Thy, que ha sido representada como una australiana de origen asiático (sobre estas líneas), fue generada por IA. Durante 6 meses ha presentado un programa de 4 horas de música hip hop. La media de oyentes ha sido de 72.000 personas. Ya se han levantado voces para que se apruebe una legislación que etiquete el contenido.
Una emisora de radio australiana utilizó una presentadora generada por IA durante 6 meses sin revelarlo, y no es ilegal
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18/5/2025 05:35
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Actualizado: 17/5/2025 21:46
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Durante seis meses, desde el pasado mes de noviembre hasta abril de este año, la emisora CADA, del grupo Australian Radio Network (ARN), ha emitido un programa diario conducido por una presentadora generada por inteligencia artificial sin informar a su audiencia.
Y no ha infringido ninguna norma. Porque en Australia, actualmente, no existe obligación legal de revelar el uso de sistemas automatizados en contenidos radiofónicos.
La voz artificial, conocida como “Thy”, que en foto aparece como una australiana de origen asiático, presenta de lunes a viernes el espacio Workdays with Thy, (Jornadas laborales con Thy) desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde, con una selección de música hip-hop.
Se emite en el oeste de Sídney «online» y por la app iHeartRadio.
En la web del programa, no hay rastro de que se trate de un producto generado por IA. Solo se lee: “Thy te pinchará los mejores temas del mundo mientras estás en el trabajo, conduciendo, en el transporte público o en la universidad”.
La voz de “Thy” fue creada con tecnología de ElevenLabs, una plataforma de IA generativa especializada en transformar texto en audio. El modelo se entrenó con la voz real de una empleada del departamento financiero de ARN.
El «asunto» se conoció gracias a que una periodista, Stephanie Coombes de la publicación The Carpet, lo sacó a la luz.
Un portavoz de la emisora reconoció que se trata de un experimento para explorar “cómo la nueva tecnología puede mejorar la experiencia del oyente”. Pero también admitió que esta prueba ha servido para “reforzar el valor de las personalidades reales a la hora de generar contenido atractivo”.
Una laguna legal aún sin cerrar
La Autoridad Australiana de Comunicaciones y Medios (ACMA) ha confirmado que no existen hoy por hoy restricciones específicas sobre el uso de inteligencia artificial en contenidos radiofónicos.
Tampoco hay exigencia legal de transparencia.
No obstante, el Gobierno está desarrollando políticas al respecto a través del Departamento de Industria, Ciencia y Recursos, que en septiembre de 2024 publicó un Estándar Voluntario de Seguridad en IA. Aún no hay normativa vinculante.
La reacción del sector profesional
Teresa Lim, vicepresidenta de la Asociación Australiana de Actores de Voz, fue clara: “La autenticidad y la verdad son fundamentales en los medios. El público merece saber quién —o qué— está detrás de lo que escucha”.
Lim reclamó una legislación que obligue a etiquetar el contenido generado por IA y advirtió del riesgo de invisibilizar a las minorías.
“Cuando supimos que ‘Thy’ no era una persona real, fue una decepción. En la radio australiana hay muy pocas mujeres asiáticas. Esta era una oportunidad para una de ellas”, denunció. Lim, además de activista, es actriz de doblaje y presentadora.
Precedentes con más transparencia
CADA no es pionera en usar voces generadas por IA, pero sí en hacerlo sin aviso. En 2022, Disrupt Radio introdujo a “Debbie Disrupt”, una locutora creada digitalmente, identificada como tal desde el primer momento.
Y en 2023, una emisora de Oregón (EE.UU.) usó un presentador de IA basado en un locutor real, también de forma transparente.
72.000 oyentes sin saberlo
Según The Australian Financial Review, «Workdays with Thy» ha sido escuchado por unas 72.000 personas, según el último estudio de audiencia. No se trata de una cifra masiva, pero sí relevante dado que ninguna de esas personas sabía que la conductora no era humana.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa el dilema entre innovación tecnológica y ética informativa. ¿Debe el oyente saber que la voz que escucha no pertenece a una persona real?
En Australia, hoy por hoy, la respuesta es: no es obligatorio. Pero cada vez son más las voces que exigen cambiar eso. Porque en los medios, como en la vida, lo que no se dice también importa.
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