Rodar con animales en el cine: la ley exige la presencia de veterinarios, sin sufrimiento, y si es posible, sustituirlos por tecnología
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10/1/2024 06:31
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Actualizado: 10/1/2024 10:38
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El elenco de una película no sólo está compuesto por el director, los guionistas o los actores, sino también por animales, que se encargan de dar realismo a las escenas.
Los más usados son los perros por su capacidad de entrenamiento y su conexión emocional con el público; los caballos, para películas de género western o histórica; los gatos, para filmaciones sobre terror o drama y grandes felinos, para escenas de acción o aventura.
Pero en estos rodajes muchas veces los animales salen perjudicados y sufren. Por ejemplo, en La Vida de Pi, se utilizaron 4 tigres y uno casi se muere ahogado; en El Hobbit, murieron 27 por deshidratación y en la serie Luck, fallecieron 3 caballos, entre otros muchos casos.
En España, el uso de animales en actividades culturales y festivas está regulado en la ley 7/2023 de 28 de marzo, más conocida como Ley de Bienestar Animal.
Adriana Rodríguez, socia de Vestalia Abogados, explica a Confilegal que aquellos que quieran usar seres vivos en sus rodajes necesitarán “una declaración responsable ante la autoridad competente en la que se recojan los datos de identificación de los animales participantes».
Así como «los tiempos de filmación, las condiciones físicas que garanticen el bienestar de los animales durante el transcurso de la filmación y los datos de las personas responsables».
En el caso de que participen en escenas para teatro, cine, televisión o sesiones fotográficas con fines publicitarios en las que se refleje crueldad, maltrato, sufrimiento o la muerte del animal, siempre se realizará de forma simulada y evitando crearles situaciones de estrés y esfuerzo físico desmedido.
Deberá hacerse constar expresamente que las escenas en las que aparece el sufrimiento de los animales es simulada
Además, en todas las filmaciones, “se deberá acreditar la presencia de veterinarios especializados en las especies que vayan a ser utilizadas -ya sean domésticas o salvajes- para que den fe de que no hubo sufrimiento en los animales utilizados».
También deberá quedar claro en pantalla que las escenas son simuladas, detalla.
Con esta nueva ley, comenta Rodríguez, “se ha buscado implementar mecanismos legales con el fin de fomentar la protección animal estableciendo un marco común en todo el territorio nacional”.
De modo que aunque las distintas Comunidades Autónomas y ayuntamientos se rigen por sus propias normas en materia de protección y bienestar animal, se fija así un mínimo común de derechos y obligaciones con independencia del territorio en el que se desenvuelvan.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo ya se prohibía «el uso de animales en determinados espectáculos públicos u otras actividades en los que sean objeto de burla o si su integridad física está en peligro”.
Todo ello no quita que esta nueva ley establezca que, siempre que sea posible, se utilicen en las producciones cinematográficas alternativas tecnológicas que no conlleven la utilización de animales reales.
“Hoy en día existen técnicas como el 3D y efectos visuales (VFX) que ofrecen un resultado totalmente realista sin necesidad de utilizar animales vivos en los rodajes. Además, permite crear escenas y situaciones que con un ser vivo sería mucho más complejo o no sería posible”. Como ocurrió con la película de Dumbo de 2019 dirigida por Tim Burton.
Diferente al circo
La letrada comenta que antes de la entrada en vigor de esta ley de ámbito estatal, varias comunidades autónomas y municipios de España prohibieron la utilización de animales salvajes en circos “como respuesta al clamor de una sociedad cada vez más sensibilizada y comprometida con los animales”.
Y es que, además, su presencia en el circo también ha causado accidentes. Hay que recordar que en 2013 el domador del circo Gottani fue atacado por uno de sus tigres mientras hacían una función en Madrid o en Italia, hace escasos dos meses, un león se escapó en la ciudad de Ladispoli y desató el pánico entre los vecinos.
Pero ahora, desde el 29 de septiembre de 2023, está completamente prohibido tenerlos cautivos en circos, usarlos como atracciones mecánicas o en carruseles de feria.
De modo que los propietarios tienen un plazo de seis meses desde la entrada en vigor de la ley para modificar su actividad y poner en conocimiento de las autoridades competentes las especies que tienen en su poder, comenta la experta.
«Las compañías circenses que hasta ahora han incluido animales en sus espectáculos deberán reinventarse y poner en valor la capacidad artística del que el ser humano es capaz sin la necesidad de someter a seres vivos a situaciones de estrés y sufrimiento físico», concluye la socia de Vestalia.
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