El magistrado jubilado, Manuel García Castellón, durante su inrtervención final en estas jornadas jurídicas. Sus reflexiones sobre el efecto de los ataques contra los jueces revelaron una preocupación compartida por muchos de sus compañeros que todavía siguen en la carrera judicial. Foto: Confilegal.
Manuel García Castellón: «Los ataques a los jueces ya no vienen de los delincuentes, sino de instituciones del Estado»
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24/1/2025 17:50
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Actualizado: 24/1/2025 23:39
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En los últimos años, el Poder Judicial en España ha experimentado un cambio significativo en la naturaleza de los ataques dirigidos a jueces y magistrados.
«Estos ataques han dejado de provenir del entorno de los propios delincuentes para verterse desde otras instituciones del Estado», ha afirmado hoy Manuel García Castellón, magistrado jubilado –se retiró el pasado mes de septiembre siendo titular del Juzgado Central de Instrucción. 6 de la Audiencia Nacional– en la clausura de las I Jornadas Jurídicas organizadas por Okdiario en el Hotel Don Pepe, de Marbella.
García Castellón ha recordado que «han sido ministros del gobierno, diputados o senadores quienes han vertido de manera acomplejada ataques personales y profesionales», buscando no solo desacreditar a los jueces, sino también generar un clima de desconfianza en el sistema judicial.
A esto ha contribuido, ha afirmado, la eliminación del delito de desacato en el Código Penal, que dejó ha dejado a los jueces expuestos a calumnias e injurias sin una protección legal efectiva, exacerbando su vulnerabilidad.
García Castellón ha recordado que «han sido ministros del gobierno, diputados o senadores quienes han vertido de manera acomplejada ataques personales y profesionales», buscando no solo desacreditar a los jueces, sino también generar un clima de desconfianza en el sistema judicial.
En palabras de García Castellón, «estos ataques suscitan una honda preocupación por ser consciente de que se dirigían a tantos miles de compañeros mucho más jóvenes que yo y con una carrera por delante».
Este nuevo paradigma no solo afecta a los jueces en ejercicio, sino que también desincentiva a las nuevas generaciones de asumir funciones judiciales por temor a represalias.
UNA AMENAZA CONTRA EL EQUILIBRIO DE LA JUSTICIA
La presión ejercida sobre los jueces más jóvenes, ha opinado García Castellón, amenaza con alterar el equilibrio del sistema judicial español.
«Muchos magistrados consideran que ciertas decisiones judiciales podrían tener consecuencias profesionales o personales negativas», ha alertado.
Esta percepción está generando un ambiente de autocensura que pone en riesgo el principio fundamental de independencia judicial.
El caso Tsunami Democràtic es un ejemplo de esta problemática.
«Durante la instrucción del caso Tsunami Democràtic” –del que fue competente– “las críticas se intensificaron con especial virulencia», ha recordado García Castellón.
Este tipo de ataques no solo afectan al juez responsable, sino que también tienen un efecto disuasorio en otros magistrados, quienes podrían optar por decisiones menos controvertidas para evitar convertirse en objetivos.
SIN APOYO DE LA FISCALÍA
El magistrado ha resaltado la ausencia de soporte de la acusación oficial del Estado: “La falta de un apoyo claro y decidido por parte de la Fiscalía General del Estado contribuye a un panorama desalentador».
Esta combinación de presión directa, desprotección institucional y desconfianza en el sistema plantea un reto significativo para garantizar la eficacia y la independencia del Poder Judicial.
La historia del Poder Judicial español, según García Castellón, ha estado marcada por amenazas externas que, con el tiempo, se han transformado en ataques internos.
Durante los años de mayor actividad terrorista, especialmente por parte de ETA, los jueces de la Audiencia Nacional fueron objetivos prioritarios. «Hubiera hecho falta una legislación mucho más acorde a la situación y, si me permiten, más imaginativa», afirma García Castellón al recordar los retos de esa época.
Mientras los agentes de policía podían operar con cierto anonimato, los jueces y fiscales eran fácilmente identificables por sus nombres y apellidos en los procedimientos judiciales, lo que los convertía en blancos fáciles para el terrorismo.
«Era muy fácil rastrear el domicilio de un juez con las consecuencias que eso podía tener», recuerda el magistrado.
Otro aspecto destacado por García Castellón ha sido la falta de cooperación internacional durante décadas, particularmente con Francia.
«Aunque se lograron avances con mecanismos como la Orden Europea de Detención y Entrega, persisten problemas de desconfianza entre los sistemas judiciales europeos que complican las investigaciones transnacionales«, ha revelado.
Esta falta de colaboración efectiva permitió que las cúpulas de ETA se refugiaran en territorio francés durante años, dificultando su persecución.
García Castellón concluyó su reflexión sobre el cambio de amenazas externas a ataques internos, destacando que «el panorama no es muy alentador».
A su juicio, la necesidad de fortalecer las estructuras de protección y garantizar un entorno seguro para los jueces es más urgente que nunca para preservar la independencia y la integridad del sistema judicial.García Castellón: «Los ataques a los jueces ya no vienen de los delincuentes, sino de instituciones del Estado»
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