Un padre, condenado a pagar 4.000 euros por despreciar en Facebook al guardia civil que regañó a su hijo por maltratar a un gato
Las publicaciones tuvieron una amplia repercusión en el ámbito profesional del guardia civil y le causaron sentimientos de perjuicio y malestar personal.

Un padre, condenado a pagar 4.000 euros por despreciar en Facebook al guardia civil que regañó a su hijo por maltratar a un gato

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16/11/2023 06:30
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Actualizado: 15/11/2023 00:36
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La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la condena impuesta a un padre por despreciar en redes sociales al guardia civil que regañó a su hijo por maltratar a un gato. Tendrá que pagar una multa de 2.520 euros por cometer un delito de calumnias con publicidad e indemnizar al agente con 1.500 por daños morales.

Las publicaciones tuvieron una amplia repercusión en su ámbito profesional y le causaron sentimientos de perjuicio y malestar personal, por lo que decidió acudir a los tribunales de la mano del abogado Fernando Castellanos, director del Servicio Jurídico de la Asociación Escala Suboficiales de la Guardia Civil (ASESGC).

Esta sentencia, que es la 449/2023 de 11 de octubre y que ha sido firmada por los magistrados Ignacio U. González Vega, Mª del Sagrario Herrero Enguita y Teresa de la Concepción Costa Vayá (ponente), confirma la dictada por el Juzgado de lo Penal Nº18 de esta ciudad.

El caso, al detalle

Según los hechos probados de la sentencia de instancia, todo comenzó cuando el 25 de abril de 2019 el sargento comandante del Puesto de la Guardia Civil de la localidad de Robledo de Chavela (Madrid) oyó desde su domicilio voces de niños y maullidos de un gato sufriendo.

Al asomarse por la ventana, el agente les vio huir a la carrera hacia la plaza del pueblo dejando al felino muerto en el suelo.

El agente localizó a los niños y les dijo que llamaran a sus padres para que fueran al cuartel con el fin de esclarecer los hechos, pero como dos de ellos comenzaron a llorar, el sargento decidió finalmente no llevarles allí.

Pero cuando citaron al padre del menor para notificarle la denuncia por infringir la ley 4/2016 de Protección Animal de la Comunidad de Madrid de su hijo menor, éste comenzó a publicar en Facebook diversas manifestaciones contra el agente. 

Los mensajes de Facebook dirigidos al guarida civil

En concreto, el día 6 de noviembre publicó: “si eres guardia civil no puedes mentir, mi más profundo respeto a los guardias civiles de verdad, a los demás, ni agua. Lo más fuerte es que uno de esos niños acabó llorando y amenazado con ir a la cárcel, maltrato infantil no, gracias”. 

Ese mismo día volvió a realizar de forma reiterada varios comentarios en esta misma red social alegando que se había producido un “abuso infantil” a cuatro menores de 11 años.

El día 7 de noviembre, tras volver a reiterar las mismas palabras, subió una foto de la denuncia interpuesta por la infracción de la normativas sobre los animales de compañía en la que se podía leer con claridad la identificación del agente como sargento comandante del Puesto de Robledo de Chavela.

El titular del juzgado relató que “todas estas manifestaciones las hizo con consciente desprecio por la verdad” y con “intención de desprestigiar al sargento atribuyéndole la comisión de un delito de maltrato infantil como consecuencia de su actuación en el ejercicio de sus competencias”. 

Un error en la apreciación de la prueba

El condenado recurrió la sentencia de primera instancia al considerar que se había producido un error en la apreciación de la prueba, sin embargo, el tribunal explicó que en ella se recogieron literalmente las publicaciones que hizo a través de su cuenta personal de Facebook. 

Asimismo, han recordado que el propio recurrente admitió ser el autor de dichos mensajes e incluso justificó su conducta. En el juicio comentó que lo había hecho para defender el honor de sus hijos, en cambio, había imputado a una persona un hecho delictivo al llamarle «maltratador infantil».

Acusaciones que se consideraron falsas desde un primer momento al no haberse presentado en la causa información alguna que corroborase tal delito, ni siquiera una mera sospecha.

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