De izquierda a derecha: Wynna Zady, de Focus Juventud; la vicedencana del ICAM, Isabel Winkels, y las magistradas de Menores Concepción Rodríguez, Reyes Martel y Eva Saavedra,
Los jueces de menores rechazan rebajar la edad penal a los 12 años y exigen una mayor apuesta en educación y prevención
Con el actual sistema de menores, que busca la reeducación y la resocialización, el 80 % de estos menores "salen para adelante".
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29/4/2025 16:38
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Actualizado: 29/4/2025 17:29
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Tres juezas de menores han mostrado este martes su oposición a rebajar la edad penal, actualmente en 14 años en España, y a endurecer el castigo a los niños que cometen delitos y han apostado por la educación, la prevención y la reinserción: por una justicia que eduque, al tiempo que consiga la reparación para las víctimas, tal y como establece la Ley del Menor.
Con el actual sistema de menores, que busca la reeducación y la resocialización, el 80 % de los jóvenes «sale para adelante», han explicado en rueda de prensa en el Colegio de Abogados de Madrid las magistradas Eva Saavedra, magistrada del Juzgado de Menores nº2 de Madrid; Concepción Rodríguez, titular del Juzgado de Menores nº 1 de Madrid y Reyes Martel, magistrada del Juzgado Menores nº 1 de Las Palmas, acompañadas por la vicedecana del ICAM, Isabel Winkels.
Lo importante es «intentar empatizar con ellos, que no lleguen a la sociedad adulta como delincuentes». Han recordado, algo en lo que están de acuerdo los 81 jueces de menores que hay en España.
Todas han coincidido en que pese a la alarma social que pueden generar casos como el de Badajoz, en el que una educadora fue asesinada en un piso tutelado, bajar la edad penal o endurecer penas «no va a disminuir la delincuencia juvenil» y, por contra, en los lugares en los que se ha probado, como Gales, subió, han argumentado.
La prevención de la delincuencia juvenil es fundamental y debe ser priorizada sobre la reducción de la edad penal. «Bajar la edad penal no es efectivo si no se refuerzan las políticas de prevención y atención temprana a los factores de riesgo».
Igualmente, en sus intervenciones, han querido desterrar algunos prejuicios, recordando que estos menores que cometen delitos no provienen solo de familias desestructuradas, «ha cambiado mucho el perfil, también tenemos niños de familias de perfil medio alto, no nos confundamos».
La magistrada Martel ha subrayado que «Los niños y niñas no nacen delincuentes, se hacen». Y ha incidido en que «hay que actuar desde la prevención, los jueces llegamos ya en un momento crítico». Se trata de niños y niñas que llegan muy dañados al sistema.
La meta es evitar que los delitos se produzcan, que «la víctima llegue a existir» y también que el menor no vuelva a delinquir como adulto. «La adecuada prevención evita que una persona sea víctima. La adecuada intervención evita que haya más víctimas», ha explicado Saavedra.
«Lo que tiene prevenir la sociedad es que estos menores cometan delitos», ha señalado la magistrada titular del Juzgado de Menores 1 de Madrid, Concepción Rodríguez. «Nuestra función es la de intervenir educativamente con nuestro menores».
Críticas al legislativo: «No se nos escucha»
La política a menudo interfiere negativamente en la protección de los derechos de los menores, utilizándose el tema de menores como arma arrojadiza entre partidos y sin un enfoque unificado. Tanto La magistrada Rodríguez, como Martel, han sido muy críticas con el poder legislativo. Recordando que las distintas reformas que se han producido desde la Ley del Menor, hace ya 25 años, han sido para peor.
Y aquí han denunciado la falta de escucha del legislativo al acometer las citadas reformas. Por ello, entienden que sería necesario establecer mecanismos para que las personas que aplican las leyes sean escuchadas en el proceso legislativo, permitiendo que la experiencia práctica influya en las reformas y en la elaboración de nuevas normas.
A preguntas de Confilegal, Concepción Rodríguez advierte que la Ley 1/2025 de Eficiencia Organizativa del Servicio Público de Justicia podría diluir la especialización y empeorar la atención a los menores infractores en los juzgados de instancia. Algo que intentaron evitar sin éxito promoviendo una enmienda que no entró en la norma, «No nos hicieron ni caso».
«Los problemas que tiene la jurisdicción de menores no solo se mantienen, sino que van a más», ha advertido Rodríguez, quien considera urgente abrir este debate en los medios de comunicación para evitar que la especialización en justicia juvenil se pierda progresivamente, sobre todo en los partidos judiciales más pequeños.
Una de las principales inquietudes está en cómo esta nueva organización puede impactar negativamente en la estructura actual. «Nos preocupa muchísimo que los logros escasos que se han conseguido a lo largo de mucho tiempo y mucho esfuerzo, como es la especialidad, se diluyan como un azucarillo», señala la magistrada, quien subraya que “en muchos casos los funcionarios que están muy vinculados con la jurisdicción y muy sensibilizados, los perdamos y se diluya en una oficina común”.
Sobre este mismo asunto, la magistrada Martel, ha recordado una cita del reconocido juez de Menores Emilio Calatayud, que aseguraba que la jurisdicción de menores «era la menor de la justicia», y eso a pesar de que han conseguido educar y reeducar al 80% de los jóvenes que pasan por los juzgados.
Aquí también ha intervenido la vicedecana del ICAM, Isabel Winkels, para subrayar que «no se puede legislar a espaldas de los operadores jurídicos que están sobre el terreno». Y eso pasa a menudo.
Por último, ha recordado que el 7 de mayo, el ICAM organizará una cena para recaudar fondos para la Asociación UP2U Proyect, donde se conocerá en primera persona el testimonio de algunos jóvenes que han logrado reinsertarse en la sociedad.
Centros de internamiento de menores con «malas» condiciones
Las magistradas han resaltado lo duro que es el internamiento de los menores. Y aquí, la magistrada Martel, ha indicado que para los menores el tiempo pasa más lento, llegan «muy dañados» porque además de delinquir «en muchos casos son víctimas». Además, las condiciones a veces son peores, que en las prisiones, según ha denunciado.
Todas, como no podía ser de otra manera, defienden una intervención educativa, que consiga que las conductas delictivas no se cronifiquen, mediante actividades como boxeo o el camino de Santiago. U otras muchas.
Y han puesto el ejemplo de un chico que, junto a amigos, robó y prendió fuego a un mendigo ahora atienda a personas sin hogar y estudie Trabajo Social.
Preocupación por el aumento de delitos en redes sociales
Para la justicia juvenil las redes sociales suponen un reto. Quienes la aplican no son nativos digitales y los delitos sexuales digitales se han incrementado «exponencialmente».
La educación sobre el uso responsable de las redes sociales es crucial para prevenir delitos digitales, han recordado todas las intervinientes. Subrayando, además, que muchos menores desconocen que ciertas conductas en redes sociales constituyen delitos, como la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, y también desconocen las consecuencias legales de sus acciones digitales.
Por ello, señalan las magistradas que es preciso fomentar la conciencia sobre el bien y el mal desde edades tempranas.
Igualmente, han asegurado que es necesario formar a padres, madres y educadores sobre el manejo de redes sociales y los riesgos asociados, ya que muchos adultos desconocen el funcionamiento y los peligros de las nuevas tecnologías.
Un caso de éxito: Wynna Zady, de cometer 25 delitos siendo menor a graduarse en Derecho
También ha intervenido Wynna Zady, quien siendo menor cometió hasta 25 delitos, aunque gracias al sistema logró reinsertarse y terminar estudiando Derecho. Este mismo año, ha formando una asociación para prevenir la delincuencia que opera en Canarias, Focus Juventud.
«No nací siendo delincuente. Tenía una familia un tanto complicada», comportamientos preocupantes a los 3, los 6 o los 12 años, hasta que empecé a delinquir. La Justicia debe ser lo último, si se hubiera intervenido a tiempo conmigo no habría tenido una vida judicial, llegué a cometer hasta 25 delitos», ha explicado.
Ser madre, con tan solo 18 años, la cambio. «Quiero ser un buen ejemplo para mi hijo». Ahora trabaja en un centro de internamiento de menores, una experiencia que ella misma vivió en sus carnes, con habitaciones que son «celdas» y una situación que le llevó a intentar quitarse la vida, algo que intentan y consiguen otros menores internados y una realidad sobre la que, lamenta, no se habla ni se protesta.
Denuncia que la prevención a veces no interesa y les cierran las puertas para dar charlas, a pesar de que «las conductas alarmantes empiezan muchísimo antes de los 14 años». Reclama que los educadores de los centros conozcan los delitos cometidos por los menores con los que trabajan,, porque es muy distinto trabajar con hurtos, agresiones sexuales o homicidios.
Igualmente, quiere que no se les estigmatice: «Hoy en día soy jurista, si no hubiera pasado el proceso que he pasado no me hubiera convertido en lo que soy» «Tengo muchísimos sueños». Tengo conocimientos que no hubiera tenido un niño con una vida más fácil».
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