Conflicto entre la verificación de edad de menores en el internet y la protección de sus datos
El servicio de investigación europeo parlamentario (EPRS por sus siglas en inglés) ha observado en un informe que los controles parentales y los requisitos de autodeclaración han demostrado su práctica inutilidad para impedir que los menores de edad entren en páginas con contenido inapropiado.

Conflicto entre la verificación de edad de menores en el internet y la protección de sus datos

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21/2/2023 11:59
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Actualizado: 21/2/2023 11:59
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En un momento en el que la Unión Europea (UE) ha señalado la ciberseguridad como una prioridad en los programas comunitarios, la protección de los usuarios menores de edad de internet ha cobrado cada vez más importancia desde la implantación en el 2018 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), un tercio de los niños de entre 3 y 17 años a nivel mundial tiene acceso a internet, más de mil millones. Es una proporción que se agiganta en Europa, donde roza y en varios países supera los dos tercios. En España, el Instituto Nacional de Estadística calcula que siete de cada diez niños de entre 10 y 15 años tienen un teléfono móvil con acceso a internet, así como a la web y a aplicaciones como las redes sociales.

En este escenario, los países miembros de la Unión Europea se encuentran en la disyuntiva de proteger a los menores de edad de contenidos inapropiados a los que pueden acceder en línea y hacer cumplir el principio de minimización de datos que impone el artículo 5 del RGPD para que estos sean «adecuados, pertinentes y limitados a lo necesario en relación con los fines para los que son tratados». Así, las entidades y organizaciones no recabarán más datos personales de los que sean necesarios durante un tiempo indefinido o demasiado largo.

Cómo evitar que los niños accedan a contenidos inapropiados

Hasta ahora no se ha alcanzado un consenso a nivel comunitario al definir los materiales que pueden ser perjudiciales para los menores, el límite inferior de edad para acceder a ellos y las herramientas válidas para comprobar si lo cumplen, de acuerdo a la investigación del proyecto euConsent. señala la Directiva de servicios de comunicación audiovisual como la segunda herramienta prevalente en la UE, junto al RGPD.

El servicio de investigación europeo parlamentario (EPRS por sus siglas en inglés) ha observado en un informe que los controles parentales y los requisitos de autodeclaración, por los cuales los usuarios especifican libremente su fecha de nacimiento o al menos el consentimiento de los padres, han demostrado su práctica inutilidad en el momento de impedir que los más jóvenes entren en páginas con contenidos no ajustados a su edad, como contenido audiovisual con escenas explícitas de violencia o actos sexuales o páginas de apuestas.

De hecho, indican que este fracaso fue el motivo por el que la Autoridad de Protección de Datos irlandesa condenó a Meta, compañía dueña de la red social Instagram, a pagar una multa récord de 405 millones de euros en septiembre del 2022, incluso después de que implementaran medidas de análisis facial y de testimonio de terceros con este objetivo.

Otras redes sociales que han procurado limitar ciertos contenidos a menores de edad son Youtube y Facebook Messenger, con versiones especiales con controles parentales, y Twitter, que puede requerir documentación para validar el consentimiento parental. TikTok no tiene medios de verificación de edad, pero se reserva el derecho de vetar cuentas si comprueba que no cumplen el límite mínimo. Por otro lado, varias páginas de comercio ‘online’ aplican varios de estos medios si venden productos para adultos, como alcohol o juguetes sexuales.

A día de hoy existen numerosos métodos por los cuales una plataforma web puede verificar la edad de sus usuarios, aunque ninguno se ha alzado por su rigor o por ajustarse perfectamente al principio de minimización de datos.

Estos incluyen la introducción de la tarjeta de crédito o de datos biométricos con inteligencia artificial, así como el análisis del historial de navegación, ninguno de los cuales garantizan que sean los datos del menor de edad los que se aplican ni aseguran su buen tratamiento, antes bien exponiéndolo al abuso de los mismos.

También hay herramientas para que se compruebe la edad de los usuarios por terceros, como con certificados digitales gestionados por autoridades estatales, como las de los países escandinavos y Bélgica, además de la verificación ‘offline’ a través de chequeos in situ de documentos antes de permitir la entrada en las susodichas páginas.

Por otro lado la agencia francesa denominada la Comisión Nacional de la Informática y las Libertades (CNIL) ha puesto en relieve la sensibilidad de los datos necesarios para la eficacia de estos métodos. Visto esto, recomiendan el uso de entidades terceras en los que se confíe que puedan verificar la identidad y edad de los usuarios sin tener datos sobre las páginas que visita.

Sin embargo, también indican la facilidad de usar herramientas como los VPN (red virtual privada) para simular que se navega desde un país que no tiene tales restricciones. Es una situación donde todas las soluciones son, en palabras de un comunicado de la CNIL, inevitablemente imperfectas.

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