El tercer despacho inglés contratado por don Juan Carlos pide que se desestimen los 146 millones € que reclama Corinna
El Rey Emérito y Corinna Larsen fueron amantes. Don Juan Carlos le regaló 64 millones de euros en su momento. Ahora ella reclaman más del doble de esa cantidad ante los tribunales ingleses por un supuesto acoso.

El tercer despacho inglés contratado por don Juan Carlos pide que se desestimen los 146 millones € que reclama Corinna

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18/7/2023 22:06
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Actualizado: 18/7/2023 22:23
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Los abogados de la firma londinense, Velitor Law, que representan al Rey Emérito, Juan Carlos I, han solicitado a la Justicia británica que desestime la demanda por presunto acoso presentada por su examante, Corinna Larsen, quien le reclama 126 millones de libras (unos 146 millones de euros) en concepto de daños y perjuicios.

Así consta en un escrito elaborado por este bufete –que ha venido a sustituir al despacho Carter-Ruck, que a su vez reemplazó a Clifford Chance, una de las firmas del llamado «Círculo Mágico», como se describe informalmente a los cinco bufetes multinacionales con sede en Londres más prestigiosos– con los argumentos principales de la vista que ha arrancado este lunes en la «High Court» (Tribunal Superior) ante la juez Rowena Collins Rice y que se prolongará hasta el viernes.

El escrito, al que ha tenido acceso Europapress, evela que, por las presuntas conductas de acoso que don Juan Carlos o sus «agentes» habrían llevado a cabo contra Larsen reclama una suma de 126 millones de libras, cantidad que hasta ahora no había trascendido.

La cantidad más que dobla los 64 millones de euros que el Rey Emérito le regaló en su momento.

Uno de los principales argumentos de la defensa es que considera que los tribunales de Reino Unido no son los competentes para conocer de esta demanda.

Se basa en el artículo 4 de la regulación de la UE sobre jurisdicción, el cual establece que las personas domiciliadas en un Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, deben ser demandadas ante los tribunales de ese país.

Los abogados exponen en su escrito que dicha regulación comunitaria opera en este caso concreto porque se inició antes de que acabara el periodo de transición para el Brexit, fijado hasta el 31 de diciembre de 2020.

LOS TRIBUNALES ESPAÑOLES SERÍAN LOS COMPETENTES

Así, concluyen que puesto que «el demandado está domiciliado en España», «presumiblemente», los tribunales españoles son los competentes para, en su caso, ocuparse de la demanda de Larsen.

A ello, añaden que «la cuestión clave es si, en relación con los supuestos actos de acoso, Reino Unido es el lugar donde se produjo el presunto ‘evento dañino’ o el ‘daño directo'», algo que sostienen que los abogados de Larsen no han demostrado, siendo a esa parte –aducen– a quien corresponde la carga de la prueba.

Otro de los argumentos esgrimidos es «la evidente falta de credibilidad de la demandante».

A este respecto, ponen de relieve que Larsen ha solicitado permiso para hacer una nueva modificación a su demanda original. «Como sus predecesoras, es incoherente, internamente contradictoria y manifiestamente mala en términos legales», dice la defensa del rey emérito.

En este punto, niega la existencia de «una pauta de conducta» de acoso atribuible al antiguo monarca, reprochando a Larsen que se limite a relatar «varios incidentes» que, a juicio de la defensa, «son altamente diferentes en cuanto a su naturaleza, tienen lugar de forma esporádica a lo largo de varios años y fueron llevados a cabo por distintas personas (no siempre el demandando) contra diversos objetivos (no siempre la demandada).

Además, subraya que las afirmaciones de Larsen, que Juan Carlos I «niega enfáticamente», no solo son «falsas» sino también «inconsistentes con las declaraciones públicas hechas por ella» antes de que iniciara el litigio.

De hecho, recuerda que, tras la abdicación de Juan Carlos I, el 14 de junio de 2014, Larsen «emitió un comunicado de afecto» donde le describe como «un hombre de una profunda humanidad y valentía, un leal y siempre atento amigo», además de un «gigante de la Historia».

Por otro lado, la defensa muestra su malestar por el hecho de que «las acusaciones implican un presunto abuso de poder inconsistente con el importante papel del demandado en la Transición de España hacia una exitosa democracia parlamentaria, y con su largo periodo de servicio como soberano».

LA INMUNIDAD DE DON JUAN CARLOS

Las fuentes consultadas señalan que el objetivo de esta vista de cuatro días es abordar las cuestiones preliminares que quedaron pendientes hasta que se resolviera el alcance de la inmunidad del antiguo monarca.

Fue el pasado 6 de diciembre cuando la «Court of Appeal» (Tribunal de Apelaciones de Inglaterra y Gales) estableció que don Juan Carlos goza de inmunidad respecto a las actuaciones previas a su abdicación como Rey de España, en 2014.

Esta decisión judicial implica que la demanda de Larsen, que sitúa el marco temporal del presunto acoso entre 2012 y 2020, solo podrá seguir su curso ante los tribunales británicos por lo ocurrido a partir de 2014.

La examante relata en su demanda que Juan Carlos I la habría acosado después de que ella pusiera fin a la relación que habían mantenido. Primero para procurar que la retomaran y después a modo de venganza para perjudicarla en sus negocios, de acuerdo con Larsen.

Reclama al Rey Emérito una indemnización por los costes de su tratamiento médico de salud mental, por la «instalación de medidas de seguridad personal y servicios diarios de protección» y por la contratación a «ex diplomáticos y ex funcionarios del Gobierno» para que interviniesen con el fin de «poner fin al acoso» que dice haber recibido.

HECHOS POSTERIORES A 2014

La inmunidad reconocida al exJefe de Estado implica que el grueso de la demanda presentada en 2020 por Larsen no será analizada por la Justicia británica, ya que es en esos primeros años, del 2012 al 2014 donde la empresaria coloca los hechos que revestirían mayor gravedad, entre ellos la visita que habría recibido en Londres del entonces jefe del CNI, el general Félix Sanz Roldán, y el registro de su apartamento en Mónaco.

En el periodo temporal que sí podrán abordar los jueces británicos, Larsen asegura que en 2015 recibió un correo de su ex marido en el que decía que debía devolver el dinero que tenía de Juan Carlos I. Ese mismo año, dice haber recibido comentarios por parte de terceros que afirmaban que ella había robado dinero y bienes al rey emérito.

«Estas declaraciones falsas tenían la intención del demandado de causar daño a la demandante, a su reputación e intereses comerciales y, de hecho, lo hizo», señala el documento.

Larsen narra también presuntos seguimientos de los que dice haber sido víctima entre 2015 y 2020 por parte de terceras personas que, a su juicio, estarían vinculadas al antiguo monarca.

Entre otras cuestiones, la empresaria destaca que el 11 de noviembre de 2020 un hombre de apariencia mediterránea apareció frente a ella en plena calle en Londres y le dijo: «Hi, hola, you must stop» (Hola, debes parar).

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