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Opinión | Cómo las inteligencias artificiales están reescribiendo las reglas del juego en el sector jurídico

Opinión | Cómo las inteligencias artificiales están reescribiendo las reglas del juego en el sector jurídico
Jorge Carrera, abogado, exmagistrado, exjuez de enlace de España en Washington y consultor internacional, explica cómo las inteligencias artificiales están cambiando el panorama del sector legal español. Foto. Confilegal.
18/5/2025 05:35
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Actualizado: 17/5/2025 16:05
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La inteligencia artificial (IA) ha trascendido la promesa futurista para convertirse en una realidad palpable que transforma industrias a nivel global. El sector jurídico, a pesar de su histórica percepción como conservador y reticente al cambio tecnológico, no constituye una excepción.

Esta transformación profunda y democratizadora está siendo impulsada, por un lado, por la irrupción de modelos de IA generalistas, accesibles a bajo o nulo coste. Paralelamente, observamos la creciente integración de la IA en las soluciones ofrecidas por los infomediarios especializados en bases de datos de legislación y jurisprudencia.

Estas herramientas a medida aportan un valor añadido significativo y simplifican el manejo de vastos volúmenes de información jurídica.

Si bien estas IA específicas del sector aún tienen un considerable potencial de desarrollo en cuanto a funcionalidades y optimización, su crecimiento y adopción masiva podrían verse limitados por su coste.

Esta barrera económica podría favorecer la expansión de soluciones basadas en IA generalistas más accesibles, incluso si esto implica que el jurista deba adaptar o hacer ligeramente más tedioso su flujo de trabajo para ciertas tareas estrictamente ligadas a la información legal pura.

Con todo, es crucial destacar que las IA generalistas poseen un vasto campo de aplicación en el desarrollo de herramientas de productividad que no se circunscriben necesariamente al manejo de datos legales.

Existen estudios que fijan en torno al 45% el conjunto de tareas de un abogado que pueden llevarse a cabo con la ayuda de inteligencia artificial.

En conjunto, la llegada de estas tecnologías hace posible el acceso a herramientas antes exclusivas de grandes despachos con presupuestos millonarios, nivelando el campo de juego para juristas de todo el mundo.

Esto abre un abanico sin precedentes de posibilidades para mejorar la productividad y la calidad del trabajo legal.

Este fenómeno no solo optimiza tareas rutinarias, sino que redefine la esencia misma de la práctica jurídica, liberando a los profesionales para que se enfoquen en el análisis estratégico y la aportación de valor diferencial.

El cambio de paradigma en el sector jurídico

La llegada de las IA generalistas representa un cambio de paradigma en el sector.

Tareas que consumían horas ingentes de trabajo ahora pueden realizarse en minutos, liberando un tiempo precioso que los profesionales pueden dedicar a aspectos más complejos y estratégicos de su labor.

Desde el análisis exhaustivo de voluminosos expedientes judiciales y la identificación de patrones relevantes en la jurisprudencia, hasta la redacción de borradores de informes, contratos o alegatos, estas herramientas se están convirtiendo en asistentes indispensables.

Los abogados pueden utilizar la IA para investigar casos de manera más eficiente, encontrando precedentes y argumentos legales con una rapidez y precisión antes inimaginables.

Los jueces pueden apoyarse en estas tecnologías para agilizar la revisión de pruebas y la redacción de sentencias, contribuyendo a descongestionar los sistemas judiciales.

Incluso los estudiantes de derecho se benefician, utilizando la IA como una herramienta de aprendizaje interactiva y un asistente para la preparación de sus trabajos y exámenes.

La revisión de contratos, por ejemplo, tradicionalmente una tarea tediosa y propensa a errores humanos, puede ser automatizada parcialmente, identificando cláusulas problemáticas o ausentes y garantizando una mayor coherencia y seguridad jurídica. La preparación de argumentaciones se enriquece con la capacidad de la IA para generar diferentes enfoques y anticipar posibles contraargumentos, fortaleciendo la posición del jurista.

Pero en contra de lo que inicialmente pudiera parecer, y de acuerdo con los últimos estudios que se han llevado a cabo, los datos revelan que son los pequeños despachos y abogados independientes, no las grandes firmas, quienes están liderando la adopción de la IA.

Mi experiencia a través de “Derechoconcarrera”

A lo largo de estos últimos meses, he tenido la suerte de acompañar a más de 4.000 juristas en su primer contacto con la IA en el sector legal.

Mi canal “Derechoconcarrera” nació con la intención de poner al alcance de todos los conceptos y metodologías que a mí mismo me ayudaron a comprender cómo funcionan modelos como ChatGPT, Claude o Gemini.

Cada vídeo es fruto de mi propio proceso de aprendizaje: ensayo distintos tipos de «prompts» para extraer análisis de sentencias, redactar demandas, preparar interrogatorios o traducir pasajes jurídicos.

Confieso que sigo descubriendo matices cada día, pero me satisface ver cómo despachos pequeños van aplicando estas ideas y elevan su productividad.

Panorama internacional: experiencias comparadas

La adopción de la IA en el ámbito jurídico no es un fenómeno aislado.

A nivel internacional, numerosos países están a la vanguardia en la integración de estas tecnologías, tanto en la práctica privada como en la administración de justicia.

En Estados Unidos, por ejemplo, herramientas de IA se utilizan desde hace años para la e-discovery (descubrimiento electrónico de pruebas), el análisis predictivo de resultados judiciales y la gestión de despachos. Grandes firmas legales invierten en soluciones de IA para optimizar sus procesos y ofrecer servicios más eficientes.

En el Reino Unido, el sistema judicial ha explorado el uso de la IA para la resolución de disputas de menor cuantía y para mejorar el acceso a la justicia.

Canadá y los países nórdicos también destacan por sus iniciativas en la aplicación de la IA para la modernización de sus sistemas legales, enfocándose en la transparencia y la eficiencia.

Singapur, conocido por su apuesta decidida por la innovación tecnológica, está implementando soluciones de IA en sus tribunales para ayudar en la gestión de casos y en la investigación jurídica.

Estas experiencias internacionales demuestran que la IA no es una moda pasajera, sino una tendencia consolidada que está transformando la forma en que se imparte y se practica el derecho a nivel global, ofreciendo lecciones valiosas para su implementación en otras latitudes.

El futuro de la IA en la profesión jurídica

El potencial transformador de la IA en el ámbito jurídico es inconmensurable.

A medida que los modelos evolucionan hacia una mayor sofisticación y especialización legal, anticipamos avances revolucionarios: desde sistemas de análisis predictivo con una precisión sin precedentes hasta asistentes virtuales que democratizan el acceso a la justicia guiando a los ciudadanos en trámites legales básicos.

La IA promete optimizar la resolución alternativa de conflictos, haciendo los procesos más ágiles y accesibles, mientras podría convertirse en un aliado clave para detectar sesgos inadvertidos en decisiones judiciales o personalizar la formación jurídica adaptándose a las necesidades específicas de cada profesional.

Confiamos asimismo en que la IA democratizará la justicia al agilizar la resolución de controversias menores, llevando accesibilidad legal a casos que hoy quedan fuera del sistema por su baja viabilidad económica.

También la IA penetrará en la gestión de casos a nivel judicial. España llegó con notable retraso al expediente electrónico, pero no debería perder el tren la IA. Sería inconcebible que en unos años los expedientes judiciales no operen sobre la base de un soporte movido por IA.

«La proliferación de herramientas de IA asequibles —e incluso gratuitas— está redefiniendo el panorama legal».

No obstante, este horizonte prometedor no está exento de desafíos.

La adaptación continua de los juristas se ha vuelto imperativa: no como programadores, sino como usuarios estratégicos que comprendan las posibilidades y fronteras de estas herramientas.

Dominar su interacción efectiva y, sobre todo, cultivar un marco ético robusto para su implementación será fundamental. La supervisión humana permanece irremplazable como garante última de la corrección, la equidad y la justicia. Temas críticos como la protección de datos, la confidencialidad y la mitigación de sesgos algorítmicos exigen abordajes rigurosos y anticipatorios.

Al fin y al cabo, la inteligencia artificial —como la humana— está definida por sus límites. De naturaleza distinta, sí, pero igualmente presentes. Reconocerlos y gestionarlos con transparencia será la piedra angular de una integración responsable en el mundo del derecho.

Potenciando al jurista en la era de la colaboración

La inteligencia artificial no se erige como sustituto del jurista, sino como aliado estratégico que multiplica sus capacidades.

Al automatizar tareas mecánicas y repetitivas, libera el potencial intelectual humano para lo que verdaderamente define la esencia jurídica: el análisis crítico, la empatía frente a las realidades sociales detrás de cada caso, la creatividad en la estrategia legal y la interpretación contextualizada de las normas.

La proliferación de herramientas de IA asequibles —e incluso gratuitas— está redefiniendo el panorama legal.

Estas tecnologías, junto con APIs de bajo costo, están catalizando una ola de aplicaciones especializadas que elevan tanto la eficiencia del sector como la capacidad de la ciudadanía para resolver conflictos. Y esto es solo el inicio: áreas como la generación de contenido en audio, aunque hoy periféricas al derecho, podrían revelar aplicaciones insospechadas en el futuro próximo.

Estamos viviendo los primeros días de una colaboración sin precedentes entre juristas y algoritmos. Adoptar este cambio con curiosidad y rigor ético ya no es opcional —es la única vía para profesionales que busquen liderar en su campo.

La revolución de la IA avanza sin pausa; corresponde a la comunidad jurídica actuar con urgencia: formarse, experimentar e integrar estas herramientas, siempre con el norte claro de fortalecer el sistema de justicia y su servicio a la sociedad.

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