La fiscal Durántez solicita que se condene a Luis Rubiales a 2 años y medio de cárcel: el beso no fue consentido y su entorno coaccionó a Hermoso
"¿Hasta cuándo vamos a exigir a una víctima de agresión sexual un comportamiento heroico?", se ha preguntado la fiscal del caso, Marta Durántez. Para ella no hay ninguna duda. Por eso procede la condena contra Luis Rubiales y los tres imputados restantes. Foto: AN,

La fiscal Durántez solicita que se condene a Luis Rubiales a 2 años y medio de cárcel: el beso no fue consentido y su entorno coaccionó a Hermoso

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12/2/2025 16:54
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Actualizado: 12/2/2025 16:54
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Marta Durántez, la fiscal del caso –y teniente fiscal de la Audiencia Nacional–, lo tiene claro: Luis Rubiales debe ser condenado. El beso a Jennifer Hermoso fue «no consentido». Así lo ha afirmado en su informe de conclusiones.

No hubo permiso, no hubo duda. Hermoso, «una simple jugadora», tuvo que enfrentarse al hombre que lo controlaba todo en la Federación.

Rubiales se enfrenta a dos años y medio de prisión por un supuesto delito de agresión sexual (denominado así desde la entrada de la ley del sí es sí; antes era abuso sexual) y coacciones.

Para Jorge Vilda, exseleccionador nacional de la femenina, Rubén Rivera, exdirector de Marketing de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y Albert Luque, exdirector de la Selección nacional masculina, solicitó un año y seis meses por supuestas coacciones.

La fiscal Durantez fue tajante: Rubiales impuso la ley del silencio. «Nadie hablaba, nadie podía contradecir». Si él caía, caían todos.

Durántez describió la desigualdad de fuerzas. «Hermoso, sola contra una Federación todopoderosa». El mensaje era claro: si cedía, habría trato de favor. Si no, represalias.

La fiscal desmontó cualquier duda sobre el consentimiento. «No hubo pregunta, no hubo respuesta, no hubo consentimiento».

Hermoso reaccionó con sorpresa inmediata.

La fiscal rechazó los argumentos contra la jugadora. «¿Hasta cuándo vamos a exigir a una víctima de agresión sexual un comportamiento heroico?».

Hermoso quería celebrar el triunfo, no ser recordada por el beso. «¿Qué se espera que haga? ¿Llorar en un rincón? ¿Montar un espectáculo?». La fiscal lo dejó claro: Hermoso no tiene motivos para mentir. Su testimonio es coherente y respaldado por pruebas y testigos.

La jugadora quedó en «shock» tras el beso. «Baja del pódium y dice: ‘Me ha dado un beso’. Si fuera consentido, ¿por qué lo comenta de inmediato con su entorno?».

La fiscal rechazó que sonreír desmienta la agresión. «¿Qué querían que hiciera? ¿Que le golpeara en pleno directo mundial?». La humillación fue pública. «Y además era su superior. Sí, su superior».

La fiscalía denunció la presión sobre Hermoso. «No la ayudaron, la coaccionaron». El problema no era ella, sino «su chiringuito».

Sobre las coacciones, Durántez aclaró: no hace falta un golpe o un insulto. «Es un delito sutil, que impide vivir en paz». La fiscal describió el miedo en la Selección.

«Los acusados han sido unos chulos. En plena vista, ante un fiscal, abogados y un juez».

Las consecuencias fueron claras: Montse Tomé no convocó a Hermoso tras el beso. «Si tanto les importaba protegerla, ¿por qué la castigaron?».

La fiscal cerró su alegato recordando al juez su obligación: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio».

El juicio sigue. El juez tuvo que frenar las interrupciones de la defensa. «Respeten la palabra de quien la tiene». La vista oral continuará este jueves.

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