Tu ‘smart TV’ te espía, pero las administraciones «esperarán» a que denuncies para las consecuencias legales
A pesar de que su uso está extendido en prácticamente todos los hogares españoles, estas Smart TV podrían vulnerar la protección de datos. Foto: EP

Tu ‘smart TV’ te espía, pero las administraciones «esperarán» a que denuncies para las consecuencias legales

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12/12/2024 05:35
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Actualizado: 11/12/2024 22:27
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Las ‘smart TV’ , es decir, las televisiones conectadas a Internet, se han convertido en un elemento cada vez más común en los hogares españoles. Sin embargo, sus condiciones de uso pueden incluir cláusulas que vulneran la protección de datos de sus usuarios. Ello, sin que las autoridades o las organizaciones de consumidores hagan un análisis previo de los riesgos de este tipo de dispositivos y apps digitales.

La investigación llevada a cabo por la Universidad Carlos III de Madrid, junto a la University College de Londres y la Universidad de California es clara. Las ‘smart TV’ recopilan datos del usuario para que las marcas hagan perfiles detallados de sus gustos. Unos datos que estas televisiones llegan a captar, incluso, cuando la televisión es utilizada como pantalla externa.

En concreto, tal y como informaba EFE, la investigación descubrió que estas televisiones «tomaban capturas de pantalla o audio para identificar el contenido mostrado en la pantalla».

«Este rastreo plantea serias preocupaciones de privacidad, especialmente cuando el televisor se usa sólo como monitor», exponía en este sentido la coautora de la investigación, Patricia Callejo.

Un consentimiento «no informado» a las Smart TV

«Es un típico caso de consentimiento que no está realmente informado», explica Borja Adsuara, abogado y experto en justicia digital y protección de Datos.

Así pues, en teoría, la información ofrecida por estos dispositivos sí incorpora el hecho de que estén recabando datos. «Pero, en la práctica, que es lo que ha dicho de pasada en algunas sentencias el Tribunal Constitucional, todos estos consentimientos digitales, aunque formalmente lo parecen, no son libres ni informados. Le das a todo que sí, no te lees los términos de uso ni la política de privacidad. Y las funciones que recaban datos están activadas por defecto».

Una realidad recabada en el Reglamento General de Protección de Datos, que establece que «la mera inacción no es consentimiento». «Es la mayor mentira de internet: el decir que has leído y aceptas las condiciones de uso», asegura Borja Adsuara.

Condiciones de uso que, tal y como explica el abogado, no son sencillas de entender. Ni siquiera, para aquellos que conozcan el mundo del Derecho. «Están escritas por abogados de otros países, para grandes compañías, y en lenguaje ambiguo».

«Si me lo leo, no lo voy a entender. Y si lo entiendo, no lo voy a poder negociar, porque son cláusulas generales de contratación. Y si no puedo negociarlo, qué más me da leerlo», lamenta el experto.

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Borja Adsuara, abogado y experto en justicia digital y protección de Datos. Foto cedida

Cuestión que, para Adsuara, «es un defecto grave de las cláusulas generales de contratación. Saliendo de Internet, es lo mismo que las cláusulas bancarias. Son condiciones obligadas del servicio. Y la legislación te obliga a impugnar las cláusulas, como pasó con las preferentes en los bancos. Asimismo obliga a que un tribunal, después de mucho tiempo, las declare nulas».

«Lo que yo me pregunto, es por qué la administración no revisa las cláusulas de protección de datos, consumo, propiedad intelectual, etc., de los dispositivos y plataformas, y las regula. Lo mismo que sucede con los alimentos. Porque lo que yo he visto, es que hay muchas cláusulas que son nulas por ser contrarias a la legislación europea.

Los consumidores, solos ante las cláusulas de contratación

Casos en los que, como en el ejemplo de las Smart TV, la administración «debería ser proactiva», tal y como señala el abogado, en la defensa de los derechos de los consumidores.

«Deberíamos exigir que las autoridades, y después las organizaciones de consumidores, cada una en su competencia, revise lo que hacen cada una de las aplicaciones y dispositivos. Porque la televisión, al final, es un software, que no importa en qué dispositivo o plataforma esté. El problema es el consentimiento en el que no eres consciente de lo que estás aceptando. E incluso, que si no lo aceptas, no puedas utilizarlo».

Una realidad ante la que Borja Adsuara pone en el punto de mira a las asociaciones de consumidores, que parecen haber olvidado el consumo en formato digital.

«Creo que estas organizaciones, al igual que las autoridades, se han quedado ancladas en lo físico, en el consumo tradicional. Que desconocen el derecho digital. Y no revisan la introducción de nuevos dispositivos», lamenta.

Algo que hace que sean los consumidores los que, a través de sus demandas, consigan un cambio en estos dispositivos. Es el caso de la denuncia «por los videoporteros de Amazon. La cámara era tan buena que grababa toda la vía pública. Y al final, hubo que modificar la cámara. tengo la sensación de que, o denuncias, o no hay actividad de las administraciones», asegura.

Situación ante la que, de cara a los consumidores, el consentimiento debe ser claro e informado, sin posibilidad de confusión.

«Es como lo del «sólo sí es sí». Si no dices que sí, es que no. No vale la inacción o el silencio. Si no accedes, tendría que ser que no. El campo de la intimidad no física es muy parecido al campo de la intimidad física. El consentimiento tiene que ser libre, informado e inequívoco. Así se lo explico a mis alumnos», determina el abogado.

Un «sí» que, actualmente, no han conseguido muchas de las Smart TV del mercado.

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