¿Existen suficientes elementos de protección en las empresas contra las fugas de datos?
Diego Cabezuela, socio-director del despacho Círculo Legal Madrid, señala una serie de consejos para proteger los secretos empresariales.

¿Existen suficientes elementos de protección en las empresas contra las fugas de datos?

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21/9/2023 06:30
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Actualizado: 21/9/2023 10:18
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“La desmotivación de los empleados es un enemigo al que tienen que hacer frente muchas empresas”, advierte el abogado Diego Cabezuela Sancho, socio-director del despacho Círculo Legal Madrid.

Diego Cabezuela Sancho, socio director del despacho Círculo Legal. Foto: Virgilio González/Confilegal.
Diego Cabezuela Sancho, socio director del despacho Círculo Legal Madrid. Foto: Virgilio González/Confilegal.

Este experto señala que según un informe sobre el Estado del Trabajo en España en 2023 llevado a cabo por Gallup, sólo el 10% de los empleados están comprometidos con su puesto de trabajo, tres puntos por debajo de la media europea, que alcanza el 13%. Y de este modo, 9 de cada 10 empleados apenas se esfuerzan por lograr los objetivos de las compañías que los contratan, según dicho estudio.

El hecho de que España sea el cuarto país de Europa con el nivel de compromiso laboral más bajo, “no solo impacta negativamente en la productividad, sino que abre la puerta a posibles actos de competencia desleal”, destaca Diego Comendador.

“Y un trabajador descontento es “una potencial fuente de conflictos”, apunta.

Cabezuela hace hincapié en que “los secretos empresariales son un valor diferencial extremadamente vulnerable que hay que proteger frente a filtraciones o actos de deslealtad más allá de la duración de la relación contractual”.

Cita a modo de ejemplo, las listas de clientes, una campaña que se va a lanzar para poner en marcha determinados productos, una red de distribuidores o una lista de descuentos a los principales clientes.

Eso está sujeto primero a riesgos externos, como los ciberataques, pero también a un riesgo próximo: que los empleados desleales o socios de negocio desleales se puedan quedar con esa información. 

“Que accedan legítimamente a ella, porque se les entrega para que trabajen, pero que en un momento dado pueden tener la tentación de venderse a la competencia o de montar su propio negocio, desviando clientes o conocimientos o cosas que deberían haber mantenido confidencialidad, y eso es un resultado muy difícil de manejar y difícil de controlar”, argumenta.

La divulgación, explotación y la cesión a terceros de datos sensibles sin autorización constituyen infracciones graves, eventualmente, con relevancia penal.

No obstante, Cabezuela afirma que el empresario tiene “pocas armas legales para proteger los secretos empresariales”.

¿Cómo pueden protegerse las empresas ante posibles fugas de datos?

Según este experto, además de intentar fomentar una cultura empresarial sólida que eleve el grado de implicación de los trabajadores, “se debe garantizar la confidencialidad, introduciendo en los contratos cláusulas que sigan desplegando sus efectos cuando el empleado deje de serlo; limitar el acceso a la información valiosa, y prestar especial atención a la ciberseguridad”.

Este letrado señala que gran parte de los empleados, en su día a día, tienen que conocer y manejar informaciones valiosas, que es “imprescindible” mantener fuera del alcance de la competencia. 

Antes de entrar a formar parte de la compañía, es necesario formalizar un contrato en el que se recojan cláusulas de confidencialidad”, aconseja Cabezuela.

Además, señala que se debe explicar con claridad a los nuevos empleados las consecuencias legales de difundir o utilizar los secretos empresariales.

Este abogado indica que el hecho de que la estrategia comercial a largo plazo, la base de datos de clientes y proveedores o las líneas de investigación respecto a nuevos productos sean aireadas por un empleado indiscreto, pueden significar un grave contratiempo para una empresa. 

Cabezuela manifiesta que a modo preventivo,“la seguridad debe comenzar por limitar el acceso a esos datos al círculo de personas estrictamente imprescindible”.

Recomienda “invertir en tecnología para cifrar la información y evitar su sustracción, colocándola en servidores seguros y cambiando claves y contraseñas con regularidad”.

Cabezuela apunta que el hecho de que tras la finalización del contrato siga habiendo un deber de reserva, en la práctica plantea muchas dificultades y hay muchos pleitos, “y pocas veces se resuelven favorablemente al empresario perjudicado”.

El delito de revelación de secretos es el que comete un empleado que estando en la empresa o al marcharse quiebra esa confidencialidad y vende el secreto a un competidor o lo utiliza en su propio beneficio para montar su propio negocio.

Según explica Cabezuela, la mayor parte de esos procedimientos penales acaban en absolución. 

POCAS ARMAS LEGALES

“Da la sensación de que el empresario tiene pocas armas legales para proteger eso de verdad”, apunta.

Añade que hay una Ley de Secretos Empresariales, aprobada en 2019, pero que está más pensada para el robo de información directamente por competidores, no para las deslealtades de empleados. 

Asimismo, expone que existe una práctica muy difícil de delimitar en los procedimientos que hay en los Juzgados de lo Mercantil. Y es que “a veces, cuando un trabajador ha estado muchos años en una empresa y se marcha, es muy difícil deslindar qué es un secreto empresarial y que es algo que él se lleva de la empresa o que es algo que ya se ha incorporado a su propio conocimiento personal, a su propia valía personal, como, por ejemplo, la red de distribuidores”. 

“A lo mejor, durante los años que he estado ha conocido a todos los distribuidores, tiene buena relación con ellos, y cuando se marcha puede contactar directamente con ellos sin que ello sea exactamente robar un secreto, sino simplemente poner en desarrollo su propia valía”, razona.

¿Dónde está la línea limítrofe? Es muy difícil de determinar, indica este experto. 

“Hay que ir caso por caso y ahí los tribunales vacilan bastante. Y el resultado final es que el empresario propietario del secreto, casi siempre está en situación de bastante vulnerabilidad”, manifiesta.

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