«Señorías», un documental en el que cuatro juezas desvelan su dimensión humana… y sus pensamientos
Lourdes Arastey, María Tardón, Rosa María Freire y Natalia Velilla son las protagonistas de este interesante documental. Fotos: Confilegal.

«Señorías», un documental en el que cuatro juezas desvelan su dimensión humana… y sus pensamientos

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07/9/2023 06:35
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Actualizado: 08/9/2023 17:20
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Nunca antes se había hecho nada parecido a este documental que ha dirigido María Guerra, directora de cine y profesora en el TAI, la escuela universitaria de artes, en Madrid.

Porque ha logrado reunir a cuatro reconocidas y respetadas magistradas: Lourdes Arastey, nuestra juez en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), María Tardón, la titular del Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, Rosa María Freire, magistrada del Juzgado de Instrucción 32 de Madrid, y Natalia Velilla, magistrada del Juzgado de Primera Instancia 7 de Móstoles, localidad al suroeste de Madrid.

Además, les ha hecho hablar de su visión de la vida, de la justicia, incluso de la familia. Como se suele decir, a calzón quitado. Lo que tiene mucho mérito. Porque la cineasta ha sabido ganarse su confianza.

Un documental que se podrá visionar en el Festival de Cine de Madrid el próximo martes 12 de septiembre, a las 17 horas, en la Sala Berlanga. Todos los detalles pinchando sobre este enlace.

MARÍA GUERRA
María Guerra, la directora de este documental, posando con la Audiencia Nacional de fondo, el destino de una de las protagonistas de su filme, María Tardón. Foto: Confilegal.

«Cuando las conocí fueron un auténtico descubrimiento. Son mujeres muy comprometidas. Con una vida muy rica que nada tenía que ver con la imagen de señoras vestidas de negro que todos tenemos en la cabeza. Mujeres que tienen una gran preocupación no solo por hacerlo bien y ajustarse a derecho sino por ser justas», explica María Guerra en la terraza de un bar, a pocos metros de la Audiencia Nacional, donde está destinada María Tardón.

«Mi objetivo, desde el primer momento, era humanizar un poder que no conocemos y que intimida, a través de estas cuatro mujeres de carne y hueso que, estoy segura, que interesan a una ciudadanía a la sienten servir cada día de sus vidas. Así lo eligieron todas ellas», subraya.

En el documental, que dura 20 minutos, la ahora juez o jueza (como se les denomina en el TJUE) Arastey relata que en su primer destino, en Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, con 24 años, tuvo que hacer frente a un follón cuando ordenó que cambiaran el cartel de juez por el de jueza.

«El término juez define una función. Si la función la defines en masculino la función se asocia con la masculinidad», opina Tardón, en consonancia con Arastey, que recuerda que en sus comienzos a las juezas en los juzgados las llamaban por el diminutivo mientras que el tratamiento para los hombres jueces era de don.

A Velilla, sin embargo, un término u otro le son indiferentes.

MARÍA TARDÓN Y NATALIA VELILLA
María Tardón, magistrada de la Audiencia Nacional, y Natalia Velilla, durante la «mesa camilla» en la que abrieron su pensamiento. Foto: María Guerra.
LOURDES ARASTEY Y ROSA MARÍA FREIRE
Lourdes Arastey, juez del TJUE, que vive en Luxemburgo, con Rosa María Freire, magistrada de Instrucción 32, en Madrid. Foto: María Guerra.

UN RODAJE EN LOS ÓRGANOS JUDICIALES Y EN SUS CASAS

El rodaje, cuenta María Guerra, se hizo en los órganos judiciales en los que prestan servicio las cuatro –incluyendo el TJUE, en Luxemburgo– y en sus respectivos domicilios, donde a modo de tertulia de mesa camilla, hacen un repaso a todo lo que consideran importante.

Y ahí es donde abren sus corazones. «Natalia Velilla piensa que la gente cree que la justicia lo arregla todo y no es así. Lourdes Arastey, en la misma línea, afirma que el juez –hombre o mujer– no es el mago Merlín. Y Tardón opina que el problema el problema que tienen los jueces es que no se pueden defender», relata María Guerra.

De las cuatro, Rosa María Freire es de las más críticas con lo que describe como «la camaradería masculina». Se ha sentido excluida de decidir cosas, en materia de política judicial y de nombramientos, por sus compañeros. Una «camaradería» que se comprende a jueces de diferentes asociaciones judiciales, que son amigos. «A mí me ven rubia y piensan que estoy para otra cosa», dice Freire.

Todas ellas, confiesan, que les gustaría saber que pasa después con sus casos, pero entienden que el funcionamiento de la maquinaria judicial sea así. Y reconocen que también sienten eso que se ha definido múltiples veces como la soledad del juez.

Natalia Velilla
Natalia Velilla, titular del Juzgado de Primera Instancia 7 de Móstoles, en un «frame» del documental «Señorías», que también grabó en la sala de vistas del órgano judicial. Foto: María Guerra.

«La soledad para tomar una decisión que sabe que va a afectar a una o varias personas. Pero con la seguridad de que la decisión que van a tomar ha sido estudiada y valorada y, sobre todo, que es justa», dice María Guerra.

«Señorías» comenzó a rodarse en 2021, en tiempo de pandemia, y su montaje tuvo su punto final en este 2023. Ya ha sido exhibida en varios festivales.

«¿Que si 20 minutos se queda corto? Podría ser de una hora u más. El material que tenemos grabado es muy valioso», concluye María Guerra. Un material que es reflejo del pensamiento que muchas juezas, que son ya la mayoría entre los 5.500 profesionales que administran justicia todos los días en España.

Una voz que, sin duda, sería muy interesante conocer más en profundidad.

Un desafío para el futuro Consejo General del Poder Judicial, una vez que este bloqueo de su renovación –5 años después– haya quedado atras y no sea más que un mal sueño olvidado.

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