17 años, los abogados Santiago Luengo Martín, Claudia Fernández-Golfín Méndez, Luis Mateos Sáez y José Ángel de Diego Aguado fundaron la Asociación de Letrados y Letradas por un Turno de Oficio Digno, con la finalidad de dignificar el Turno de Oficio, tanto desde el punto de vista de los usuarios que reciben el servicio, como desde el punto de vista de los profesionales que lo prestan. Desde entonces, se han realizado centenares de acciones de toda índole, que en mi opinión han contribuido a “hacer camino” en busca de ese propósito, y a despertar muchas conciencias dormidas.

Nacimos con la convicción de que había que sustituir la tradicional y poco práctica “queja de pasillo”, por instrumentos de lucha concretos y operativos, y bajo ese prisma, con solo dos años de vida decidimos presentarnos en solitario a las elecciones a Junta de Gobierno ICAM del año 2007, con una canditatura encabezada por nuestro fundador, Santiago Luengo, y en la que tuve el honor de participar como candidato a Diputado 3º.

En esa candidatura iba también Manuel Valero Yáñez, que luego fue presidente de la asociación, vicedecano y tesorero del ICAM.

En aquellas primeras elecciones, y no obstante nuestra lozanía, obtuvimos un nada despreciable resultado, quedando en un honroso cuarto puesto entre las 10 candidaturas que se presentaban, resultando ganadora la encabezada por Antonio Hernández Gil, ilustre civilista al que, sin embargo, le sobró un poco de guante blanco y le faltó un poco de “mala leche” en la defensa de nuestras más que justas reivindicaciones.

Tras aquella primera convocatoria electoral, llegamos al convencimiento de que en solitario, y en Madrid, era prácticamente imposible ganar unas elecciones; y así llegaron las de diciembre de 2012, y decidimos concurrir en coalición con la candidatura encabezada por Sonia Gumpert Melgosa; en dicha candidatura iba como candidato a vicedecano, el entonces presidente de la Asociación, Manuel Valero Yáñez, y como diputados que se encargarían del área del turno de oficio, nuestro fundador, Santiago Luengo Martín, y nuestra entonces socia y tesorera, Begoña Castro Jover.

¡Y ganamos! Siendo derrotada la candidatura encabezada por Hernández Gil, pese a que era la que respaldaban los grandes despachos, incluidos los llamados “Big Four”.

Fue aquella época en la que ALTODO había logrado movilizar al colectivo del turno de oficio, literalmente pisoteado por los poderes públicos, que no solo no incrementaban los ya miserables baremos, congelados desde hacía más de una década, sino que aplicaron un drástico recorte del 20%, y a mayor abundamiento, demoraban hasta en año y medio los pagos, y se emitían declaraciones tales como las de aquel Consejero de Justicia de ingrata memoria para el colectivo, que llegó a afirmar públicamente que los abogados de oficio éramos unos “chorizos”… y que terminó encarcelado en el mismo Centro Penitenciario que él inauguró, acusado de varios delitos relacionados, precisamente, con apropiarse de lo ajeno.

Fue también la época en la que la CAM eliminó de un plumazo la subvención nominativa directa a los SOJ. Así las cosas, entre septiembre y diciembre de 2012, ALTODO convocó una rueda de prensa en pleno hall del Colegio de Abogados, para anunciar un histórico encierro “en nuestra casa”, una intensa campaña de prensa, y un movimiento de renuncia colectiva a realizar guardias, que llegó a lograr en torno a 1.500 renuncias en un solo día, poniendo en serios apuros la prestación del servicio de asistencia letrada al detenido, toda vez que se trataba, diríamos, de una “huelga legal”, puesto que los letrados estaban en su perfecto derecho de renunciar a realizar sus guardias. Todo aquello no pasó inadvertido a la candidata Sonia Gumpert, quien se puso en contacto con la Asociación para ofrecernos un pacto electoral y de gobierno, que aceptamos.

Los tres primeros años de la era Gumpert fueron muy productivos para el turno de oficio y nuestras históricas reivindicaciones, llegándose a organizar, ahora ya desde la propia institución colegial, una suspensión parcial del servicio, no emitiéndose durante varios meses designaciones de letrados, salvo para casos urgentes.

En aquella época vimos como la histórica fachada del edificio de Serrano 9 se cubría de togas, fruto de una de las muchas campañas de prensa que, bajo el impulso de ALTODO, se hicieron desde dentro de la Institución a fin de visibilizar el problema del secular maltrato institucional a los abogados de oficio.

En los dos últimos años de la era Gumpert, se produjo un desinflamiento en el interés para seguir obteniendo mejoras a favor del turno de oficio, y fueron surgiendo las primeras fricciones con ALTODO, que desembocaron en un divorcio “consensual” entre la asociación y la candidatura “continuista” que auspiciaba la entonces decana, de tal forma que, en las siguiente elecciones, ALTODO, bajo la presidencia de quien suscribe, decidió abandonar un barco que ya hacía aguas, y sumarse a un nuevo proyecto, encabezado por un prestigioso abogado civilista, que entonces era Director General de Baker & Mckenzie, y anteriormente director general del área contenciosa de Garrigues: José María Alonso Puig.

¡Y volvimos a ganar! Ascendiendo al Vicedecanato Begoña Castro Jover, socia de ALTODO, y diputada en la era Gumpert, y pasando a formar parte de la Junta de Gobierno, como diputados, dos históricos miembros de la Asociación: Lola Fernández Campillo y Eugenio Ribón, que llegó a ser vicepresidente de la asociación en aquel combativo año 2012, cuando la presidía Manuel Valero Yáñez.

Durante estos años de presencia en las Juntas de Gobierno, hemos contribuido a lograr algunas mejoras, para el turno de oficio; así, “ad intra”, se abarataron los cursos de formación, alcanzándose la gratuidad total en algunos de ellos (jornadas de formación continua del turno de oficio); se restauró la posibilidad de que los letrados puedan estar hasta en tres materias; se eliminaron las cesiones de guardias, con todas las corruptelas que aquel sistema conllevaba; se crearon las guardias de suplencia, para dotar de más transparencia y publicidad el reparto de las guardias, eliminando en lo posible las más opacas guardias extraordinarias, y publicándose en la web el número de asistencias realizadas por cada letrado en cada guardia; se instauró la posibilidad de permutar ilimitadamente las guardias de titular; se mejoró la herramienta informática para justificación de asuntos, etc…

Y “hacia fuera”, tras constantes negociaciones con la Comunidad de Madrid (CAM), no exentas de algunas inevitables acciones de presión y protesta, se recuperó el 20% recortado en 2012 a nuestros baremos retributivos, incrementándose cerca de 30 baremos por encima de ese 20%, alguno de ellos, como los informes de insostenibilidad, multiplicando por cinco su cuantía; se baremaron de forma independiente algunas actuaciones que antes no se retribuían de forma separada, como las comparecencias para decidir sobre órdenes de protección en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, o los recursos de apelación en fase de ejecución o ejecutoria; se alcanzó el pago mensual de nuestras indemnizaciones en los asuntos dependientes de la CAM (llegó a haber más de año y medio de demora).

Se logró que cada investigado tuviera su propio letrado designado (antes un mismo letrado asistía a todos los investigados en una misma causa, y al mismo precio); se creó Espacio Abogacía, lugar representativo dotado de despachos, salas de reuniones, servicio de recepción de clientes, sistema homologado de reunión telemática con presos, y todas las comodidades y medios técnicos, lo que ha permitido abaratar extraordinariamente los costes de actividad de los letrados, con precio más reducido aún si eres abogado de oficio o abogado joven; se restauraron los Servicios de Orientación Jurídica Gratuita (SOJ) que los Colegios están obligados a prestar, y puerta de entrada de los ciudadanos hacia el sistema de justicia gratuita), que llegaron a ser suprimidos en diciembre de 2012, y se incrementó progresiva y significativamente la subvención de la CAM, lo que permitió ir mejorando, hasta duplicarlas, las retribuciones de los letrados que prestan ese trascendental servicio.

Se hicieron intensivas campañas de publicidad y marketing para poner en valor la transcendencia de la función social que desempeña la abogacía de oficio, fruto de todo lo cual, hoy ya nadie discute la necesidad de avanzar hacia la consecución de un Turno de Oficio Digno, expresión que forma parte de nuestra originaria denominación, y que hoy en día ya no es un grito de auxilio solitario, como en aquellos difíciles primeros tiempos, sino que ha sido asumida y asimilada por otras asociaciones y por la totalidad de los partidos políticos. Nuestro mensaje va calando poco a poco como la lluvia fina, va despertando conciencias dormidas, y convenciendo de forma serena y calma, avanzando hacia lo obvio.

Queda mucho por hacer, y todo lo que queda por hacer es justo y necesario para que los ciudadanos reciban un servicio cada vez de mayor calidad y acorde con el constitucional y trascendental derecho a la tutela judicial efectiva en condiciones de igualdad con quienes tienen medios.

En ocasiones, los sueños “se hacen piedra” y lo que imaginamos se materializa. Esta es una de esas ocasiones: por primera vez en la historia, un Decano del Turno de Oficio, miembro de ALTODO, dirige el más importante Colegio de la Abogacía de Europa. Esperemos que este sueño ya materializado, sirva para que otros sueños se hagan realidad, en beneficio de toda la ciudadanía y de todos los colegiados a los que a servir hemos venido.

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