Erica Paratore y Omar Molina, directores del área de Laboral en Augusta Abogados. Foto: Confilegal
Augusta Abogados defiende la negociación colectiva para la reducción de jornada: «hay que aterrizarlo de manera sectorizada»
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15/11/2024 05:34
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Actualizado: 15/11/2024 08:44
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La actividad política ha estado paralizada las dos últimas semanas. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció el pasado lunes la cancelación por la DANA de la reunión prevista con los agentes sociales para dar el visto bueno, o no, a la reducción de la jornada laboral. Una reunión que era clave.
Pero Díaz ya ha anunciado que esta mesa de negociación se volverá a convocar «carácter inminente». La ministra está convencida de que, ahora sí, el debate cogerá «velocidad de crucero». Por lo que considera que, sin lugar a dudas, se «reducirá la jornada laboral en nuestro país» a 37,5 horas a la semana. Lo que permitirá a los trabajadores «vivir un poco mejor» y mejorar la productividad.
La reducción de jornada fue objeto de debate el pasado jueves en Augusta Abogados al ser uno de los temas más candentes del panorama laboral en España. Hay que recordar que la última reforma se hizo en 1983, cuando se redujo de 43 a 40 horas.
Esta medida, recordaron desde el despacho, ha generado un intenso debate en la mesa de diálogo social, donde los sindicatos respaldan la iniciativa por su potencial para mejorar la conciliación y la calidad de vida, mientras CEOE y CEPY expresan preocupaciones por el posible aumento de los costes laborales y su impacto en la competitividad, especialmente para las PYMES.
Otros países europeos cuentan con jornadas más bajas
Erica Paratore, directora del área laboral en Augusta Abogados, explicó cómo estaba la situación a nivel europeo. Por ejemplo, Países Bajos es el que tiene la jornada más corta de la Unión Europea, con 30,9 horas a la semana. Noruega tiene 33,3 horas, Austria 33,6 y Dinamarca 34,2.
Otro de los países que Paratore nombró fue Francia, que cuenta con 35 hora a la semana. Una decisión que empezó a fraguarse en los años 90 con el objetivo de reducir el desempleo que existía y en el 2000 se implantó.
«El gobierno francés, en su momento, lo que hizo para ayudar a las empresas fue implementar medidas como la reducción de las cotizaciones sociales, la flexibilización en el uso de joras extras y la reorganización de la producción».
Sin embargo, la letrada explicó que no estaba claro si este cambio había sido un éxito porque, además, hubo muchas contrarreformas para «arreglar lo que no iba bien». Sobre todo «se vio un desequilibrio ente el personal cualificado y el menos cualificado».
Por su parte, Omar Molina, director del área de laboral, explicó que en España «es una reforma histórica ambiciosa que puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar una mejor conciliación entre la vida personal y laboral».
Uno de los temas centrales de la discusión en el desayuno ha sido cómo lograr un equilibrio entre la reducción de la jornada laboral y el mantenimiento de la productividad.
El abogado recordó que el «Plan Pyme 375» diseñado por el Gobierno busca apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la implementación de esta reforma, ofreciendo bonificaciones y soporte adicional para mitigar los impactos económicos.
Un debate parecido al de 1983
Sin embargo, comentó que persiste la preocupación sobre la capacidad de las PYMES para absorber la disminución de horas sin una compensación proporcional en términos de productividad.
Desde el despacho defienden la negociación colectiva para garantizar el éxito en la reducción de la jornada laboral en las empresas. Y es que, el debate actual les está recordando al de 1983.
Entonces, al igual que ahora, la CEOE alertó sobre el impacto en la productividad y los costes laborales. Mientras que los sindicatos defendían la medida como un avance hacia los estándares europeos. La resolución de aquellos conflictos a través de la negociación colectiva ha sido un punto clave en la discusión del desayuno, destacando la importancia de articular esta nueva reducción a través de convenios colectivos para evitar tensiones similares.
«Bajo nuestro punto de vista, es la mejor forma de hacerlo porque permite analizar las características de cada sector, ver cómo están los índices de productividad, ver cuáles son los perfiles de cada sector y de qué manera se puede conectar la productividad del sector afectado y la propuesta de reducción de la jornada», comentó Molina.
De modo que insistieron en la importancia de «sectorizar» ,porque no es lo mismo la forma en la que podrá aterrizar en una peluquería que en una empresa grande. Sin una implementación gradual y apoyo suficiente, el impacto en sectores clave como el turismo, la hostelería y el comercio minorista podría ser significativo.
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