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Opinión | Prisas presidenciales y ralentización del Kremlin: El ajedrez geopolítico de la paz ucraniana

Opinión | Prisas presidenciales y ralentización del Kremlin: El ajedrez geopolítico de la paz ucraniana
A Vladimir Putin las prisas de Donald Trump no le convienen. Él tiene su propio ritmo y no se va a dejar llevar por las prisas del estadounidense, como bien explica Jorge Carrera, abogado, exmagistrado y exjuez de enlace de España en Estados Unidos. Foto: EP.
14/3/2025 10:08
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Actualizado: 14/3/2025 10:08
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El presidente ruso Vladimir Putin ha mostrado disposición condicional a aceptar el alto el fuego de 30 días propuesto en Ucrania, mientras posiciona a Rusia para maximizar sus ventajas antes de cualquier pausa en las hostilidades.

Su respuesta revela una estrategia diplomática diseñada para controlar el ritmo de los acontecimientos mientras avanza en los objetivos militares rusos. El momento y condiciones de sus declaraciones sugieren, tal y como apuntábamos en nuestra anterior columna, que no tiene prisa por concluir el conflicto en términos desfavorables.

Paralelamente, parece ser consciente de que en la Casa Blanca, no les queda otra que tener paciencia. La alternativa, es el fracaso.

Reacción de Putin a la propuesta de alto el fuego

Durante una conferencia de prensa con el presidente bielorruso Alexander Lukashenko el 13 de marzo de 2025, Putin declaró: «Estamos de acuerdo con las propuestas para poner fin a las hostilidades, pero deben conducir a una paz duradera y resolver las raíces del conflicto».

Este respaldo cauteloso revela su enfoque estratégico. El líder ruso agradeció públicamente al presidente estadounidense Donald Trump por «prestar tanta atención a un acuerdo en Ucrania», señalando interés en mantener relaciones positivas con la nueva administración estadounidense.

A pesar de esta apertura, Putin expresó preocupaciones sobre los mecanismos de verificación durante cualquier alto el fuego. Cuestionó la monitorización de violaciones a lo largo de la línea del frente y señaló «cuestiones inciertas» de control en la propuesta actual. Estas objeciones técnicas dan al Kremlin flexibilidad para ajustar su compromiso mientras mantiene una postura diplomática “presentable“.

Condiciones estratégicas de Putin

Central en la posición de Putin es la situación en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas ucranianas han perdido terreno ante contraofensivas rusas. Putin afirmó: «Rusia está a favor de un alto el fuego, pero hay matices, incluyendo la región de Kursk».

El presidente ruso sostiene que un alto el fuego de 30 días sería «ventajoso para Ucrania» porque el personal militar ucraniano en Kursk está «bloqueado». También advirtió que Kiev «puede usar el alto el fuego para recibir más armas o llevar a cabo una movilización forzada».

La visita de Putin a Kursk el miércoles, vestido con atuendo militar, fue una clara señal de que Rusia busca asegurar ventajas territoriales antes de cualquier alto el fuego.

Las fuerzas rusas han logrado avances significativos, incluyendo la captura de Sudzha. El énfasis en estos éxitos militares sugiere que Putin busca negociar desde una posición de fuerza.

El juego diplomático: estableciendo el ritmo

El Kremlin retrasó deliberadamente su respuesta formal, alegando necesitar detalles adicionales antes de tomar una decisión. Este retraso permitió a las fuerzas rusas continuar sus operaciones mientras evitaba un rechazo que podría afectar las relaciones con la administración Trump.

El enfoque de Putin parece diseñado para obtener el máximo beneficio sin rechazar ni aceptar incondicionalmente la propuesta. El portavoz Dmitri Peskov reforzó esta estrategia afirmando que Moscú necesitaba información sobre las conversaciones entre EE.UU. y Ucrania en Arabia Saudita antes de determinar si la propuesta era aceptable.

Consecuencias políticas

Las negociaciones ocurren en un contexto de inestabilidad política en Ucrania. El presidente Zelensky parece estar en posición precaria, con informes que sugieren que podría estar «viviendo sus últimos momentos en el poder». Un alto funcionario ucraniano habría dicho al Financial Times que «estamos en el acto final» respecto al liderazgo de Volodómir Zelenski. Esta situación potencialmente fortalece la posición negociadora de Putin.

La relación entre Zelenski y Trump muestra tensiones. Hubo una «confrontación explosiva» entre ambos, tras la cual Trump congeló la ayuda militar a Ucrania, restaurándola solo después de que Kiev aceptara el plan de tregua.

Esto demuestra el uso de la asistencia como palanca para influir en la política ucraniana.

Internacionalmente, Steve Witkoff, enviado especial de Trump, ha asumido protagonismo en las relaciones con el Kremlin, potencialmente superando al secretario de Estado, Marco Rubio.

Este inusual arreglo sugiere que la Administración Trump prioriza relaciones personales sobre canales diplomáticos tradicionales.

El futuro de las negociaciones

El alto el fuego propuesto representaría una pausa significativa en un conflicto de más de tres años. Sin embargo, la insistencia de Putin en abordar las «causas profundas» de la guerra, incluida la expansión de la OTAN, sugiere que un acuerdo integral sigue distante, o muy distante.

Putin ha dejado abierta la posibilidad de comunicación directa con Trump, indicando que podrían hablar tan pronto como el viernes. Este contacto directo podría acelerar negociaciones, pero el énfasis constante de Putin en las demandas rusas sugiere que mantendrá sus objetivos estratégicos, y eso, nuevamente, requiere tiempo.

La propuesta llega cuando las fuerzas rusas logran avances significativos en el campo de batalla. Este contexto fortalece la posición negociadora de Rusia y sugiere que Putin calcula que el tablero está a su favor.

Su estrategia parece diseñada para forzar a Ucrania y sus aliados a aceptar términos más favorables para Moscú, o resignarse a un conflicto enquistado.

Estrategia calculada

La respuesta de Putin revela una estrategia calculada para mantener control sobre el ritmo y términos de cualquier pausa en el conflicto. Parece preferir maximizar las ganancias territoriales y ventajas estratégicas antes de cualquier alto el fuego formal.

Las consecuencias se extienden más allá del ámbito militar. La posición de Zelenski parece debilitarse, mientras la relación entre Ucrania y Estados Unidos muestra tensiones.

La paciencia estratégica de Putin y su uso simultáneo de presión militar y compromiso diplomático sugieren que cree tener ventaja en este prolongado conflicto. El alto el fuego propuesto podría representar sólo otra fase en una compleja lucha geopolítica cuya resolución final sigue siendo incierta.

Entre tanto, Europa sigue al margen, y no debe pasar desapercibido el progresivo distanciamiento de Reino Unido respecto de Estados Unidos en este punto. Este cambio en la tradicional «relación especial» angloamericana refleja una recalibración significativa en la política exterior británica.

El gobierno británico ha expresado reservas cada vez más evidentes sobre el enfoque de la Administración Trump hacia el conflicto ucraniano.

Mientras Washington parece favorecer una rápida resolución que podría beneficiar a Rusia, Londres ha mantenido una postura más firme de apoyo incondicional a Kiev. En declaraciones recientes, el Primer Ministro británico enfatizó la necesidad de «soluciones sostenibles basadas en la integridad territorial de Ucrania» y advirtió contra «acuerdos apresurados que premien la agresión».

Esta divergencia se manifiesta también en aspectos prácticos. Reino Unido ha continuado suministrando ayuda militar a Ucrania sin las interrupciones que han caracterizado la asistencia estadounidense reciente. El Ministerio de Defensa británico anunció un nuevo paquete de apoyo militar, justo cuando Washington debatía la congelación de su ayuda.

Los analistas señalan que esta separación refleja preocupaciones británicas más amplias sobre la fiabilidad de Estados Unidos como socio estratégico en el nuevo contexto geopolítico.

El distanciamiento también responde a presiones internas en Reino Unido, donde existe un fuerte consenso multipartidista en apoyo a Ucrania que trasciende las divisiones políticas habituales.

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